Lucha contra la homofobia: educar para incluir y no discriminar 

Lucha contra la homofobia: educar para incluir y no discriminar 

Por Lily Zurita

En un mundo donde la diversidad es una realidad innegable, la educación se erige como un poderoso instrumento para promover la inclusión y combatir la discriminación en todas sus formas. 

La lucha contra la homofobia, transfobia y la bifobia en este nuevo siglo, es un imperativo social que demanda, sin embargo, un compromiso colectivo a fin de construir una sociedad más justa y equitativa.

Lucía Aliaga Paz, activista por los derechos de las diversidades sexuales, asegura que cualquier lucha social encuentra bases sólidas en la educación.

“Es la herramienta más importante que tenemos para conocer el mundo de una forma abierta y conocer a las demás personas de forma menos prejuiciosa. Por eso, todas las personas deberíamos empezar educándonos a nosotras mismas, cuestionando nuestro contexto”, puntualiza.

Para Tatiana Montoya, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, ya es tiempo de ver la normalidad asumiendo la diversidad y que la prevención contra la discriminación tiene que ser integral. 

“En temas de lucha contra la homofobia, la educación es transversal a todo. Hay que hacerles ver a los niños que la diversidad se acepta y, además, tiene que ver con la inclusión de cada uno, porque todos, de una u otra manera, somos diferentes del otro”, puntualiza la psicóloga.

En 2004, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 17 de mayo como el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y la Bifobia, en conmemoración del día en que la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la clasificación internacional de enfermedades mentales.

Esta celebración se constituye en la expresión de respeto de una sociedad, en la que se acepta la diversidad y se reconocen los derechos de todas las personas independientemente de su orientación sexual e identidad de género, creando un ambiente de respeto hacia las personas de la comunidad LGBTTTIQ+.

Homofobia, transfobia, bifobia 

Ainhoa López, comunicadora y generadora de contenidos, afirma que la homofobia, la transfobia y la bifobia siguen siendo un problema serio de la sociedad y se anima a dar definiciones sencillas sobre estas tres palabras.

“La homofobia se produce cuando alguien no tolera y discrimina a personas que se sienten atraídas por otras del mismo género. Hace no mucho, la homosexualidad se consideraba una enfermedad mental. A lo largo de la historia, las personas homosexuales han sido perseguidas y no fue hasta mediados del siglo pasado cuando la concepción social comenzó a cambiar lentamente”, señala en su artículo “Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia: una lucha por la igualdad”.

Respecto a la transfobia dice que es la falta de tolerancia hacia personas que no se identifican con el género que se les asignó al nacer y que la bifobia es cuando alguien no acepta a personas atraídas por ambos géneros: hombres y mujeres.

“Detrás de todo este odio y rechazo, hay prejuicios y estereotipos que se han creado socialmente. Los discursos de odio no hacen más que perpetuar estas ideas negativas hacia la comunidad LGTBI+. ¿Y sabes qué? Las consecuencias son graves”, agrega.

Estas formas de discriminación no sólo vulneran los derechos fundamentales de las personas, sino que también perpetúan estigmas y prejuicios que afectan profundamente la convivencia social y el bienestar emocional de quienes son objeto de ella.

Lucha contra la homofobia: educar para incluir y no discriminar.

 

La diversidad y derechos de las personas se respeta

Respetar los derechos de las diversidades sexuales es esencial para promover la igualdad, el bienestar y la justicia en la sociedad. Es un paso fundamental hacia la creación de un mundo más inclusivo, donde todas las personas sean valoradas, respetadas y puedan vivir libres de discriminación y violencia.

Aliaga hace hincapié en que Bolivia es una sociedad democrática y que eso significa que todos los ciudadanos que cumplan con sus obligaciones son sujetos de derecho. “Todas las personas que viven en nuestro país deben tener sus derechos garantizados. Ésta es una lucha de todos”.

Según la activista, en el país existen avances y retrocesos respecto a esta problemática; sin embargo “una sola vida no alcanza para evaluar todos los avances que ha habido al respecto. Es diferente ser homosexual o transgénero ahora que hace 40 años, pero aún no podemos acceder a derechos básicos como el matrimonio civil, por ejemplo”.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) considera que el respeto por la diversidad va más allá de la tolerancia y la comprensión, pues implica reconocer y promover activamente el valor igualitario de todas las personas, sin condescendencia.

“Es una habilidad profundamente interpersonal, y se puede definir como el entendimiento de que las personas participan paritariamente en un mundo ético común, en virtud de su condición humana, al tiempo que se reconoce la singularidad y diferencias de cada individuo”, señala el organismo internacional. 

En la misma línea, Montoya sostiene que las personas no somos cifras, sino seres sociales capaces de aceptar nuestra propia diversidad emocional, cultural, sexual, artística o física, entre otras. 

“La aceptación de la diversidad nuestra nos va a dar mayor humanidad hacia nosotros mismos; sin embargo, el respetar la diversidad de otros seres humanos, en cuanto a formas de amar, vivir, creer o pensar, nos va a proporcionar la posibilidad de formarnos como seres con mucha más humanidad”, reflexiona la académica.  

Educar para prevenir y erradicar la homofobia

En este contexto, la educación juega un papel crucial en la prevención y erradicación de la homofobia ya que, desde las aulas, se pueden promover valores de respeto, tolerancia y aceptación hacia la diversidad sexual y de género, sentando las bases para una cultura de inclusión y convivencia armónica.

El currículo escolar puede ser un espacio para abordar de manera integral y sensible temas relacionados con la diversidad sexual y de género, proporcionando a los estudiantes herramientas para comprender y respetar la diversidad en todas sus manifestaciones. 

La inclusión de contenidos que reflejen la realidad de las personas LGBTTTIQ+ no solo contribuye a visibilizar sus experiencias y desafíos, sino que también promueve la empatía y el entendimiento mutuo entre los miembros de la comunidad educativa.

Sin embargo, la educación en la lucha contra la homofobia no se limita al ámbito escolar, sino que debe extenderse a todos los niveles y ámbitos de la sociedad. Las instituciones educativas, las familias, los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto tienen la responsabilidad de promover valores de igualdad y respeto hacia todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.

La educación, finalmente, es una poderosa herramienta para transformar mentalidades, combatir estigmas y construir una sociedad más justa e inclusiva para todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género, y puedan vivir libres de discriminación y gozar plenamente de sus derechos y dignidad.

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