Amorosas, trabajadoras y fuertes: las madres se sobreponen a cualquier adversidad

Amorosas, trabajadoras y fuertes: las madres se sobreponen a cualquier adversidad

Por Manuel Filomeno

“Mi mamá es todo, es una suma de todas las cualidades, es fuerte, es delicada, es una gran profesional, una extraordinaria cocinera, consejera y guardiana, un sol, una luchadora, es una persona en la que puedo confiar y, aunque a veces le he ocultado cosas, ella me entiende como nadie en este mundo, es mi ancla y mis alas” dice Carla Reyes, una estudiante de 21 años, con lágrimas en los ojos.

El 27 de mayo, Bolivia celebra a las madres, principal sostén emocional y en muchos casos hasta económico de las familias y de la sociedad. Se trata de un día de celebración que recuerda el rol de las mujeres dentro del núcleo familiar.

El amor de madre es el más grande, mujeres que con su sacrificio sacan adelante a sus hijos, enfrentando adversidades en todos los contextos, incluso hay madres, que, sin quererlo, entregan su vida a sus vástagos, solas contra el mundo.

No todas las mujeres quieren ser madres, en muchos casos la maternidad no es elegida sino consecuencia de toda una construcción social que predestina a las mujeres, desde niñas, a ser madres. Las muñecas, las ropitas, los biberones y pañalitos son parte de ese entrenamiento y presión para cumplir el mandato social para casarse y tener hijos.

“Yo no quería ser madre, en mi juventud siempre tuve mucho cuidado de que así fuera, pero pasó y cuando me vi enfrentada a esa posibilidad tuve mucho miedo”, relata Isabel Aragón, socióloga y madre de cuatro.

Cuando se embarazó por primera vez, de pronto Isabel se sintió sola en el mundo, su familia la hizo a un lado, su pareja, sin abandonarla sentimentalmente, debió partir en busca de trabajo a otra región.

“Pase gran parte de mi embarazo por mi cuenta, fuera de mi casa y de todo lo que conocía, justo antes de dar a luz, renegando contra el mundo por ponerme en esta situación, pero cuando nació Sofía, mi primera hija, todo se hizo muy claro, era y es la razón por la cual estoy en este mundo”, cuenta.

Otras mujeres buscan por años la maternidad, enfrentándose a la frustración de no poder lograrlo.

“Siempre quise ser mamá y a mis 30 años ya tenía una carrera, éxito profesional, estabilidad económica y una pareja amorosa, pero no podíamos concebir, era frustrante. Intentamos tratamientos de fertilidad por años, pero aún así no podíamos. Hasta que un día pasó, me embaracé y fue el día más feliz de mi vida”, expresa Pilar Castro, madre de Juliana, una niña de tres años.

Madres trabajadoras

Ruth Rocha, es madre y vendedora de línea blanca, actividades que consumen casi todo su tiempo, sin embargo, esto no le ha impedido estudiar y superarse, gracias a la motivación de sus hijos, ahora  busca un mejor porvenir para ella y su familia.

Ruth optó por estudiar de manera online, una modalidad que le brinda flexibilidad y le permite mantener el resto de sus actividades.

“Cuando era más jóven no pude estudiar porque tenía a mis hijos y alguien tenía que hacerse cargo del negocio, aprendí a gestionar mercadería y hoy junto a mis hermanos vivimos de la venta de línea blanca. Como era la mayor estaba bajo mi responsabilidad. Mis hijos me dicen mamá tú podrías ser ingeniera comercial, dominas el mundo de las ventas y quisiera hacerlo. Muchos pensamos que la edad es una limitación, a mis 43 años decidí ir a la universidad y parece un sueño”. 

Carmen Averanga tiene 40 años, estudia contaduría pública, es madre de tres hijos en etapa escolar y dice que “ser madre es la mejor etapa de una mujer, es un tiempo de sacrificio para tus metas personales, pues debes resignar tu desarrollo personal por priorizar el de nuestros hijos”, sin embargo, la mujer encontró una manera.

“Me inscribí en una universidad online, que me permite aprender a mi ritmo y en mis tiempos libres, así puedo trabajar y pasar tiempo con mis ‘enanos’ y ellos siempre me ayudan cuando pueden y no entiendo algo de la plataforma, es algo muy enriquecedor”, agrega.

Un estudio de ONU Mujeres Bolivia da cuenta que en el país 84% de los hogares monoparentales están conformados por mujeres, que a menudo tienen que lidiar con un trabajo remunerado, trabajo de cuidado no remunerado en el hogar, para los niños y otros miembros de la familia.

Amorosas, trabajadoras y fuertes: las madres se sobreponen a cualquier adversidad

 

De acuerdo con un estudio del Instituto de la Mujer y Empresa (IME), parte del centro de pensamiento estratégico de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, el 68,5% de las emprendedoras bolivianas es madre, de las cuales el 48,5% tiene entre uno y dos hijos.

“Ser mamá no fue un impedimento para emprender, en realidad, fue una motivación”, confiesa Consuelo Fernández, emprendedora dedicada al rubro gastronómico.

Fernández indica que sus hijos, de 15 y 21 años, fueron su inspiración para emprender.

“Yo siempre he trabajado en mi profesión que es farmacéutica, pero durante la pandemia tuvimos una crisis económica en casa, así que tuve que encontrar una actividad extra, mis hijos me animaron a hacer masitas dulces y saladas, las promocionaron con sus conocidos y me ayudaron con las entregas, ellos han estado ahí para mi todo el tiempo y es gracias a ellos que este negocio ha prosperado”, agrega.

Joel (15 años) y Carlos (21), los hijos de Consuelo, señalan por su parte que su madre los ha inspirado a emprender por su cuenta.

“Ver a mamá trabajar tan duro, en la farmacia y ahora con su negocio nos dio ánimos, nos impulsó a trabajar duro, formarnos y emprender”.

Para Lucía Camargo, madre de Sebastián, un niño de dos años y también una abogada exitosa,  encontrar el equilibro entre la maternidad y el trabajo puede ser difícil, pero que es posible.

“Tengo la suerte de tener una gran familia y una pareja amorosa que me apoya, pero incluso si no los tuviera, haría todo lo posible para seguir creciendo y ver crecer a mi pequeño”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *