El municipio de Cochabamba revela su nueva vocación creativa tras la presentación de los resultados del Censo de Economía Naranja que realizó el Instituto de Progreso Económico Empresarial (IPEE). La región pasó de ser el granero de Bolivia a albergar nuevos ecosistemas de turismo, salud y educación “for export” que ya fueron identificados en un primer prototipo.
“Cochabamba pasó de ser el granero de Bolivia a tener inmensos yacimientos de talento creativo”, declaró Rolando López, vicerrector de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Cochabamba, en la presentación de los datos del Censo de Economía Naranja que llevó adelante el IPEE. Sólo este sector generó 94.200 empleos en total; de los cuales 23.550 son directos y el restante son indirectos.
El estudio se realizó entre el 2022 y el 2023 a 2.260 unidades económicas en dos etapas: la primera cubrió las comunas Adela Zamudio, Tunari y Molle. La segunda, las comunas Alejo Calatayud, Valle Hermoso, Itocta y Tamborada.
El censo dio cuenta que el 68% de esta economía naranja es informal, es decir que no tiene el Número de Identificación Tributaria (NIT); un 23% es considerado un emprendimiento formal porque sólo tiene el NIT y no su registro en el Servicio Plurinacional de Registro de Comercio (Seprec); y el 9% tiene todo en orden. De este universo naranja, el 54% está dedicado a la gastronomía; un 9% la moda, un 8% la industria de productos; un 5% las artesanías; y otros.
¿Cómo cambió Cochabamba?
El gerente comercial de Datax Bolivia, Ignacio Vélez informó que en 1.999 el aporte de Cochabamba al Producto Interno Bruto (PIB) nacional era del 18,6%; una quinta parte. A medida que pasaron los años, la región perdió protagonismo y el nivel más bajo fue en 2013 con un 14% de aporte; se recuperó en 2016 con un 15,5%; y el 2021 llegó a 14,4%.
Estos niveles están por debajo del 30% que representan, aproximadamente, los departamentos de La Paz y Santa Cruz como aporte al PIB nacional.
¿Cómo se divide esta participación? El sector primario concentra todo lo que es la agricultura, silvicultura, caza y pesca; junto a las actividades de extracción. El sector secundario está compuesto por la industria manufacturera y la construcción; el terciario comercio y servicios.
“Lo que más resalta es cómo el sector primario, cada vez, aporta menos al PIB comenzando con un 17% en 2010; un 14% en 2019. Mientras que el sector primario va perdiendo protagonismo; el sector secundario y terciario va ganando cada vez más participación”, afirmó Vélez. Por ejemplo, en el sector de Servicios y Comercio; están registradas alrededor de 13.500 empresas; y esta cifra representa un 70% del total de firmas en el valle.
Otro factor para medir el crecimiento son los créditos que otorga el sistema financiero al departamento de Cochabamba. Por ejemplo, en 1999, la cartera era de 691 millones de dólares y al 2023 esta cifra creció a los 4,9 millones de dólares. “En servicios y comercio se concentra más del 50% (de los préstamos) en cinco gestiones y en 2010 llegó hasta un 65%. Este es un sector pujante creciente y demanda más recursos al sistema financiero”, precisó.
El big bang de la economía
Los datos que arroja el Censo de Economía Naranja es un big ban o gran explosión que descubre diferentes ecosistemas económicos “for export”. El vicerrector dijo que con la información se busca crear un ecosistema de Turismo Naranja en el que se identifiquen cuáles son los rubros más importantes según las zonas para conseguir su desarrollo.
“No sólo buscamos el crecimiento del turismo de entretenimiento; sino de ese turismo para el exterior y para que los visitantes vengan con un propósito como: salud y educación. La universidad como los establecimientos de salud demostramos que sobre esa base hotelera o de cultura podemos hacer un big bang y tener un universo de oportunidades”; afirmó.
Este proceso arrancó con un primer prototipo en la comuna Adela Zamudio del Distrito 12. En esa zona se realizó un mapeo de la “huella creativa”. Ahí se identificó a más de 250 negocios naranjas que generan empleo, oportunidades y, según López, se deben aunar esfuerzos para su desarrollo.
El prototipo plantea el ecosistema del turismo basado en su dinamismo económico a través de rutas como el de la gastronomía tradicional de Cochabamba hasta de alta cocina o gourmet; la segunda ruta dedicada al café donde el ciudadano descubrirá las diversidades de este grano y sus múltiples sabores ; y también la ruta educativa y salud.
Bianka Molina, subalcaldesa de Adela Zamudio, comentó que se realizaron talleres distritales en su jurisdicción para identificar la vocación de los vecinos. En el distrito 12, los ciudadanos dijeron, en su mayoría, que quieren trabajar en turismo, cultura y medio ambiente. “Ven que debemos crecer en el distrito acompañados de corredores biológicos y culturales”.
Compromiso interinstitucional
La presentación del censo se llevó adelante en compañía de los representantes de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC); la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba (ICAM); el Ceres; el Gobierno Autónomo Departamental de Cochabamba; el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, entre otros quienes suscribieron un compromiso para llevar adelante un trabajo mancomunado a fin de alcanzar el desarrollo de Cochabamba y crear una ciudad sostenible e inteligente.
“Este es un compromiso” –afirmó Rolando López– “de autoridades de la Gobernación, del municipio, líderes empresariales. No queremos tener fronteras, queremos aunarnos y hacer de Cochabamba un ejemplo de perseverancia, pujanza y bienestar. Una ciudad inteligente con ciudadanos inteligentes, creativos, tecnológicos y cultos”.
En este manifiesto reconocen el potencial económico en turismo, salud, educación del departamento de Cochabamba y los compromete a desarrollar un modelo de ecosistema turístico, de educación y salud para la exportación.
Este trabajo comenzó en el distrito 12 como un prototipo de nuevas zonas emergentes y con el objetivo de servir a otros proyectos regionales y nacionales. También abogan por una legislación municipal y departamental que fomente la colaboración entre la academia, el gobierno y la sociedad civil.
Además, Unifranz suscribió dos convenios. El primero con el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) para obtener becas economía creativa que se lanzarán en octubre y un foro con Emprendefest previsto para el 18 de noviembre. El segundo fue con Datax Bolivia, empresa cuya principal actividad se centra en el servicio de procesamiento de Datos Estadísticos e Información, para continuar trabajando con la información que genera esta entidad. “Sabemos el poder de los datos e información y para la toma de decisiones estratégicas. La generación de conocimiento es clave”, apuntó el gerente de esta firma, Ignacio Vélez.
Percepción del Clima Empresarial
El censo estuvo acompañado de una encuesta de clima de negocios que se realizó a los empresarios cochabambinos y del país. “Vimos menor protagonismo de la participación de la economía departamental en la nacional. En esencia (nos dedicamos) al comercio y servicios. En general, nuestro empresariado es mediano y pequeño; y hay muy poca gran empresa”, declaró López.
En la encuesta, un 65% de los empresarios ven el entorno de los negocios en el país de manera desfavorable. “Es tan ácida la expectativa de los empresarios que piensan igual que el FMI (Fondo Monetario Internacional) que Bolivia no va a crecer más del 2%; contrario a lo que proyectó el Gobierno del 5%”.
Las limitantes identificadas por el sector son las cargas sociales, el marco laboral, la presión e inequidad fiscal, el contrabando, la falta de políticas públicas, la ausencia de créditos, la inconveniencia del tipo de cambio, bajo nivel educativo, entre otros.
En general, entre los descontentos y muy descontentos con el entorno suman un 79%. Ellos aseguran que no hay un buen clima de negocios. Otros 12 “confiados” piensan que todo se va a arreglar y 9% son “optimistas” y creen más en ellos, que en el entorno. Ahí surge la apuesta por la economía naranja.