En el vibrante escenario de la educación superior, la investigación emerge como el elemento vital que estrecha los lazos entre la academia y la realidad palpable.
Más allá de ser un mero ejercicio académico, la investigación universitaria se erige como una herramienta poderosa para entender, abordar y resolver los desafíos contemporáneos que enfrenta la sociedad.
La esencia de la universidad no se limita a la mera transmisión de conocimientos, sino que también reside en la generación de nuevos entendimientos y descubrimientos.
Para Danitza Monrroy Vega, docente de la carrera de Odontología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, las clases magistrales de la educación tradicional fueron un candado a la apertura mental y estimulación creativa e innovadora del razonamiento propio y científico, “lo que provocó que el estudiante centrara su atención y aprendizaje en lo que el docente conocía, situación limitante al inmenso mundo de conocimiento al que se puede acceder ahora”.
La investigación universitaria no sólo impulsa el avance de la ciencia y la tecnología, sino que, también, contribuye a la comprensión de los problemas sociales, económicos y ambientales que definen el mundo actual.
De forma genérica, investigar implica conocer, transformar la tradición y el rutinario quehacer de una comunidad o sociedad hacia nuevas visiones de mundo, contextualmente realistas.
“El aprendizaje basado en investigación se convierte en la principal estrategia de despertar científico educativo que conduce al estudiante al cuestionamiento del conocimiento más allá de la simple búsqueda bibliográfica, usando esta información para crear nuevo conocimiento a partir del razonamiento individualizado”, agrega la docente universitaria.
Al respecto, el Institute for the Future of Education del Tecnológico de Monterrey (México) explica que el aprendizaje basado en investigación (ABI) es una técnica didáctica que tiene el objetivo de relacionar las enseñanzas que se brindan en el aula, con técnicas y metodologías de investigación que permiten que los estudiantes puedan, a la par de su formación, desarrollar competencias y habilidades de análisis, reflexión y argumentación.
“Esta herramienta de aprendizaje vincula los contenidos de las unidades de formación con información teórica y práctica recabada directamente por los estudiantes, permitiéndoles ser partícipes de la construcción del conocimiento”, puntualiza.
En esa línea, uno de los principales beneficios que brinda la investigación es su capacidad para ofrecer soluciones innovadoras a los problemas cotidianos.
Los hallazgos derivados de la investigación universitaria se traducen en aplicaciones prácticas que impactan directamente en la sociedad. Desde avances médicos hasta tecnologías sostenibles, la investigación no sólo enriquece el corpus de conocimientos, sino que también mejora la calidad de vida de las personas.
Además, la conexión entre la universidad y la realidad a través de la investigación fomenta el desarrollo de habilidades críticas en los estudiantes. La participación activa en proyectos de investigación no sólo profundiza su comprensión de la materia, sino que también les proporciona habilidades analíticas, de resolución de problemas y pensamiento crítico, esenciales en cualquier campo profesional.
Gabriela Sanjinés, directora del Instituto de Progreso Económico y Empresarial (IPEE), uno de los centros estratégicos de pensamiento de Unifranz, considera que la investigación está históricamente relacionada al papel que juegan o deberían jugar las universidades como grandes referentes del mundo académico y es pensada como esencial en el conocimiento científico.
“No podemos pensar en la generación de cualquier tipo de conocimiento sin que sea el resultado de una investigación. Al respecto Francisca Ganga haciendo un análisis del aporte de Elinor Ostrom, Premio Nobel de Economía en 2019, indica que en la actualidad no se podría discutir que el conocimiento es un factor determinante del éxito de las sociedades, pues es la base de la construcción social y de su correspondiente vertebración con todo el tejido social”, manifiesta la directora del IPEE.
La investigación también desempeña un papel fundamental en la proyección internacional de las universidades.
Aquellas instituciones que destacan en investigación a menudo se posicionan como líderes en sus respectivas disciplinas, atrayendo a académicos y estudiantes de todo el mundo. Esta diversidad enriquece aún más el entorno académico, fomentando la colaboración global y el intercambio de ideas.
La investigación universitaria no es simplemente un componente opcional de la educación superior; es un pilar fundamental que conecta el conocimiento teórico con la realidad palpable.
Al abordar los desafíos actuales y futuros a través de la investigación, las universidades cumplen su papel crucial en la construcción de un futuro más informado, innovador y sostenible.
Existen suficientes razones para justificar la investigación científica en las universidades, que se constituyen en espacios donde se enseña a pensar, a comprender y a crear, a partir de la investigación, nueva información, conocimientos y tecnologías, que juegan un gran papel en el desarrollo integral del país.
La investigación, en general, se ha convertido en una de las bases para evaluar las universidades. Debe estimularse y valorizarse.
“Los docentes aceptamos el cambio constante con resiliencia, descubriendo en la docencia y los estudiantes las estrategias que permitan sacar el mayor provecho de sus capacidades y habilidades en torno a sus propias vivencias (…). Estamos saliendo del adoctrinamiento, despertando la curiosidad por el conocimiento de nuestra propia realidad, en línea con la creación de una pedagogía propia y apostando por la creatividad boliviana muy dinámica que podría ser la esperanza de una nueva generación que transforme nuestra situación política y económica”, finaliza Monrroy.