La irrupción de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial (IA) es una realidad que gana espacio en el mundo. Bolivia no es una excepción y, cada vez más, la IA se inserta en las actividades cotidianas.
La tecnología está brindando oportunidades insuperables a empresas, instituciones educativas, organizaciones no gubernamentales, profesionales en el ejercicio libre y, en fin, a toda la sociedad.
Audiencias virtuales, notificaciones por plataformas digitales, acceso las 24 horas a normativa nacional y local, pago de servicios por Internet o QR y consultas legales a distancia, son algunos de estos beneficios que, además, está facilitando una mejor administración de justicia, la reducción de la corrupción o la falta de confianza en el sistema judicial, desde esta nueva tendencia que se denomina LegalTech.
El director de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Alberto Salamanca, asegura que la IA no quitará trabajo a los abogados, más al contrario, les dará nuevas facultades.
“Suma porque va a significar el cambio de los sistemas judiciales, no solamente de Bolivia, sino del mundo entero. Y quienes no nos adaptemos a estos nuevos cambios, retos, disrupciones tecnológicas, sociales y jurídicas, no vamos a sobrevivir en el ámbito laboral”, indica.
LegalTech, viene de la unión de las palabras en inglés legal y technology, está relacionado con todos los desarrollos tecnológicos creados para facilitar la prestación de servicios legales.
Es el uso de tecnologías, programas informáticos, softwares, pero también la adaptación de distintas tecnologías al desarrollo de las actividades jurídicas, judiciales y de la abogacía.
“Es decir, en la interacción de lo legal, hace bastante tiempo y a partir del Derecho Informático, hemos empezado en Bolivia, con la generación de distintos programas o softwares que nos sirven para la gestión jurídica y judicial”, agrega el abogado.
La gestión jurídica, en la actualidad, ya no se hace solamente de forma presencial o desde una oficina en la que las personas llegan a consultar al abogado, sus inquietudes legales, sino también la podemos hacer a través de aplicaciones, plataformas, a distancia, y gestionar el asesoramiento y la atención de casos y procesos, también a distancia, con la aplicación de distintos programas informáticos, explica Salamanca.
Lamentablemente, el sistema judicial en el país aún conserva prácticas tradicionales de antaño, con expedientes de varios cuerpos apilados sobre precarios estantes cuya revisión para los litigantes se vuelve en una misión casi imposible. Así como para varios oficios, la pandemia, ha marcado un antes y un después para la justicia boliviana.
“Ha ayudado en acelerar el proceso y entender que tenemos que utilizar estas herramientas tecnológicas para facilitar la gestión de los procesos, no para facilitar los procesos, sino su gestión”, puntualiza el jurista.
Con la pandemia se aceleró el proceso de comprensión y uso de programas, aplicaciones que ya se estaban desarrollando, como gobierno electrónico, gobernanza a través de Internet, expediente electrónico o firma digital.
“No deja de causar trauma, todavía hay muchos profesionales, abogados y personas, no necesariamente abogados, que son reticentes al uso de las tecnologías. Por ejemplo, en el caso de otras latitudes del mundo, una notificación ya se hace vía electrónica o vía plataformas de redes sociales”, puntualiza el académico.
La IA y las nuevas tecnologías están cambiando la realidad
En la actualidad, la administración de justicia en el país implementa un mix entre la forma clásica y la digital de notificaciones o audiencias judiciales.
“Lo hacemos a través de plataformas informáticas, a través de mensajes de WhatsApp o a través de comunicaciones de correo electrónico, pero también de la forma clásica, yendo al domicilio de la persona o a la oficina del abogado para realizar la notificación”, aclara Salamanca.
La legislación en el país es todavía inicial. Sin embargo, las notificaciones ya son permitidas de forma virtual o a través de sistemas digitales sencillos, como WhatsApp o email.
Ciudadanía digital
Según la Agetic (Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de la Información y Comunicación), la ciudadanía digital es una herramienta que facilita la interacción y relacionamiento, de una forma eficiente, transparente y segura, entre los ciudadanos y el Estado a través de los servicios digitales, brindando una experiencia nueva a todos los bolivianos.
“Al ejercer nuestra ciudadanía digital, podemos interactuar con las instituciones mediante Internet y adquirir sus servicios en línea, de forma simple y segura”, sostiene la entidad gubernamental.
No todos los profesionales abogados, jueces o personal judicial estamos acostumbrados a la ciudadanía digital. Salamanca asegura que “estamos frente a un choque de generaciones, una generación que es nativa digital, que no concibe un cuaderno de investigaciones en fojas, sino que concibe la nube o el drive”.
En ese marco, la alfabetización digital se entiende como la capacidad de una persona para realizar diferentes tareas en un ambiente digital, es decir como una nueva forma de comunicación y de creación y comprensión de la información.
“Esta generación tiene sus cualidades, pero también algunas desventajas. Entre las cualidades es que están mucho más despiertos a la tecnología, pero como muchos de sus formadores todavía utilizan modelos tradicionales, se ven en la necesidad de combinar ambos modelos”, puntualiza Salamanca.
Un proceso imparable
En 2024, China tiene previsto lanzar al mercado mundial una gran cantidad de robots para cumplir actividades que actualmente las realizan los seres humanos. Se prevé, también, que en 2025 estos robots entren a gestionar actividades laborales específicas.
“Uno de los campos en que China está trabajando con bastante disrupción es el jurídico para evitar la corrupción. Incluso hubo escándalo cuando se invitó a un abogado robot para que pueda circunscribirse al tema legal y llegar incluso a dar sentencia en torno a un caso”, comenta el académico.