Por Lily Zurita
La economía creativa se ha convertido en motor de desarrollo para las ciudades, porque tiene el potencial de impulsar el crecimiento, crear empleo, fomentar la innovación tecnológica e impactar socialmente.
Sintetiza, además, la enorme riqueza de una comunidad, basada en el talento, la propiedad intelectual, la conectividad y, por supuesto, la herencia cultural, porque la materia prima para la creatividad es el capital humano. En ese marco, las ciudades atraen talento creativo y consumidores de bienes y servicios culturales y creativos.
Fadrique Iglesias, profesional cochabambino con experiencia en urbanismo, gestión cultural, desarrollo internacional, fortalecimiento institucional, desarrollo comunitario y gestión de proyectos, asegura que las urbes son inagotables canteras de creatividad, por un asunto de aglomeración y densidad, pero también por la interacción entre sus actores, por las posibilidades de generación de ideas y por el talento y diversidad que atraen.
Según el experto que radica en Estados Unidos (EEUU) y que fue speaker del EmprendeFest, evento de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, pese a que el acceso a contenidos y manifestaciones culturales a través de plataformas digitales ha abierto una ventana impresionante en el último cuarto de siglo, las personas aún buscan experiencias únicas, diferentes emociones y entretenimiento.
De ahí que, pese a los grandes adelantos tecnológicos, el encuentro en el espacio público, en teatros y bares no ha perdido su importancia en el disfrute y la socialización del ser humano.
“Cochabamba, por ejemplo, es conocida por su cultura gastronómica, de festivales y danza, de socialización diurna y nocturna. Creo que estamos viviendo una oportunidad especial para poder contar lo que nos hace una ciudad especial, pero también para cuantificar las posibilidades que tenemos de hacer crecer ‘el pastel’ de nuestras posibilidades de desarrollo económico y social, agrega Iglesias.
Cochabamba tiene un complejo universo creativo
El primer Censo de Economía Naranja de Bolivia, realizado por el Instituto de Progreso Económico Empresarial (IPEE), brazo operativo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, da cuenta que Cochabamba tiene un complejo universo creativo formado por 11 rubros productivos emergentes, liderado por empresas que utilizan la creatividad, la innovación, el emprendimiento, la digitalización y la equidad de género como insumos para su desarrollo.
Los resultados del censo señalan que los rubros creativos más destacados son: artes escénicas y espectáculos; artes visuales; audiovisual; diseño; editoriales; educación creativa; fonografía; industria de alimentos y bebidas; publicidad, software de contenido; turismo y patrimonio cultural.
Al respecto, Amartya Sen, premio Nobel de Economía en 1998, señalaba hace un par de décadas que “tener un alto PIB per cápita, pero poca música, arte, literatura, etc., no equivaldría a un gran éxito en el desarrollo. De una forma u otra, la cultura envuelve nuestras vidas, nuestros deseos, nuestras frustraciones, nuestras ambiciones y las libertades que buscamos (…)”.
En tanto, para Iglesias, la oferta y la demanda de espacios vibrantes y habitables —con acceso a servicios, espacio público y bienes y servicios culturales— históricamente se han considerado objetivos secundarios y lujosos para las ciudades y sus organismos administrativos.
El paradigma de las ciudades ha cambiado en los últimos años. Hoy, las ciudades se consideran un motor esencial para el desarrollo económico, la atracción y retención de capital humano, como fuente de cohesión comunitaria, adecuación de la infraestructura y transformación del espacio público y creación de espacios.
Iglesias participó en el evento Emprendefest, organizado por Unifranz, que tuvo el objetivo de transformar las ciudades como referentes de la industria creativa en el mundo.
Las ciudades se benefician con el fomento de industrias creativas
Las ciudades, además de atraer talento creativo y de generar una importante masa crítica, facilitan la llegada a audiencias y nichos de interés que de otra forma sería complicado.
Para Iglesias, a nivel de política pública, “el sector público municipal, el sector privado local y sus cámaras de comercio y gremios, además de los productores, conocen de primera mano los retos y necesidades, frecuentemente mejor que los actores y autoridades estatales”.
En la actualidad, alcaldes, líderes comunitarios van aceptando con mayor naturalidad su deber de promoción y atracción de inversiones, lo que implica mayores oportunidades laborales, hasta ser una parte fundamental de las expectativas de su electorado y miembros constitutivos.
Según la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), la economía creativa está en auge y sus actores son diversos. En el centro de esta economía dinámica están las industrias culturales y creativas, que se sitúan en la intersección de las artes, la cultura, el comercio y la tecnología. El sector aporta el 3% del PIB mundial, genera 2,25 billones de dólares anuales y proporciona más puestos de trabajo (30 millones de empleos) a los trabajadores de entre 18 y 25 años que cualquier otro ámbito laboral.