Todos los años, el aumento de las temperaturas se hace más notorio en algunas zonas del país, valles en los que en pleno verano el termómetro no superaba los 23 grados han experimentado altas de hasta los 30 grados centígrados, con cambios también en las temporadas húmeda y seca, que cada año se alargan o se acortan.
La razón de estos fenómenos es el cambio climático, un fenómeno producido por la acción humana y que, ahora, como nueva consecuencia, ha ampliado los territorios en los que se presentan algunas enfermedades endémicas, como el dengue.
“El dengue se transmite por la picadura del mosquito. Generalmente, éstos viven en lugares cálidos. Sin embargo, debido al calentamiento global, se ha presentado la proliferación de estos vectores en otras zonas que no son las endémicas y son áreas pobladas, como valles interandinos e, incluso, zonas de montaña”, explica Gabriel Mendoza, patólogo y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
El mosquito sobrevuela a la población y con ello el peligro acecha a las regiones vulnerables. El Aedes aegypti, especie vectora del dengue, es conocido por aprovechar las épocas calurosas y lluviosas para reproducirse. Su ciclo comienza en charcos o acumulaciones de agua estancada, donde desarrolla sus huevos que a su vez se convierten en más insectos y generan mayor riesgo.
En el país, las regiones tropicales como el oriente, el norte de La Paz y ciertos sectores del sur suelen presentar casos recurrentes de esta peligrosa enfermedad.
De acuerdo con un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante 2024, hasta la fecha, Bolivia presentó 6.875 casos confirmados de dengue, concentrados en los departamentos endémicos de Cochabamba, La Paz, Tarija, Pando, Santa Cruz, Beni y Chuquisaca. Además, se han presentado 10 decesos por dengue, en lo que va del año.
Según informes de World Mosquito Program, las enfermedades transmitidas por estos insectos matan a más de un millón de personas e infectan hasta 700 millones cada año en el mundo, casi una de cada diez personas, un número que podría ir en aumento debido al cambio climático.
“Las temperaturas globales en aumento están causando una expansión en las áreas en donde los mosquitos prosperan. Esto pone en riesgo a más comunidades y hace que más meses al año se vuelvan favorables para la transmisión de enfermedades en lugares ya proclives a las enfermedades transmitidas por mosquitos”, señala la doctora Katie Anders, directora de Evaluación de Impacto del World Mosquito Program.
En este escenario se estima que el dengue, la enfermedad transmitida por mosquitos de propagación más rápida en el mundo, infecta a más de 390 millones de personas por año, con más de la mitad de la población del mundo actualmente en riesgo.
Por otra parte, un estudio reciente, conducido por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM, por sus sigla en inglés), predijo que más de ocho mil millones de personas podrían estar en riesgo de malaria y dengue para 2080.
La investigación encontró que el aumento de la temperatura global podría alargar las temporadas anuales de transmisión en más de un mes para la malaria y cuatro meses para el dengue a lo largo de los próximos 50 años. Esto está basado en proyecciones de crecimiento de la población en 4.500 millones a lo largo del mismo período y un aumento de la temperatura de 3,7°C para 2100.
El dengue
Mendoza indica que existen dos tipos de dengue, el clásico y el hemorrágico, siendo este último el más letal, ya que afecta a la sangre de los pacientes, haciendo que su tratamiento sea más complicado.
“El mosquito, al picar a una persona sana y producirle la infección, provoca un tipo de enfermedad sistémica, como si fuese un resfrío muy fuerte, en el que va a haber fiebre muy alta, por varios días, sudoración, falta de apetito, cansancio muy extremo y dolor. Este último síntoma es muy característico a nivel muscular, a nivel de las articulaciones y hasta los huesos”, explica el médico.
Generalmente, estas afecciones en el dengue clásico, duran aproximadamente unos cinco a siete días, pero pueden complicarse con el dengue hemorrágico, el cual puede ser fatal.
“Esto porque se producen alteraciones en la sangre y pueden producirse varias hemorragias en varias partes del cuerpo lo que deriva en una falla en muchos órganos y la muerte”, puntualiza.
Mendoza apunta que, dependiendo el tipo de dengue hay diferentes tratamientos, pero que, en general, la enfermedad clásica es manejable y ambulatoria, ya que en la mayoría de los casos no requiere internación.
“El dengue clásico generalmente se trata con paracetamol. Este medicamento es necesario para la fiebre y el dolor y no se debe utilizar ningún otro medicamento para tratar estos síntomas que pueda afectar a la sangre”, explica.
Por ejemplo, según el doctor, el ibuprofeno está contraindicado porque puede causar hemorragia.
“Si el paciente está en una fase crítica o tiene dengue hemorrágico, requiere de un tratamiento más agresivo, con transfusiones de sangre, estabilizadores y coagulantes para que no haya alteraciones sanguíneas que puedan producirle al paciente un shock y la muerte”, finaliza.