Empoderada y orgullosa de su empresa, Ana Chura, dueña y fundadora de Biobel, decide apostar por la economía triple impacto para disminuir la contaminación de los ríos, suelos y alcantarillados en su ciudad, fabricando jabones cosméticos biodegradables reciclando aceite de cocina.
“Mi emprendimiento surge del afán de ayudar a nuestro planeta generando pequeños cambios desde lo cotidiano, ya que, al convertir este residuo (aceite de cocina) en jabones, no sólo disminuimos la contaminación de nuestras aguas, también estamos creando productos de uso diario, amigables con el entorno y con nuestra piel”, comenta la joven empresaria.
El proyecto de Ana que pensó en una de sus clases de Administración de Empresas en la Universidad Franz Tamayo, hoy, forma parte de una nueva tendencia económica en potencia: la economía circular y de triple impacto. Chura, comenta que el objetivo de Biobel es disminuir la contaminación y fomentando el consumo sostenible.
Esta economía verde es entendida como un modelo que además de generar ganancias, que es el propósito de todas las empresas, también busca obtener un impacto social y ambiental.
Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo – BID escrito por Matteo Grazzi y Simone Sasso, especialistas en económica, perfila a estos nuevos emprendimientos de innovación verde como pilares de la recuperación económica post pandemia.
Éstas nuevas formas de hacer empresa emergen como respuesta a la fragilidad de los modelos económicos convencionales basados en la producción, consumo y desecho de productos a partir de la extracción y transformación de materias primas. Biobel, en cambio, propone un modelo circular de recuperación y transformación.
El aceite vegetal es un residuo que contamina aguas de riego y empeora el manejo inadecuado de aguas grises. La Investigadora asegura que el desecho del aceite vegetal conlleva implicaciones nocivas para el medio ambiente ya que: “un litro de aceite puede llegar a contaminar 1000 litros de agua. Si desechamos de forma inadecuada el aceite se convierte en un contaminante silencioso”.
De igual manera, el observatorio ambiental de Bogotá estipula que “un litro de aceite usado puede llegar a contaminar el equivalente al consumo de agua anual de una persona en su domicilio, pues contiene aproximadamente 5.000 veces más carga contaminante que el agua residual que circula por las alcantarillas y redes de saneamiento”.
¿Cómo se produce el jabón con aceite vegetal?
Ana, cuenta con emoción que la producción de los jabones inicia con el reciclaje del aceite vegetal. Una vez utilizado en la cocina, se deja enfriar a temperatura ambiente para después pasarlo por un colador que separa las impurezas y residuos. Posteriormente, este se vierte en una botella de plástico limpia y es trasladado a un punto de reciclaje.
En el caso de Biobel, la emprendedora logró vincularse con varios restaurantes como El Hamburgón y Turumank’a, que cumplen con este primer paso obteniendo y le ayudan a obtener la materia prima para su producto. “Luego, el aceite pasa por una serie de procesos de producción como filtración, separación de residuos sólidos, limpieza con filtros de carbono y varios pasos de control de calidad lo cual nos lleva a un producto final que son los jabones ecológicos”, todo esto en la planta procesadora de la empresa.
Hoy, el proyecto de Ana se ha convertido en realidad y ofrece un producto de alta calidad como opción económica de consumo consciente de productos de limpieza biodegradable. A la fecha más de 600 litros de aceite vegetal fueron transformados por Biobel en jabones con aroma a rosas, jazmín y lavanda.
A sus 30 años y a puertas de graduarse, la joven proyecta su empresa como un referente en el mercado dentro del sector: “quiero hacer de mi empresa una fuente laboral que tenga alto impacto social. El simple hecho de informar a toda la población sobre los problemas ambientales hace que tomemos conciencia sobre la importancia de proteger nuestros ríos, lagos y también de cuidar todos nuestros alrededores”, comenta esperanzada.
Además, el proyecto de la emprendedora aporta al cumplimiento los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), instituidos en septiembre del 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El número 11 – Ciudades y comunidades sostenibles, entendido como la reducción del impacto de las áreas metropolitanas como centros neurálgicos de la saturación de sistemas de residuos de aguas y manejo de desechos. El objetivo número 12 – Que impulsa la producción y consumo de productos verdes, como los jabones biodegradables. Finalmente, el objetivo 14 que hace referencia al cuidado y preservación de vida marina, en este caso protegiendo al ecosistema de ríos y lagunas de la contaminación del aceite vegetal.
Biobel, nació como un proyecto de la materia de Proyectos Integradores. Hoy, con los ojos llenos de ilusión, Ana espera que su empresa siga creciendo y se consolidade como una fuente laboral para otros jóvenes que compartan su propósito de cambiar el entorno.