Operación Sonrisa y Unifranz atendieron a 80 pacientes y realizaron más de 300 curaciones odontológicas

Por Ricardo Espinoza

Operación Sonrisa
Operación Sonrisa

Una sonrisa puede cambiarlo todo. Puede romper barreras, curar miedos y abrir puertas. Pero para cientos de niños y jóvenes en Bolivia, sonreír no siempre fue posible. Nacieron con labio fisurado o paladar hendido, condiciones que afectan no solo su apariencia, sino también su alimentación, su habla, su confianza y, por ende, su calidad de vida.

Hoy, gracias a la solidaridad y al compromiso de instituciones, profesionales y voluntarios, esas sonrisas pueden volver a dibujarse. El pasado sábado, la Universidad Franz Tamayo, Unifranz El Alto, se convirtió en el punto de encuentro y esperanza de niños y jóvenes de diversas edades, durante la jornada de preselección de pacientes y misión dental del programa Operación Sonrisa Bolivia, una iniciativa que transforma vidas desde hace más de 26 años.

Durante la jornada, se atendió a cerca de 50 pacientes —entre niños, adolescentes y adultos— para la preselección de cirugías, a 80 pacientes en misión dental y se realizaron más de 300 curaciones odontológicas en la Clínica Odontológica de Unifranz El Alto, donde especialistas de diversas regiones, docentes y estudiantes de la carrera de Odontología participaron activamente en la evaluación y atención de los beneficiarios.

Un trabajo conjunto por la salud y la inclusión

Las personas evaluadas serán parte del proceso de selección para las próximas cirugías reconstructivas gratuitas, que se realizarán en la ciudad de Santa Cruz, con todos los gastos cubiertos por Operación Sonrisa Bolivia.

El esfuerzo es posible gracias a la colaboración de la Fundación Unifranz, la carrera de Odontología de Unifranz El Alto, el Banco de Crédito BCP, y decenas de voluntarios y profesionales de salud que unen fuerzas para devolver sonrisas y esperanza a las familias bolivianas.

“Operación Sonrisa viene operando más de 26 años y hemos beneficiado a más de 5.000 pacientes. Este año estimamos llegar a más de 250 personas y poder darles una nueva sonrisa. Es muy importante tener el apoyo de Unifranz y de varias instituciones que nos permiten acercarnos a nuestros pacientes y realizar una preselección efectiva”, destacó Mary Vaca, gerente de programas de Operación Sonrisa Bolivia.

Formación con propósito

Para Álvaro Ibáñez, director de la carrera de Odontología de Unifranz El Alto, formar parte de este programa es una experiencia transformadora para docentes y estudiantes.

“Como carrera de Odontología nos sentimos muy felices de ser nuevamente parte de Operación Sonrisa y de tener aliados estratégicos que nos ayudan a regalar mejor calidad de vida a los pacientes, por el bien de nuestra sociedad”, afirmó.

Los estudiantes participaron en la atención y acompañamiento odontológico durante la jornada, poniendo en práctica sus conocimientos y valores humanitarios bajo la metodología ‘aprender haciendo’, que promueve Unifranz como parte de su modelo educativo.

La fuerza de la comunidad

La Fundación Unifranz también fue parte esencial en la organización y logística de la jornada. Su directora, Pilar Hidalgo, destacó el valor de la unión interinstitucional.

“El verdadero impacto de lo que hacemos no solo se mide por la cantidad de pacientes atendidos, sino por la cantidad de personas que participan. Médicos que llegan desde Santa Cruz, profesionales de La Paz, del Alto, voluntarios de distintas ciudades… esa es la verdadera magia: una comunidad unida que devuelve sonrisas y esperanza a cientos de bolivianos”, expresó.

Hidalgo subrayó que este tipo de acciones reflejan el compromiso social y humano de Unifranz, consolidando su rol como una comunidad educativa proactiva, innovadora y solidaria, donde el conocimiento se pone al servicio de la vida.

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