Por Nayeli Ortega
We Are Social, la agencia creativa especializada en social y Hootsuite, líder mundial en gestión de redes sociales, en su último informe anual sobre las redes sociales y tendencias digitales, dan cuenta que hace un año había 4.620 millones de usuarios de redes sociales en todo el mundo.
Los datos sobre Bolivia son aún más llamativos, según las mismas fuentes, 6,5 millones de bolivianos son usuarios de Internet; 8,4 millones son usuarios activos en redes sociales y 13,3 millones tienen conexiones de teléfonos móviles, aunque según proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas, la población en el país no supera los 12 millones de habitantes.
Bolivia y el mundo están viviendo una avalancha de cambios tecnológicos que han cambiado la forma de vida de sus habitantes, de manera irreversible, con más consecuencias positivas que negativas.
La irrupción de las nuevas tecnologías conlleva para las personas, empresas u organizaciones interesantes oportunidades, serias responsabilidades y grandes riesgos. La implementación del teletrabajo ha aumentado los peligros vinculados a los entornos digitales.
A pesar de ello, los beneficios siguen brillando más que los inconvenientes. Su aplicación en la medicina, la investigación científica, la ingeniería, la arquitectura, el diseño y la educación superior ha permitido, por supuesto, inimaginables oportunidades.
Exposición riesgosa
El incremento de conectividad e interacción en redes sociales ha abierto una puerta peligrosa. Las personas que cuentan con redes sociales o realizan transacciones económicas en línea están más expuestas a la filtración de información, el robo de datos confidenciales, el ciberacoso, el acceso a contenidos inapropiados o la violencia sexual, entre otros.
“Las actuales generaciones son muy afortunadas, pero tienen que ser responsables para preservar el futuro de las nuevas generaciones y garantizarles, además del uso de las tecnologías, un entorno saludable, que propicie la convivencia social y la cultura de paz”, asegura María Cristina Villavicencio, abogada y especialista en tecnologías de la información y la comunicación, y docente de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Ante ese panorama, surgen dos disyuntivas. La primera consiste en establecer, cambiar o adaptar las normas a las necesidades actuales que exige el internet, sus plataformas y redes sociales.
La segunda, normar o regular el uso de esta red, considerando la información que se comparte por medio de ésta, ya sea como usuario o como empresa que ampara a internautas.
Derechos de los usuarios en internet
Los cibercriminales fácilmente pueden desligarse de las sanciones o favorecerse de las pocas normas que existen al respecto.
Normar el uso del internet es todo un desafío. Si bien existen regulaciones en cada país sobre el uso de esta red ninguna tiene normas específicas para el internauta.
Uno de los países que ha logrado avances significativos con normas de protección de datos es España con la vigencia de la Ley de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales (LOPDGDD) de 2018, cuyo fin es proteger la intimidad, privacidad e integridad de la persona considerando la Constitución Española (Art. 18.4). La norma regula los deberes del usuario en el proceso de transferencia de datos.
Villavicencio, recomienda que cada persona debe ser consciente del uso que les da a sus redes sociales. Antes de demandar derechos debe ser responsable de ellos.
“La máxima preocupación de todos los foros internacionales vinculados a la tecnología es el aspecto de la ética (…) y para desarrollar estas nuevas tecnologías de la forma más humana (…) tenemos que tomar conciencia de cómo evoluciona la tecnología”, comenta la abogada.
Cómo lograr una empresa digital segura
“Una empresa que quiera entrar en el mundo de internet, empezar a conectarse con sus clientes, a gestionar envíos internacionales o nacionales debe tener una política de seguridad que proteja los activos (información) que son valiosos”, manifiesta Villavicencio.
Para ello, recomienda la utilización de antiransomware, una solución de protección contra ransomware (secuestro de datos), que recupera de forma segura los datos cifrados y garantiza la continuidad del negocio y la productividad. También sugiere obtener un Firewall, un sistema de seguridad de red que supervisa y controla los datos que entran o salen de la red.
La protección de datos en Bolivia
La ley de protección de datos en el país aún está en proceso. En abril de 2022, el director ejecutivo de la Fundación Internet Bolivia, Cristian León, socializó el proyecto de ley en varias ciudades del país, como Cochabamba, Santa Cruz, Chuquisaca, La Paz, El Alto y Tarija.
“Hablamos de datos personales, porque se refieren a números de carnet, nuestras direcciones, números telefónicos, entre otros datos, unos más sensibles que otros. Lo que se busca con esta normativa es regular eso, ¿cómo se está manejando esa información?, ¿cómo se puede proteger de mejor manera? De modo que no se vulneren los derechos humanos ni la privacidad de las personas”, declaró León.