Los atractivos históricos, culturales y naturales de un país son motivo de orgullo entre sus habitantes y guardan un potencial inmenso para generar riqueza entre las comunidades. Sin embargo, la riqueza no lo es todo, se necesita infraestructura, servicios de calidad, planes y recorridos para aprovechar de la mejor manera estos destinos.
La tarea de Administrador de Hotelería y Turismo es gestionar y atraer a visitantes hacia la riqueza intangible de un país, para lo cual requiere de cualidades muy especiales, como la curiosidad, la comunicación, la capacidad de entender la tecnología y un profundo amor por el patrimonio de su país.
Según los últimos datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), se estima que 975 millones de turistas viajaron internacionalmente entre enero y septiembre de 2023, lo que supone un aumento del 38% respecto a similares meses de 2022.
La OMT indica que, en general, el turismo recuperó el 87% de los niveles previos a la pandemia en enero-septiembre de 2023. Eso pone al sector en camino de recuperarse casi un 90% para fin de año. Además, los ingresos del turismo internacional podrían alcanzar los 1,4 billones de dólares en 2023, alrededor del 93% de los 1,5 billones de dólares obtenidos por los destinos en 2019.
“El profesional en turismo tiene que ser una persona muy curiosa, muy amante de la riqueza de su país, riqueza natural, histórica, cultural. Tiene que ser una persona sociable, porque el turismo implica mucha comunicación con las personas, mucha interacción. Estas cualidades blandas son necesarias para el profesional. Sin embargo, también tiene que ser una persona a la que le apasionan todo tipo de temas. El turismo es un sector transversal a muchas áreas”, explica la directora de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Delia Bustillos.
De acuerdo con la experta, este profesional debe cultivar el conocimiento en múltiples áreas, ya que debe entender la realidad de un país y saber proyectarla hacia el exterior, además de comprender a los posibles visitantes y sus necesidades.
“Para eso, el profesional del turismo debe aprender mucho sobre economía, administración, marketing, psicología, obviamente sobre temas turísticos específicos como patrimonio, museos, líneas aéreas, operadoras, entre otras cosas más. Para esto, requiere de una mente muy amplia”, explica la académica.
Bustillos apunta que los profesionales turísticos deben poseer conocimientos tecnológicos también, y saber aplicarlos a su diario proceder, ya que son la columna vertebral de las nuevas tendencias en el sector.
“Actualmente, las tendencias son, sobre todo, tecnológicas. Si bien eso se aplica en todas las carreras, en turismo hemos aprendido, después de los fuertes golpes de la pandemia, que tenemos que asociarnos con la tecnología y precisamente el campo se ha abierto a esta asociación, por eso es importante tener interés por la tecnología y al mismo tiempo, poder adoptar esto a la actividad turística”, agrega.
Según la OMT, las nuevas tecnologías pueden contribuir para que la experiencia del turismo sea más accesible y satisfactoria para todas las personas. Su desarrollo implica el conocimiento de las necesidades de todos sus usuarios potenciales, incluyendo las de las personas mayores, personas con discapacidad u otras personas con movilidad reducida.
El uso de dichas tecnologías en el destino está relacionado con el término “destino turístico inteligente”. Este destino es innovador, en cuanto a los productos y servicios que ofrece, responsable con el medio ambiente y con las personas, incorporando a la vez la tecnología, la accesibilidad universal en toda la cadena de valor de la experiencia turística para ser más sostenible y más competitivo.
“Ante esta situación, la academia está implementando asignaturas como rutas y mapas digitales, sistemas de posicionamiento global y turismo, reservas a través de Internet, promoción y marketing turístico por las redes. Todo esto enfocado a las nuevas tendencias que están surgiendo y a temas de realidad aumentada, inteligencia artificial que también se pueden aplicar en el sector”, agrega la experta.
La académica expresa que la tecnología permite un acercamiento directo entre los interesados, los operadores y los proveedores de servicios, lo que permite gestionar con ellos de mejor manera y personalizar la experiencia de los turistas.
A pesar de los desarrollos tecnológicos y de las nuevas maneras de experimentar los destinos turísticos, como la Realidad Aumentada y la Realidad Virtual, Bustillos dice que la presencialidad sigue y seguirá siendo la piedra angular de la actividad turística.
“Con el Internet, el viajero tiene en la palma de su mano toda la información que quiera conocer sobre un destino turístico. De hecho, gracias a la realidad virtual puede empezar a conocerlo antes de salir de su lugar de residencia. Pero, finalmente, la experiencia como tal tiene que ser in situ, si bien existen programas de turismo inmersivo o de Realidad Aumentada, nunca van a cambiar la experiencia de estar en el lugar y el turismo tiene que empezar a ‘conjuncionar’ ambos, no solamente irse a la parte tecnológica, sino fortalecer la parte tradicional, con ayuda de la tecnología”, finaliza.