La escasa interconexión de los mercados locales, la fuerte dependencia de productos importados (incluso en la canasta básica de consumo) y el perfil de nuestro mercado de trabajo, altamente asentado en ocupaciones informales, sin redes de protección social y enmarcados en el modelo tradicional de trabajo fueron elementos que profundizaron los impactos negativos de las medidas sanitarias adoptadas para enfrentar el COVID-19, de acuerdo a un estudio publicado por la Revista Económica Libre Empresa.
En términos del Producto Interno Bruto (PIB), la caída estimada para Bolivia se encuentra dentro del rango medio de las estimaciones para el resto de los países de la región, siendo Argentina, Venezuela, Perú y Ecuador los países más afectados, con caídas estimadas que superan el 10% anual.
No obstante, la percepción de la población sobre el resultado de la economía durante el 2020 es negativa, y esto se debe en gran medida al tipo de empleo, u ocupación que prevalece en el país.
Mientras que en gran parte de América Latina la informalidad ronda el 50% (una cifra de por sí elevada), en el caso de nuestro país esta se encuentra entre el 70 y 77% según el reportaje de la revista Libre Empresa, por lo que la vulnerabilidad de este tipo de ingresos es sumamente alta. Otro elemento a tomar en cuenta es la alta frecuencia de los mismos sin una red de protección social, ya que más del 60% de los trabajadores tienen ingresos diarios, semanales o quincenales.
Toda esta información nos deja uno de los mayores aprendizajes este 2020, durante muchos años se ha apostado por un modelo de crecimiento que no mejoraba las condiciones laborales, sino que permitía consumo a corto plazo y desplazaba inversión, necesaria para crear empleo de calidad, también se mantuvo un modelo de trabajo tradicional donde era imperiosa la presencialidad de los actores provocando que muchas instituciones no logren migrar a lo digital, fracasando en el intento.
Las nuevas exigencias del mundo laboral cambiaron debido al nuevo panorama que vivimos, incurriendo de manera directa en la manera de trabajar y hacer negocios, ya el método de cumplir horarios establecidos y asistir a un sitio determinado para trabajar está quedando cada vez más obsoleto, siendo reemplazado por el home office o teletrabajo.
De la misma manera, los métodos para hacer negocios están evolucionando gracias a la tecnología. Son ya muchas las organizaciones y emprendedores que se mueven en el dinámico mundo digital, y los líderes de las distintas industrias tienen un factor en común: la exitosa transformación digital de sus negocios.
En este escenario, las universidades van saliendo del shock e iniciando una especie de etapa de resiliencia frente al incierto panorama sanitario. Lo que iba ingresando paulatinamente, en unos casos, como innovación y modernización y, en otros, sólo como un tímido exotismo, hoy es una especie de motor general. Todas se vieron forzadas a digitalizarse, la calidad compite hoy en ese escenario, de golpe y más que nunca.
De cara a este desafío, UNIFRANZ se preparó y dejo la educación remota de emergencia para introducir la modalidad de aprendizaje más exitosa en el mundo: Blended Learning Experience, donde convergen lo mejor del aprendizaje presencial y virtual, gracias a una innovadora sinergia entre el aprendizaje e-learning y el aprendizaje práctico que se desarrolla en un entorno presencial equivalente al mundo laboral futuro.
La innovación educativa de UNIFRANZ, se refuerza con la capacitación permanente de herramientas tecnológicas, la utilización de recursos educativos, el manejo de simuladores, el uso de plataformas virtuales y la aplicación de softwares internacionales, tuvieron la finalidad de mejorar la experiencia de aprendizaje del estudiante, teniendo como resultado este año, estudiantes que brillaron en concursos internacionales y nacionales ganando primeros lugares y destacando la educación de Bolivia para el mundo, como es el caso de los estudiantes de Ingeniería Comercial que ganaron el Reto Internacional Labsag o los estudiantes de Publicidad y Marketing que ganaron el Ojo de Iberoamérica, en la categoría Nuevos Talentos.
Las medidas de aislamiento derivadas de la pandemia han acelerado la digitalización del mundo, ha potenciado muchas competencias digitales. En respuesta, la Universidad se ha enfocado en preparar a los estudiantes para el emprendimiento y el teletrabajo. No un teletrabajo como el que hemos vivido durante el confinamiento, sino un modelo hibrido, moderno, con la automatización de tareas y procesos, el descenso del número de reuniones y encuentros cara a cara y el incremento del alcance de todas las operaciones empresariales.
No tiene sentido seguir creando un espacio de polarización alrededor de la tecnología, empieza a ser apremiante pensar cómo cultivar el talento para adaptarlo a una era en la que más de la mitad de la población tiene acceso a Internet, siguiendo esta premisa UNIFRANZ apalanca el talento de sus estudiantes para convertirlos en los profesionales del futuro.