Por Lily Zurita
Xavier Pascual, consultor internacional en transformación educativa, asegura que, hoy en día, la educación superior demanda procesos de transformación urgente y que la clave para lograr resultados exitosos radica en armonizar los perfiles profesional y humano del estudiante.
El desafío es grande, sobre todo si la meta es lograr profesionales holísticos competenciales, es decir, personas que sean capaces de desarrollarse a gran nivel, pero con un valor diferencial cuya base se encuentra en el desarrollo de habilidades humanas, calificadas también como habilidades ‘blandas’.
“Ya no solamente nos fijamos en el perfil profesional, ahora se trata de desarrollar a personas que, a futuro, dentro de sus organizaciones sociales van a lograr ser agentes de cambio y transformación. Por tanto, un valor diferencial, sin lugar a dudas (…) es que el mundo cada vez más cambiante requiere de personas que se adapten y puedan ayudar a sus organizaciones a avanzar a otro nivel”, afirma Pascual, experto español de Reimagine Education Lab y asesor de Unifranz en procesos de innovación educativa.
De acuerdo a este nuevo enfoque de la educación, el nuevo profesional que demanda el mercado laboral global debe tener un perfil donde lo personal y lo profesional se han compatibilizado perfectamente.
La transformación educativa reivindica que es preciso dar un nuevo salto cualitativo en la formación universitaria. Evidentemente, con éxito, se logró cumplir con el enfoque “profesionalizador”, pero aún queda pendiente desarrollar lo más importante de este proceso que es “la competencia humana de la persona”.
El desafío actual de la educación superior requiere armonizar ambos perfiles, el profesional y el humano, para que los nuevos profesionales sean disruptivos y generadores de nuevas oportunidades, porque son personas que trabajan en equipo, que crean y que buscan nuevas formas de hacer las cosas y no solo replicar lo existente. “Necesitamos profesionales que nos ayuden a avanzar”, sostiene Pascual.
Las organizaciones de este nuevo siglo son exigentes, siempre están buscando mejorar. No hay una empresa o institución actualmente que se dé el lujo de tener profesionales que se quedan estáticos y repitan lo que hacían otros profesionales. Las sociedades están en constante evolución y los nuevos profesionales tienen que contribuir en esta titánica labor. El reto de las universidades es lograr que esas personas sean capaces de crear el mundo que queremos.
“Nuestra responsabilidad como comunidad educativa es dar las herramientas y acompañar a esos estudiantes para que realmente logremos tener ese mundo que deseamos. Son las personas las que construyen el mundo y son las personas las que pasan por un proceso de educación y formación (…) es por eso que es importante desarrollar de manera integral el perfil profesional”, finaliza.