Por Lily Zurita
Desde hace un par de décadas, se habla de forma recurrente sobre el bullying. El término hace referencia al acoso escolar del cual son víctimas miles de niñas, niños y adolescentes. La falta de atención y la ausencia de respuestas esperanzadoras concluye, en algunos casos, con decisiones extremas.
El bullying es un término que se utiliza para describir un comportamiento agresivo, intimidante o dañino hacia una persona o un grupo de personas que se perciben como vulnerables. Puede manifestarse de muchas formas. Algunos ejemplos comunes incluyen insultos, amenazas, aislamiento social, exclusión, burlas, daño físico, difusión de rumores falsos o información privada, entre otros.
Sofía, una adolescente de 13 años, es la mayor de tres hermanas. Debido a su contextura física, diariamente, recibe apelativos ofensivos e hirientes no solo en el colegio sino en su mismo hogar, de parte de sus hermanas, por lo que decidió aislarse.
Su madre cuenta que, luego que la encontró llorando en un rincón de la casa, la llevó al psicólogo, quien diagnosticó que la actitud de Sofía tiene mucho que ver con el bullying del que es víctima todos los días.
James Robles, director de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que el bullying puede tener un impacto grave en la salud mental y física de la víctima. Más aún cuando se encuentra en una etapa tan sensible como la adolescencia.
“La víctima de bullying puede llegar a la depresión, la ansiedad, la baja autoestima, el aislamiento social, el trastorno de estrés postraumático y la autolesión. También puede afectar negativamente el rendimiento académico y la participación en actividades extracurriculares”, indica.
Ante esa situación, los profesionales recomiendan prevenir y abordar el bullying a través de la educación sobre el respeto a los demás y la empatía, la creación de un entorno escolar, social seguro y respetuoso, y la intervención rápida y efectiva cuando se produce el acoso.
¿Bullying o acoso?
Son términos que se utilizan indistintamente para referirse a un comportamiento agresivo y dañino hacia una persona o grupo de personas. Ambos términos se refieren a una conducta intencional y repetitiva que tiene como objetivo causar daño, ya sea físico o psicológico, a la víctima.
Aunque el término «bullying» se utiliza con más frecuencia en el contexto escolar y el término «acoso» se utiliza con más frecuencia en el contexto laboral, ambos términos describen el mismo comportamiento dañino.
“La tipología del bullying ha aumentado en el último tiempo, porque los niños son como esponjas que asimilan y reproducen lo que hacen sus progenitores, sus guardadores, tutores o hermanos mayores. Los niños harán con sus pares lo mismo que ven en sus hogares”, dice Consuelo Torrez, docente de la carrera de Derecho de Unifranz.
Tipos de bullying
Robles indica que existen varios tipos de bullying, algunos de los cuales incluyen:
– Verbal: comentarios hirientes, burlas, insultos o amenazas verbales hacia la víctima. Puede incluir la difusión de rumores, la ridiculización en público y la humillación verbal.
– Físico: agresión física hacia la víctima, que puede incluir golpes, empujones, patadas o cualquier tipo de contacto físico violento.
– Emocional o psicológico: manipulación emocional, exclusión social, el aislamiento o cualquier otra forma de comportamiento que afecte negativamente la salud mental de la víctima.
– Sexual: cualquier forma de comportamiento sexual no deseado o inapropiado hacia la víctima, que puede incluir el acoso sexual, la discriminación de género o la explotación sexual.
– Cibernético: intimidación o acoso que ocurre en línea o en las redes sociales. Puede incluir la difusión de imágenes o información privada, el acoso verbal o la exclusión social en línea.
– Racista: cualquier forma de comportamiento discriminatorio o prejuicioso basado en la raza o la etnia de la víctima.
Causas del bullying
Las causas del bullying -según Robles- pueden variar según cada caso y pueden ser complejas. se pueden identificar algunas causas comunes:
Factores individuales: la falta de habilidades sociales o emocionales, la baja autoestima, la dificultad para controlar la ira o la impulsividad, la necesidad de poder y control, entre otros.
Factores familiares: un ambiente familiar desfavorable, la falta de supervisión, la falta de límites claros y consistentes, la violencia doméstica o el abuso.
Factores escolares: ambiente escolar hostil, falta de control de los adultos, la falta de medidas efectivas para prevenir y abordar esta problemática.
Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología de Unifranz La Paz, dice que no hay que olvidar que la violencia es una conducta aprendida, por lo que es muy posible que el acosador venga de un ambiente donde también se ejerce violencia.
Consecuencias
Las consecuencias del bullying pueden ser graves y duraderas. Algunas de las consecuencias son:
Problemas emocionales: la víctima puede experimentar ansiedad, depresión, baja autoestima, trastornos alimentarios, trastornos del sueño, entre otros.
Problemas sociales: la víctima puede experimentar aislamiento social, problemas para establecer relaciones interpersonales saludables, bajo rendimiento escolar, falta de participación en actividades extracurriculares.
Problemas físicos: la víctima puede experimentar problemas de salud física, dolores de cabeza, dolores estomacales, dolores musculares, entre otros.
Comportamiento agresivo: el agresor puede desarrollar comportamientos agresivos y violentos en el futuro.
Problemas legales: puede ser considerado un delito en algunos países y puede tener consecuencias legales para el agresor y el entorno escolar.
“Es importante tomar medidas para prevenir y abordar el bullying de manera efectiva, con el fin de minimizar sus consecuencias negativas en la víctima, el agresor y el entorno en general”, puntualiza Robles.
El profesional recomienda fomentar un ambiente escolar seguro y positivo, a través de la implementación de políticas y programas que promuevan el respeto, la inclusión y la tolerancia. Los estudiantes deben sentirse seguros y apoyados en la escuela para poder concentrarse en su aprendizaje.
Torrez, por su parte, considera que la cultura del buen trato podría ser la respuesta ante el acoso escolar. “Nos enseña a establecer reglas en la familia para sobrellevar una situación de conflicto (…). Por otro lado, la familia podría recurrir a una escuela de padres, a fin de fortalecer el rol materno y paterno”.