Los estudiantes de la generación digital son muy diferentes respecto a épocas anteriores. Ahora se caracterizan por ser más impacientes, exigentes, incrédulos, utilitaristas, individualistas y con menos fe en la sabiduría de los maestros. La valoración corresponde a Guy Haug, experto internacional en educación superior de la Unión Europea.
Los cambios profundos que se han producido en el perfil de los estudiantes, no están en sintonía con la currícula de algunas instituciones de educación superior, asegura el colaborador en la Unión Europea, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Mundial, la UNESCO y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Las nuevas tecnologías acarrean cambios a todo nivel. La aparición de equipos cada vez más sofisticados y la implementación de la Inteligencia Artificial (IA) para mejorar su rendimiento ha transformado muchos escenarios. Uno de ellos, tiene que ver con el surgimiento de nuevos empleos, profesiones y esquemas laborales.
Haug hizo un llamado a las universidades a reinventarse para cumplir su rol social y contribuir al empleo, al crecimiento, a la innovación y al bienestar que genera aquello que tiene que ver con la Responsabilidad Social Universitaria.
“La gobernanza corporativa, rendición de cuentas y sostenibilidad en el siglo XXI”, fue el rótulo de su ponencia en el “IV Foro Internacional de la Educación Superior: Innovación Tecnológica y Gobernanza”, que se realizó en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
El experto considera que sigue creciendo la brecha entre la oferta universitaria y las necesidades formativas de la sociedad y de los estudiantes, a pesar de todos los esfuerzos.
Lo que pide la sociedad son personas adaptables, capaces de resolver problemas complejos, con base en el trabajo en equipo, cada vez más multidisciplinarios e internacionales, lo que amerita un cambio profundo que en los métodos antiguos no se aceptan y no producen los mismos resultados que antes.
Huag plantea mirar a las audiencias, grupos de estudiantes que no tienen oportunidades adecuadas para seguir formándose: “pienso en la formación continua a lo largo de la vida. Es un tema del cual se habla, pero no hay un desarrollo suficiente, salvo en algunos pocos países”.
Son tiempos de acondicionar los modelos educativos a la satisfacción de las necesidades formativas de los migrantes, fundamental en tiempos de movilidad estudiantil, sugiere el experto. Con los cambios, surgen grandes oportunidades para quienes entienden esos avances y se capacitan para adoptar los empleos del futuro.
Las universidades, en la actualidad, están formando ciudadanos para el mundo. La formación que se ofrece en las aulas ha roto barreras y ha permitido a numerosos estudiantes ganar experiencia internacional. Los avances tecnológicos permitieron que los universitarios accedan a mejores conocimientos, a través de una educación internacional desde plataformas digitales.
Huag asegura que cada región tiene su propia característica y su forma de implementar la internacionalización, que depende del contexto en el que se desarrolla el proceso de enseñanza y aprendizaje, “Los modelos de Europa, están estructurados de acuerdo a su contexto, no son adaptables a otras regiones, cada una tiene particularidades propias”, matizó.
El momento es propicio para encarar una reingeniería que transforme la educación desde sus procesos y servicios, a fin de alcanzar aprendizajes cada vez más significativos, con miras al 2030.
“A estas alturas del siglo XXI ya no tiene sentido que la educación superior quede como una especie de torre de marfil, autorreferente y centrada en su funcionamiento interno”, sostiene Haug. Plantea una necesidad de abrir espacios que ayuden a transformar la educación.
El experto apuesta a la gestión sostenible de las instituciones de educación superior, asumiendo su responsabilidad y compromiso con la sociedad, “para que la rendición de cuentas permita la emergencia de un sistema de educación superior diversificado, apto para dinamizar los métodos de aprendizaje y demandas sociales diferentes, que ajuste al perfil institucional; es decir su propio ADN”.
Las entidades deben encontrar y liberar recursos económicos para invertirlos en los procesos de cambio y las áreas de futuro, finaliza.
El “IV Foro Internacional de Educación Superior: Innovación Tecnológica y Gobernanza” reunió a actores y líderes mundiales de la educación. Fue propiciada por la universidad Franz Tamayo, Unifranz, como sede organizadora junto a la Organización Universitaria Interamericana (OUI), la Red de Administradores Universitarios (RAUI), la Asociación Nacional de Universidades Privadas de Bolivia (ANUP) y la Red de Innovación Educativa de Latinoamérica (Red I+E).