Alguna vez te pusiste a pensar, ¿qué tipo de elementos extraños se encuentran alojados en la carcasa de tu teléfono móvil? Una investigación liderada por estudiantes de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, devela una alta carga microbiológica en estos aparatos.
Staphylococcus aureus, Aerobios mesófilos, Escherichia coli, mohos y levaduras son algunos de los microorganismos que podemos encontrar en los celulares y que son la causa de algunas enfermedades que afectan a las personas, provocándoles infecciones gastrointestinales, vómitos, cólicos estomacales, afecciones cutáneas, infecciones en el tracto respiratorio, neumonía, tos o sinusitis, entre otros.
El “aprender haciendo”, entendido como el conjugar el conocimiento teórico con las habilidades prácticas y humanas, en la etapa de formación, es una cualidad en Unifranz. En este marco, Charlene Murillo, Daniela Tavera, Verania Rozales, Leiddy Aguilar y Fátima Poquiviqui –futuras licenciadas en Bioquímica y Farmacia–, junto a la guía de docentes de la institución, lideraron la investigación.
Para Charlene, quien cursa octavo semestre y sueña con trabajar en el área de microbiología y bromatología a nivel industrial, “conocer los microorganismos que contienen algunos teléfonos puede ayudar a comprender mejor la propagación de las enfermedades y trabajar preventivamente en la limpieza y desinfección de nuestros dispositivos”.
Aprender haciendo para graduarse con experiencia
“El aprender haciendo permite que los estudiantes visualicen retos y problemas a solucionar; al ser enteramente prácticos, busca integrar áreas de formación y validar el desarrollo de las competencias profesionales. La evaluación de estos proyectos permite demostrar la formación integral, el fortalecimiento del modelo educativo de Unifranz, centrado en el estudiante y, sobre todo, garantiza que nuestros profesionales se gradúen con experiencia”, asegura el Dr. Carlos Dabdoub, vicerrector de Unifranz Santa Cruz, a tiempo de describir el origen de la interacción de los estudiantes.
La toma de las muestras se realizó de la pantalla, borde y parte posterior de cerca de una centena de celulares y como resultado se obtuvo que el 75% se encontraba con Staphylococcus aureus, 14% con Escherichia coli, 98% con aerobios mesófilos, 38 % con mohos y 80 % con levaduras, explica Mary Cruz Martínez Torrez, docente de Bioquímica y Farmacia en Unifranz.
Al enfrentar problemas del mundo real, los estudiantes desarrollan habilidades esenciales y adquieren una comprensión más profunda de su campo de estudio, demostrando que el «aprender haciendo» es una estrategia educativa valiosa y efectiva.
Gustavo Jáuregui, gerente general de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), destaca la metodología que utiliza Unifranz en la formación de profesionales y asegura que es necesario que las universidades generen una mezcla de experiencias y habilidades para que sus profesionales tengan todas las herramientas para triunfar en el mundo laboral.
“La experiencia y la práctica previas pueden ser valiosas para el futuro exitoso de los nuevos profesionales, pero no son necesariamente determinantes. El futuro del trabajo demandará una combinación de habilidades y experiencias; por lo cual los nuevos profesionales deben centrar sus esfuerzos en desarrollar habilidades blandas, aprender de manera continua, pensar de manera creativa y adquirir experiencia práctica”, afirma.
De instrumento de comunicación a portador de enfermedades
El teléfono móvil, en la actualidad, es una herramienta indispensable para la vida del ser humano. Se utiliza como medio de comunicación, herramienta de trabajo, cámara fotográfica, filmadora, grabadora, calculadora, entre otros. Desde la aparición de las redes sociales, los usuarios no se desprenden de él ni para ir al baño.
Con más de 15.000 millones de dispositivos móviles (celulares) circulando por el mundo, hasta fines de 2022 y una proyección de 18.000 millones para 2025, los teléfonos celulares casi duplican el total de la población mundial.
“Llevamos nuestros celulares en la mano, la acercamos al menos, una docena de veces al día a nuestra boca, oreja o roza la piel de nuestros rostros. Por eso, es importante este tipo de aportes desde la investigación científica, para trabajar en campañas preventivas en el área de la salud para evitar enfermedades”, asegura la futura profesional de Unifranz.
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