Branding jurídico, cuando los abogados cuidan la reputación de su nombre

Branding jurídico, cuando los abogados cuidan la reputación de su nombre

Cuando el esposo de Clara fue aprehendido por una denuncia de narcotráfico, la mujer de casi 35 años recorrió, al menos a ocho estudios jurídicos de los abogados penalistas más renombrados de la ciudad en busca de patrocinio y, en todos, recibió un contundente NO de respuesta.

Así, los abogados cuidan su nombre y reputación, construida a lo largo de los años; más aún cuando, en el país, los profesionales que hubieran patrocinado a personas acusadas por la comisión de delitos, tales como narcotráfico, se ven impedidos de postularse al cargo de magistrados de los altos Tribunales de Justicia del Estado.

El branding (marca) o la gestión de marca no es pues exclusivo del marketing que se aplica en las empresas o grandes corporaciones, sino también es aplicada por personalidades, políticos y, por supuesto, los abogados y los estudios jurídicos.

“El branding en el ámbito jurídico se refiere a la gestión de la marca y la reputación de un despacho o abogado para destacar en el mercado y ganar la confianza de los clientes”, dice Alberto Salamanca, director de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Hablar de branding jurídico es hablar de la esencia del despacho y del espíritu que el abogado o los socios han inculcado a la firma, de su responsabilidad social, de su ADN, porque, hoy en día, se necesita seducir, conectar e interactuar con el cliente.

Según Salamanca la gestión de marca de un estudio jurídico, requiere la definición de:

●     Una identidad visual sólida.

●     Una comunicación clara y coherente

●     Un servicio de calidad

●     Una reputación sólida a través de recomendaciones y testimonios positivos

El branding jurídico forma parte del marketing jurídico que consiste en la aplicación de estrategias y técnicas de marketing para promocionar y posicionar un despacho o estudio jurídico, con el objetivo de atraer y retener clientes, así como aumentar su visibilidad y reputación en el mercado legal.

Cómo cuidar la reputación

La buena reputación (percepción de excelencia y prestigio del despacho o abogado) se basa en la integridad, comportamiento, actuación, reconocimiento, admiración y la comparación con los competidores que despierta el profesional del Derecho, entre sus grupos de interés.

La reputación puede dar al abogado o al despacho legal una ventaja competitiva y está directamente relacionada, entre otros factores, con la posibilidad de percibir unos honorarios “más justos”, la capacidad de atraer talento cualificado al despacho o una mayor fidelización de clientes.

Para cuidar la reputación de marca, Salamanca sugiere enfocarse en:

•                    Ofrecer un servicio de calidad y excelencia a los clientes.

•                    Ser transparente y honesto en todas las interacciones con los clientes

•                    Mantener una comunicación clara y coherente en todos los canales de comunicación.

•                    Gestionar adecuadamente las críticas y comentarios negativos en línea.

•                    Monitorear constantemente la reputación en línea y tomar medidas inmediatas para corregir cualquier problema o malentendido.

“Al gestionar su branding de forma estratégica, los abogados o estudios jurídicos exitosos pueden mejorar su visibilidad, reputación y atraer a más clientes potenciales”, puntualiza el académico.

Se puede recuperar la reputación del estudio jurídico

Para Salamanca, es posible recuperar la reputación de la marca de un estudio jurídico a través de estrategias de relaciones públicas, marketing y servicio al cliente que permitan mejorar la percepción del público sobre la misma.

“Es importante ser transparente, reconocer los errores y trabajar para corregirlos”, indica el docente universitario.

Además de la gestión de marca y la reputación de un despacho o abogado, el branding jurídico implica la creación de una estrategia de comunicación que permita transmitir los valores, misión y visión para diferenciarse de la competencia y atraer a clientes potenciales.

También implica la creación de una experiencia positiva para el cliente a través de un servicio personalizado y de calidad.

“El branding jurídico es parte de las nuevas tendencias de Legal Tech, como el conjunto de competencias que debe gestar el cultor jurídico para el desarrollo de negocios corporativos jurídicos”, concluye Salamanca.

 

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