El sistema de salud requiere “médicos con calidez de trato al paciente y con cultura de investigación”

El sistema de salud requiere “médicos con calidez de trato al paciente y con cultura de investigación”

La finalidad de un médico es indivisible a su vocación de servicio. Sin embargo, para ser competitivo en el mercado laboral de hoy, son necesarias nuevas competencias y habilidades. Para ello, es primordial repensar la formación médica añadiendo herramientas tecnológicas de aprendizaje, componentes de análisis crítico investigativo y experiencias de aprendizaje que respondan a un perfil más humano.

La Dra. Marisol Ágreda, administradora de la Caja Petrolera de Salud de Cochabamba(CPS), considera que la preparación en conocimientos académicos debe complementarse con habilidades humanas y valores como la empatía, que es la base del trato con el paciente.  Para la médica es vital que sus colegas sean formados en la cultura de la investigación, en salud pública para incentivar la prevención en la población con campañas que los vinculan desde estudiantes con la población y fortalece su vocación.

Casos clínicos y prácticas hospitalarias

La Universidad Franz Tamayo, UNIFRANZ, impulsa esta transformación a partir de la innovación educativa. Brita Candia, médica y docente, asegura que para formar profesionales con las competencias necesarias es primordial que tengan experiencias de aprendizaje que complementen el modelo académico como las prácticas hospitalarias desde primeros semestres.

“Acercamos a los estudiantes a entornos reales de desempeño de la profesión desde el inicio de su formación, ellos identifican los problemas y aplican los procedimientos básicos de salud del nivel de atención primario en su comunidad, realizan actividades de promoción y prevención de salud como ferias, campañas, entre otros y son parte activa de los procesos de investigación científica”, acota.

Otra herramienta que permite el desarrollo del pensamiento crítico y el trato con el paciente son los casos clínicos. Melanie López, estudiante de primer semestre, destaca la resolución y análisis de estos casos que le permiten interpretar y aprender de manera diferente preparándola para poder realizar diagnósticos patológicos con más facilidad a futuro. “Lo que más me gusta de estudiar en UNIFRANZ es la enseñanza y la evaluación que es más dinámica. Cada viernes analizamos distintos casos clínicos para relacionarlos con lo aprendido en la semana sobre de las materias”.

Candia explica que los casos clínicos “son una herramienta pedagógica atractiva, interactiva y motivadora que permite al estudiante conocer el método clínico epidemiológico y lo acerca a un entorno real de lo que será su desempeño profesional fortaleciendo su capacidad de razonamiento clínico desde el aprendizaje experiencial”. Su uso, añade, nace de la necesidad de mejorar la calidad de vida en la sociedad con un enfoque holístico, basado en la formación de profesionales capaces de reconocer los procesos de salud enfermedad que lideren en la transformación de las condiciones de vida de su comunidad, con los más altos niveles de excelencia científica.

Tecnología de simulación médica y anatómica

El uso de la tecnología en simulación es otra ventaja académica que complementa el aprendizaje y desarrollo de habilidades técnicas. Para el Dr. Jimmy Venegas, Decano Académico, los simuladores son un recurso muy importante para la formación médica que prepara a los estudiantes para actuar con pacientes en salas de urgencias, pabellones ginecológicos y de trauma, entre otros.

“La metodología que utilizamos en una infancia a través de nuestro modelo por competencias es que los estudiantes tengan acceso a las herramientas tecnológicas desde el primer semestre. También tenemos una mesa de anatomía que complementa el trabajo que se realiza en los anfiteatros con las piezas anatómicas identificando los diferentes tejidos, quitando músculos, vasos sanguíneos, nervios, sistema óseo, etc.”, apunta el médico.

Estas experiencias, acercan al estudiante a la realidad del sistema de salud despertando su capacidad de ser un innovador disruptivo, un explorador creativo, un ser íntegro y un ciudadano universal que está preparado para responder a las demandas de escenarios dinámicos proponiendo soluciones desde la ciencia, la tecnología y la empatía.

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