Por Manuel Filomeno
Laura Cabrera se levanta todas las mañanas a las 6:00 y retoma la producción que inició la noche anterior. En el mesón de su cocina, los ingredientes previamente picados, cocidos y ordenados se alinean, mientras ella, como si de un rompecabezas se tratara, empieza a ensamblar los sándwiches que llevará para vender.
Los sándwiches de Laura son su Producto Mínimo Viable (MVP, por sus siglas en inglés) una estrategia de negocios que consiste en prototipar la versión más simple de su producto con el fin de validar su calidad y recoger las opiniones de sus clientes, al mismo tiempo de sondear el mercado para mejorar su oferta.
“Un MVP es la versión más simple de un producto que puedes crear para empezar a venderlo o mostrarlo a los usuarios. Es, básicamente, una versión reducida que tiene solo las funciones esenciales para que funcione y que te permite recoger opiniones de los usuarios lo antes posible. Así, puedes aprender rápido qué funciona y qué no, sin gastar demasiado tiempo o dinero”, explica Esteban Rioja, director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Laura comenta que decidió adoptar esta estrategia luego de experimentar el fracaso de su primer emprendimiento, también relacionado con comida.
“En el pasado intenté abrir un snack, gasté tiempo y dinero en alquilar un local, en comprar mobiliario y menaje de cocina, sólo para descubrir que mi comida no era lo suficientemente buena para competir con otros negocios y tuve que cerrar al mes, perdiendo mi inversión”, comenta la emprendedora.
Luego de esta mala experiencia, la emprendedora principiante decidió ajustar sus recetas y realizar algunas pruebas de su producto, primero con amigos y personas cercanas, para luego empezar a ofrecerlos al público, pero de manera reducida.
“La idea es ir creciendo de a poco, generar una base de clientes para luego volver a invertir y tratar otra vez como un negocio completo”, cuenta.
Rioja indica que, efectivamente, éste es el propósito del MVP, aprender sobre las preferencias de los clientes y, de esa manera, ajustar la oferta, valorando las sugerencias y haciendo cambios para mejorarlo.
“El propósito de un MVP es aprender mucho sobre lo que los clientes realmente quieren, con el menor esfuerzo posible. Lanzando un producto básico, puedes ver si a la gente realmente le interesa, qué características valoran más y qué sugerencias tienen para mejorarlo. Esto te ayuda a ajustar tu producto antes de invertir más recursos en él”, expresa el experto.
Ernesto Olivera, gerente general de la empresa gastronómica La Capital, agrega que el MVP permite al emprendedor tener un conocimiento más cercano de los costos e ingresos que puede generar el producto, lo que permite una mejor planeación del negocio.
“El MVP es algo fundamental, cuando se comienza un emprendimiento se deben mantener los costos mínimos definidos. Es necesario saber cuánto es lo mínimo que hay que ganar y facturar para cubrir esos costos mínimos, eso es muy importante. Sin ese conocimiento es imposible o, al menos, muy difícil saber si ganas o pierdes dinero, es muy importante generar esta acción para tener una política sana en la economía de la empresa”, apunta.
Rioja agrega que el MVP es, especialmente, útil cuando existe mucha incertidumbre en el mercado y es una estrategia ideal para startups o proyectos nuevos de empresas consolidadas, además de emprendimientos en sectores saturados como el gastronómico.
“Un MVP es muy útil en situaciones donde hay mucha incertidumbre, como cuando estás lanzando un producto completamente nuevo al mercado o cuando estás entrando en un sector que cambia muy rápido. Es ideal para startups o proyectos nuevos en empresas ya consolidadas que necesitan validar ideas rápidamente y adaptarse según lo que aprenden de los usuarios”, manifiesta el académico.
Por ejemplo, en el caso de las startups tecnológicas, un MVP podría ser una versión Beta de una aplicación, misma que puede ser cerrada o abierta, a través de la cual se puede obtener feedback o retroalimentación de parte de los usuarios.
Crear un MVP
“Crear un MVP se puede dividir en varios pasos clave. Primero, hay que identificar las suposiciones más importantes que tienes sobre tu producto y definir lo que considerarías un éxito. Luego, tienes que desarrollar sólo las características esenciales que necesitas para probar esas ideas. Una vez que lanzas el MVP, recoges todas las opiniones y datos que puedas de los usuarios y usas esa información para mejorar el producto. Repites este proceso hasta que tengas un producto que realmente responda a las necesidades del mercado”, manifiesta Rioja.
De acuerdo con el experto, el primer paso es identificar las necesidades de mercado, lo cual consiste en comprobar si ese producto o servicio realmente satisface una necesidad presente. También es importante analizar a la competencia en búsqueda de soluciones similares.
Luego, es imperativo analizar las necesidades del cliente yendo más allá de sus características demográficas. Comprender las preferencias y hábitos del consumidor te permitirá crear un producto o servicio con características y funcionalidades que aprecien.
Con los datos sobre el mercado, los competidores y los clientes potenciales se puede construir el modelo inicial.
Finalmente, se debe buscar retroalimentación. Hablar con los clientes, conocer sus opiniones y sugerencias. Si los datos son positivos, es posible proseguir a la siguiente fase del emprendimiento y si no, es necesario realizar ajustes hasta encontrar la fórmula que funcione mejor.