La Inteligencia Artificial (AI) despierta fascinación y miedo a la vez. Los asistentes de voz, los smartphones, el análisis de datos, las aplicaciones médicas o la optimización de rutas ya son parte de la vida cotidiana de las personas en Bolivia y el mundo, sin que se den cuenta.
Isabel es una emprendedora que ha hecho de la cocina su fuente de ingresos económicos. Ella decidió adoptar la tecnología para las entregas a domicilio con el sistema de delivery. Junto a sus socios colaboradores utiliza la Inteligencia Artificial con Google maps para la optimización de sus rutas –desde datos geográficos hasta de la situación actual del entorno en el que se desplaza como condiciones meteorológicas o información relativa al tráfico– garantizando la optimización de los recursos disponibles y ofreciendo la mejor calidad de servicio a los clientes.
Las tecnologías están marcando y acelerando el paso de la humanidad y se están involucrando en multitud de tareas que hasta hace un par de décadas eran atributo exclusivo del ser humano. Todo apunta a que sus aplicaciones no harán otra cosa que incrementarse exponencialmente a medida que pasen los años.
Para Verónica Ágreda de Pazos, rectora nacional de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, la analítica de datos y la inteligencia artificial podrían ayudar a adaptar los mensajes de las personas a la medida de sus usuarios o clientes y ajustarse a sus preferencias, pero que, la personalización llevada al extremo “puede ser percibida como invasiva e incluso estremecedora”.
En tanto, la empatía es, sin duda, la cualidad humana que permite dosificar el uso de la data y otras tecnologías que desafían a la humanidad. “La sinergia entre ambas capacidades puede ser la fórmula perfecta para humanizar la data”, asegura Ágreda.
Pasa que la capacidad para cumplir con funciones cognitivas que asociamos a las mentes humanas como: percibir, razonar, aprender, interactuar con el medio, resolver problemas e incluso ser creativas, han acelerado la transformación digital impuesta por la pandemia al mundo empresarial e industrial. El marketing no es la excepción, dice a propósito de su avance en la rama del conocimiento.
El marketing digital es el área que más se ha beneficiado de la inteligencia artificial, generando gran cantidad de datos personales y de comportamiento, abriendo puertas a nuevas aplicaciones de la IA para generar ventas.
La Inteligencia Artificial es el tema que abordará Ágreda en su ponencia en el EXMA Bolivia 2023, un espacio para crear y validar ideas, reafirmadas por mentes que han marcado la diferencia en el mundo y que, en su séptima versión, se realizará en Santa Cruz de la Sierra.
“A las personas siempre les ha gustado sentirse especiales. Un saludo personal, un toque personal, un trato cercano y amigable son gratificantes. La personalización siempre genera una experiencia positiva”, afirma Ágreda de Pazos.
Para Gabriela Thellaeche, Founder Phygitals Marketing Hub, la Inteligencia Artificial va a cambiar la forma en la que vivimos y trabajamos.
“Los seres humanos contamos con habilidades que la Inteligencia Artificial no podrá remplazar fácilmente. Sin duda, la ‘empatía’ es una de ellas, pero también agregaría la ‘iniciativa’ ya que no funciona sin instrucción o interacción (…) y la ‘intuición’, un mecanismo inmediato de entender nuestro entorno y cómo podemos responder rápidamente”, explica Thellaeche.
Sin embargo, para potenciar estas herramientas, es necesario reconocer las habilidades humanas, a fin de analizar cómo integrarlas a cada cambio digital o tecnológico y que no se pierda la ‘humanidad’ en cada proceso.
La Inteligencia Artificial es uno de los avances más fascinantes de nuestro tiempo, ha generado debates sobre su capacidad para reemplazar a los humanos. Su avance dio lugar a una mayor automatización en la industria, la logística o los servicios. Esto lleva a que se produzcan cambios en el mercado laboral, con la creación de nuevos empleos y la desaparición de otros.