El turismo boliviano puede ser motor de desarrollo si se gestiona con identidad y sostenibilidad
Por Andres Zankis
El turismo boliviano enfrenta el reto de consolidarse como un sector estratégico para el desarrollo del país, porque tiene una enorme riqueza natural y cultural. Así lo señaló Javier Rivera, director de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, durante una master class desarrollada en la Universidad de São Paulo, Brasil, como parte del programa de movilidad internacional de Unifranz.
Instituciones dedicadas al desarrollo turístico en el país, como el Centro para la Participación y Desarrollo Humano Sostenible (Cepad) estiman que el turismo puede generar 3.000 millones de dólares a la economía del país; sin embargo, ahora no se logra ni un tercio de esa cifra.
“Uno de los principales desafíos que enfrenta el sector turístico en Bolivia es la ausencia de una apuesta estratégica y sostenida por parte de los distintos niveles de gobierno. La falta de una institucionalidad claramente definida limita la planificación, coordinación y continuidad de acciones en el sector”, explicó Rivera.
A estos factores se suma la incidencia de conflictos sociales y bloqueos que afectan directamente la imagen del país como destino, generando incertidumbre y desconfianza entre los visitantes. Rivera considera que fortalecer la gobernanza turística y la articulación público-privada es clave para revertir este escenario y sentar bases sólidas hacia una gestión más eficiente y sostenible.
“Desde territorios amazónicos hasta altiplánicos, el país tiene la capacidad de ofrecer experiencias únicas en turismo de aventura, ecoturismo, etnoturismo, turismo religioso o gastronómico. Si estos recursos se gestionan de manera planificada y sostenible, se puede construir una oferta auténtica y diferenciada”, afirmó el académico.
Las nuevas tendencias del turismo global apuntan hacia experiencias sostenibles, regenerativas y transformadoras, en las que el visitante busca conexión, sentido y aprendizaje. En ese marco, Bolivia puede posicionarse como un referente del turismo de naturaleza, comunitario y cultural, siempre que se articulen esfuerzos entre comunidades, operadores, Estado y academia.
Rivera advirtió que la informalidad y la falta de políticas públicas de largo plazo siguen siendo obstáculos para alcanzar ese objetivo. “Sin una visión de país que proyecte el turismo estratégicamente, las acciones tienden a ser coyunturales y de corto alcance. Se requiere institucionalizar la planificación participativa, fomentar la formalización y promover la coordinación multinivel”, sostuvo.
Desde la academia, Unifranz trabaja en la formación de una nueva generación de profesionales capaces de transformar el sector. “En la carrera de Administración de Hotelería y Turismo formamos profesionales con competencias éticas, capacidad de gestión, innovación y compromiso con el desarrollo sostenible. Buscamos que nuestros estudiantes sean agentes de cambio, que diseñen experiencias con identidad y visión de futuro”.
El modelo educativo innovador de Unifranz promueve una formación integral orientada a la acción, el liderazgo y la sostenibilidad. A través de proyectos, prácticas y alianzas con instituciones públicas y privadas, los estudiantes aprenden a vincular la teoría con la realidad del sector, desarrollando propuestas turísticas con impacto positivo en sus comunidades.
El turismo del futuro debe integrar crecimiento económico, preservación ambiental y bienestar comunitario. No se trata solo de atraer visitantes, sino de generar desarrollo con identidad y respeto por los territorios. En esa línea, Rivera considera que la participación activa de todos los actores, comunidades locales, sector privado, Estado y universidades, es fundamental para consolidar un modelo turístico sostenible y equitativo.
La participación de Rivera en la Universidad de São Paulo reafirma el compromiso de Unifranz con la internacionalización del conocimiento y la promoción del turismo sostenible. A través de su programa de movilidad académica, la universidad impulsa el intercambio de experiencias y saberes que fortalecen la formación de profesionales capaces de proyectar a Bolivia como un destino competitivo, auténtico y consciente ante los desafíos del turismo global.