La oxitocina, endorfinas, serotonina y dopamina son neurotransmisores o neuroquímicos que aportan una perspectiva innovadora al liderazgo contribuyendo a cualidades como la confianza, la resiliencia, la inteligencia emocional y la motivación. La neurociencia examina el papel de la neuroquímica y su efecto en el liderazgo estudiando cómo estas hormonas juegan un papel significativo en el comportamiento del líder y el efecto de estos comportamientos en los equipos de trabajo y el trabajo en equipo.
“Los neuroquímicos son los mensajeros del cerebro y afectan profundamente el comportamiento y las emociones humanas. Cuando experimentamos interacciones sociales positivas, alcanzamos metas o enfrentamos desafíos, el cerebro libera químicos específicos que influyen en nuestro estado de ánimo, motivación y vínculos sociales. Comprender la interacción entre estos neurotransmisores podría proporcionarnos elementos que coadyuven al ejercicio de un liderazgo más efectivo y al desarrollo de culturas de confianza en las organizaciones”, indicó Alejandro Zegarra, vicerrector adjunto de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sede Santa Cruz, y speaker del VI Congreso Internacional de Neurociencia.
Por segundo año consecutivo, el académico investigador participó en calidad de conferencista en el congreso. En la más reciente edición, presentó su investigación “La química del liderazgo”, donde exploró cómo los neuroquímicos desempeñan un papel esencial en la modulación del comportamiento y las emociones, influyendo directamente en la efectividad del liderazgo y en la creación de culturas organizacionales basadas en la confianza y la motivación.
“El liderazgo es fundamental para el desarrollo de las organizaciones, el logro de objetivos, la productividad y el desempeño organizativo. La neurociencia es una herramienta que los líderes pueden emplear para mejorar su gestión y efectividad. El saber cómo funciona el cerebro humano y como los neuroquímicos actúan el cuerpo y guían el comportamiento humano puede contribuir a que los líderes construyan culturas organizacionales más saludables, en la que exista mayor confianza, más trabajo en equipo y mayor compromiso del personal”, aseguró el ponente.
La oxitocina y la confianza
La oxitocina, conocida como la hormona del amor, es fundamental en la promoción de los lazos sociales, la confianza y la empatía, cualidades que son críticas para un liderazgo efectivo. Este neuropéptido se libera durante interacciones sociales positivas, por ejemplo, al experimentar contacto físico, compartir una comida o simplemente sostener una conversación significativa.
“En un contexto de liderazgo, la oxitocina mejora la capacidad del líder para conectar con su equipo, construir confianza y crear un ambiente de trabajo positivo. Los líderes que generan confianza en sus equipos pueden incrementar los niveles de oxitocina en los empleados, lo que a su vez fortalece los lazos sociales y mejora el rendimiento general del equipo”, manifestó el experto en planificación estratégica.
Asegura también que, la capacidad de manejar los conflictos de manera colaborativa está directamente relacionada con la habilidad del líder para crear un entorno de trabajo positivo y productivo, donde los miembros del equipo se sienten valorados y comprometidos con los objetivos comunes.
Las endorfinas, la serotonina y la dopamina
Las endorfinas o los analgésicos naturales del cuerpo se liberan en respuesta al estrés o la incomodidad, proporcionando una sensación de alivio y bienestar. Las endorfinas se asocian con la euforia que siente un corredor después de una larga carrera o una persona después de un ejercicio físico intenso. En el Liderazgo las endorfinas están relacionadas con la resiliencia, la capacidad de enfrentar y los desafíos laborales y recuperarse en caso de no alcanzar las metas.
“Los líderes que mantienen una perspectiva positiva y reaccionan con tranquilidad a la presión, tienden a inspirar más confianza y el deseo de perseverar para alcanzar las metas en los miembros del equipo. Es crucial que los líderes celebren cada vez que se logran resultados, este reconocimiento puede aumentar los niveles de endorfinas en el equipo. Los líderes que integran estas prácticas en su rutina diaria pueden no solo mejorar su propia resiliencia, sino también la de sus equipos”, afirmó Zegarra.
En su conferencia, resaltó que la serotonina regula los estados de ánimo, el comportamiento social y el bienestar general. Los niveles elevados de serotonina se relacionan a sentimientos de felicidad, calma y estabilidad emocional.
Por otra parte, los líderes con mayor inteligencia emocional son más hábiles para gestionar sus propias emociones y fomentar emociones positivas en los demás, lo que puede llevar a mejores dinámicas de equipo y un desempeño superior de los equipos de trabajo.
La dopamina juega un papel crucial en la promoción de la motivación, tanto en los líderes como en sus equipos. Este neurotransmisor se libera en el cerebro cuando experimenta placer o anticipación de una recompensa, lo que nos impulsa a tomar acciones y alcanzar las metas.
“Los líderes con niveles elevados de dopamina tienden a ser enérgicos, orientados a metas desafiantes e innovadores en su enfoque. La dopamina no solo alimenta nuestra búsqueda de recompensas, sino que también mejora nuestra capacidad para asumir riesgos y aceptar el cambio», acotó el líder académico.
Además, señaló la importancia de reconocer que una dependencia excesiva en un liderazgo impulsado únicamente por la dopamina puede conducir al agotamiento y a un enfoque cortoplacista. Por lo tanto, los líderes deben equilibrar su búsqueda de logros con una visión a largo plazo y sostenibilidad para garantizar un éxito duradero.
Acciones que los líderes pueden realizar para desarrollar una cultura de confianza:
- Reconocer los logros tan pronto sucedan
- Introducir el estrés mediante los desafíos en el trabajo
- Otorgar a las personas autonomía para realizar su trabajo
- Compartir información y comunicarse con frecuencia
- Establecer relaciones con el personal
- Facilitar el crecimiento de las personas
Para Zegarra, la verdadera efectividad del liderazgo radica en la capacidad de equilibrar y aprovechar la sinergia entre estos neuroquímicos. “No se trata de maximizar uno sobre los demás, sino de integrarlos de manera que se promueva tanto el bienestar del líder como el rendimiento y la cohesión del equipo. Un enfoque holístico que considere la interacción entre la oxitocina, las endorfinas, la serotonina y la dopamina puede llevar a un liderazgo más equilibrado y sostenible, capaz de enfrentar desafíos complejos y mantener una cultura organizacional positiva y productiva”, concluyó.
El VI Congreso Internacional de Neurociencia es organizado desde el año 2018 por el Instituto de Neurociencia Unifranz (INU) de Unifranz. En su edición 2024, realizada del 12 al 14 de septiembre, reunió a más de 30 expositores nacionales e internacionales que presentaron sus investigaciones y casos clínicos desde la perspectiva de la neurociencia aplicada en la educación para diferentes áreas como la arquitectura, el marketing, el turismo, entre otras.