«Para el chico que me pagó el vuelo a Washington D.C. y no quiso nada conmigo después de conocerme sin filtros. En realidad, soy culpable por abusar de los filtros, pero debió darse la oportunidad de conocerme más a fondo», se lee una publicación en TikTok, de una usuaria conocida como @ninoska_lamaestra1. La mujer fue rechazada por su novio de Internet al descubrir que lucía diferente a las fotos mostradas.
La historia revela el abuso de filtros usado con el fin de ocultar algunas imperfecciones en su rostro o realzar su belleza, pero, el abuso de éstos puede causarles problemas.
Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que la belleza tiene que ver con la estética. En sí, es una representación social de armonía y bienestar.
“Las personas buscan tener una imagen que genere bienestar en su entorno, que sea atractiva, que les ayude a subir su autoestima, entonces, cuando se sienten bien y se sienten felices, van a buscar ser más atractivos, arreglarse y cuidarse es signo de autocuidado”, indica la académica.
Los filtros permiten mejorar las imágenes
Sin embargo, gracias a la tecnología, hay redes sociales que al publicar una foto promueven el uso de filtros que pueden mejorar bastante la imagen, especialmente del rostro. La gran variedad de estos filtros facilita la eliminación de manchas, corrección de líneas de expresión, incluso aporta un maquillaje o altera el color de los ojos.
“Si no tiene un objetivo en sí, si solamente es para buscar likes, estaríamos entrando en una distorsión de lo que es la propia autoimagen y buscando la aceptación a través de mecanismos que hacen que no muestren lo que se es realmente”, asegura Loayza.
Marcelo Pacheco, director de Ingeniería de Sistemas de Unifranz, afirma que los filtros son herramientas de software que utilizan tecnología de realidad aumentada para aplicar efectos virtuales, en tiempo real, sobre la imagen de la cara de una persona capturada por una cámara.
“Estos filtros permiten a los usuarios probar diferentes looks y productos de belleza sin tener que aplicarlos físicamente en su rostro. Pueden variar desde el tono de piel o eliminar manchas, hasta la aplicación de maquillaje virtual, la adición de pestañas y cejas postizas y la simulación de efectos de iluminación para resaltar los rasgos faciales”, indica.
Los filtros cambian nuestra percepción de belleza
Los filtros de realidad aumentada en el ámbito de la belleza pueden cambiar nuestra percepción de la belleza al presentar una imagen alterada y perfeccionada de la apariencia de una persona. Además, afectan a la autoimagen y autoestima.
“Si los usuarios comienzan a depender de los filtros de belleza para sentirse atractivos o confiados, podrían generar una disminución de la autoestima y una percepción distorsionada de la propia apariencia”, sostiene por su parte la profesional psicóloga.
Filtros son algoritmos
Los filtros de realidad aumentada son algoritmos que utilizan redes neuronales y aprendizaje automático para identificar las características faciales y luego aplicar efectos visuales sobre ellas.
Suelen ser aplicados en diversas plataformas y dispositivos. Con frecuencia crean efectos interactivos y divertidos en tiempo real. La mayoría está diseñada para mejorar o agregar elementos a la apariencia del usuario, sin distorsionar su forma.
Los filtros de realidad aumentada – según Pacheco- son creados por diseñadores y programadores y su objetivo principal es proporcionar una experiencia divertida y creativa para los usuarios en lugar de representar una imagen realista y precisa del rostro.
“Los usuarios deben entender que los filtros de realidad aumentada no deben ser utilizados como una herramienta para cambiar permanentemente la apariencia de su rostro, sino como una forma de explorar y disfrutar la tecnología de realidad aumentada de manera segura y responsable”, agrega Pacheco.
Qué es la realidad aumentada
Es una tecnología que combina elementos del mundo real con elementos virtuales generados por computadora, de manera que los usuarios puedan experimentar una versión ‘mejorada’ o ‘aumentada’ de la realidad.
La realidad aumentada se utiliza en diversos ámbitos, como en juegos, publicidad, educación, medicina y arquitectura, entre otros, donde los usuarios pueden interactuar con los elementos virtuales a través de dispositivos como smartphones, tablets, gafas de realidad aumentada u otros dispositivos similares.