Cómo usar ChatGPT de forma ética en ingeniería comercial

La inteligencia artificial (IA) llegó para revolucionar nuestros estudios, trabajos o relaciones sociales, pero no para pensar por nosotros. En tiempos donde basta un clic para obtener respuestas, la verdadera inteligencia está en saber cómo preguntar, analizar y decidir.
En este contexto, herramientas como ChatGPT se han convertido en aliadas estratégicas para el desarrollo de campañas de marketing, optimización de procesos publicitarios y generación de contenido. Sin embargo, su potencial debe ir acompañado de un uso responsable y ético, advierte Mauricio Corbáne, docente de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“El ChatGPT es una herramienta de inteligencia artificial que nos facilita un mundo de cosas en todo sentido. La clave está en cómo podemos implementar esto al marketing, cómo podemos aprovechar esta herramienta para obtener recursos adicionales que no se pueden conseguir por otro medio”, explicó Corbáne durante un taller práctico con estudiantes universitarios.
ChatGPT en marketing y publicidad: una revolución operativa
Corbáne, quien además dirige una agencia de publicidad, vive a diario el impacto positivo que tiene ChatGPT en su trabajo. La herramienta no solo le ha permitido reducir tiempos de producción, sino también repensar la estructura operativa de su empresa.
“Me está favoreciendo en reducir procesos y tiempos. Tengo muchos ejemplos prácticos de cosas que podemos realizar en la agencia y que me han eliminado probablemente tiempos muertos, incluso puestos. Esto hace que todo sea más operativo y con mayor facilidad”, asegura.
En el ámbito de la publicidad digital y el marketing comercial, ChatGPT se consolida como un recurso versátil que ayuda a crear contenido, diseñar campañas, obtener referencias y hasta generar ideas visuales. Su capacidad de adaptación a distintos contextos y objetivos permite a los profesionales del área explorar nuevas formas de comunicar y conectar con sus públicos.
“ChatGPT te puede generar contenidos, te puede ayudar a referenciar, a generar imágenes, a generar videos. Realmente el alcance que puede llegar a tener esto y el impacto a nivel comercial es muy alto. Si empiezas a conectar y anexar todo esto, el resultado es enriquecedor”, destaca el experto.
ChatGPT no es el piloto, somos nosotros
Aunque los beneficios son evidentes, Corbáne plantea una advertencia ética crucial. Los usuarios deben mantener el control sobre las decisiones y no ceder su pensamiento crítico ante una máquina. La IA no debe suplantar la capacidad analítica, ni la creatividad humana. Por el contrario, debe ser vista como un generador de insumos, no de respuestas finales.
“Nos estamos acostumbrando a que nos resuelva la tarea y hemos dejado de lado que nosotros seguimos siendo el piloto. No es un generador de resultados, es un generador de insumos. Lo que nos da la inteligencia artificial depende de cómo lo utilicemos”, reflexiona.
Esta afirmación pone en evidencia una preocupación creciente en el ámbito académico y profesional: el riesgo de automatizar el pensamiento y reemplazar la iniciativa personal por dependencia tecnológica. La clave está en integrar el uso de herramientas como ChatGPT sin perder de vista el rol activo y reflexivo del ser humano.
La ética profesional ante la inteligencia artificial
Frente a este nuevo panorama, la ética profesional cobra más relevancia que nunca. No se trata solo de usar la herramienta, sino de cómo se usa, con qué fines y bajo qué criterios. Para los futuros ingenieros comerciales, dominar ChatGPT implica desarrollar competencias técnicas, pero también principios éticos sólidos que guíen su aplicación práctica.
“Debemos utilizar ChatGPT de forma muy responsable y de forma muy ética”, enfatiza Corbáne. “Creo que esto nos está pegando duro, especialmente a la nueva generación. Nos está adormeciendo la idea de pensar, y eso es lo que no podemos permitir”.
La reflexión apunta a una dimensión formativa esencial en la educación superior actual: enseñar a usar la tecnología con criterio, no solo como herramienta, sino como un medio al servicio de objetivos humanos, sociales y empresariales. En palabras simples, el ChatGPT no es el enemigo, pero tampoco el héroe. El verdadero protagonista sigue siendo el ser humano.
Inteligencia comercial en la era digital
La ingeniería comercial, como disciplina, combina elementos de economía, administración, marketing y comportamiento del consumidor. La incorporación de herramientas basadas en inteligencia artificial se vuelve indispensable para optimizar procesos, entender tendencias del mercado y diseñar estrategias más efectivas.
No obstante, esta integración no puede dejar de lado el desarrollo de habilidades blandas, como el pensamiento crítico, la empatía y la toma de decisiones. En ese sentido, ChatGPT funciona como un asistente inteligente, pero no como un sustituto del juicio humano.
En palabras de Corbáne, “hoy gran parte de la charla va en función a que nosotros seguimos siendo el piloto”. Esta idea debe resonar con fuerza en las nuevas generaciones de profesionales que enfrentan un mundo lleno de automatizaciones, pero donde la humanidad sigue marcando la diferencia.
¿Aliado o amenaza?
La dicotomía entre ver a ChatGPT como un aliado o una amenaza depende en gran medida del enfoque con el que se lo utilice. Para quienes buscan automatizar sin pensar, la IA puede convertirse en una trampa. Pero para quienes la emplean como catalizador de ideas, fuente de datos y herramienta de apoyo, ChatGPT representa una oportunidad sin precedentes para innovar y diferenciarse en el mercado.
En este contexto, la formación universitaria debe incluir no solo el uso técnico de estas plataformas, sino también una reflexión ética profunda sobre sus implicancias a nivel social, económico y laboral. De esa manera, los futuros ingenieros comerciales estarán mejor preparados para liderar con responsabilidad en una era donde la tecnología avanza más rápido que nunca.