El 27 de mayo, Bolivia celebra a las madres, principal sostén emocional de las familias y de la sociedad. Se trata de un día de celebración que recuerda el rol de las mujeres dentro del núcleo familiar.
En un valor romántico, se dice que la maternidad es sinónimo de inicio de la vida, de protección, de alegría y esperanza. Incluso, hasta el siglo pasado, el rol social de la mujer giraba en torno a la maternidad y a la formación de una familia. Hoy, ese pensamiento ha evolucionado bastante, porque las mujeres se han empoderado y han abierto distintos caminos para ellas, los que no siempre incluyen la maternidad.
Qué es la maternidad
La maternidad es la vivencia que tiene una mujer por el hecho biológico de ser madre. Se dice que el sentimiento maternal se desarrolla a partir del nacimiento de un hijo y que el instinto maternal es propio del género femenino, incluso en los animales.
Cada mujer siente la maternidad desde una perspectiva muy íntima, porque implica un conjunto de emociones personales que no son uniformes a todas las mujeres.
En esa línea, en los últimos años han surgido voces en sentido que las mujeres no deben sentirse obligadas a ser mamás si no lo desean, si no tienen el sentimiento de la maternidad. Una maternidad forzada, no es una maternidad planeada o elegida.
Maternidad una decisión y no una obligación
El valor de una mujer no debe medirse por sus decisiones personales; si no quiere tener hijos no tiene que haber ningún problema porque ser madre no debe ser la única manera de que una mujer se sienta realizada.
Eliana Exalto, directora de la carrera de Psicología en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que la maternidad debería ser una decisión, a partir del conocimiento de las condiciones y circunstancias de la realidad para asumir el rol de ser madre desde la concepción.
“Si hablamos de derechos, se menciona el derecho humano que fortalece la autonomía y la decisión de las mujeres sobre el ejercicio de su sexualidad y reproducción”, indica.
La maternidad elegida es un derecho que tienen todas las mujeres a decidir si quieren o no ser mamás, cuándo ser mamás, la cantidad de hijos que quieren tener o si quieren que esos niños sean fruto del matrimonio.
Empero, generalmente, la maternidad no es elegida sino consecuencia de toda una construcción social que predestina a las mujeres, desde niñas, a ser madres. Las muñecas, las ropitas, los biberones y pañalitos son parte de ese entrenamiento y presión para cumplir el mandato social para casarse y tener hijos.
Ser mujer no quiere decir ser madre, muchas mujeres eligen no ser madres. Gracias a la construcción social muchas mujeres creen que ser madre es un destino.
La madre no debe suplir roles paternos
Un estudio de ONU Mujeres Bolivia da cuenta que en el país 84% de los hogares monoparentales están conformados por mujeres, que a menudo tienen que lidiar con un trabajo remunerado, trabajo de cuidado no remunerado en el hogar, para los niños y otros miembros de la familia.
Para la psicóloga Exalto, se podría decir que, por costumbre, en las familias monoparentales la mujer se ve obligada a suplir los roles del padre ausente, porque existe la premisa de ‘ahora eres padre y madre para tu hijo’.
“Por eso, es importante tocar el tema de tipos de familia con los hijos para que ellos comprendan que su familia no es la tradicional y comprendan cuál es el rol de la mamá, misma que tendrá que tocar temas importantes a medida que el niño crezca, que capaz un padre lo haría, pero ella no tiene por qué suplir ese rol”, finaliza la académica.