Por Guiomara Calle
En un entorno de trabajo ideal, los empleados deberían sentir que forman parte de una segunda familia. Sin embargo, en muchos casos, el ambiente laboral se convierte en un lugar de angustia debido a un enemigo silencioso: el mobbing laboral. El problema cobra relevancia en el Día Mundial de la Salud Mental, que este año se conmemora bajo el lema: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.
El mobbing laboral, también conocido como acoso laboral, se caracteriza por comportamientos hostiles, ya sea de superiores, compañeros de trabajo o subordinados, con la intención de aislar, intimidar o desestabilizar emocionalmente a una persona. Este tipo de acoso puede manifestarse a través de burlas, exclusión social, críticas desproporcionadas, sobrecarga o infravaloración de tareas, entre otros.
“Así como tenemos el bullying escolar en el ámbito de los colegios, existe el mobbing laboral, que es el acoso por parte de un jefe, uno o varios compañeros de trabajo, que se dedican a desprestigiar y hacer pasar malos ratos a otro trabajador. El afectado se siente habitualmente fuera de lugar e inseguro, y esto se plasma en el rendimiento con una actitud negativa hacia el trabajo”, explica Carla Martínez, docente de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
La especialista advierte que el mobbing afecta a millones de personas en el mundo y, aunque muchas veces es subestimado, tiene un alto impacto en el bienestar emocional con efectos devastadores en la salud mental, como cuadros de ansiedad o depresión. “Hay señales que nos advierten este problema, por ejemplo, la irritabilidad y el mal humor continuo son claros indicadores de que algo no está bien en nuestra vida y cuando esto se presenta en el trabajo es posible que el mobbing esté detrás”, añade.
Martínez recuerda el caso de Verónica, una administrativa de 33 años que requirió de atención psicológica porque su situación laboral se volvió insostenible a causa del menosprecio a su trabajo por parte de su inmediato superior. “Ella sentía que no podía hacer nada bien, incluso pensaba que el problema era ella, pero con el tiempo se dio cuenta que era víctima de mobbing laboral. La empresa terminó resarciendo el daño psicológico que esta situación le causó, con el pago de los tratamientos”, tras un largo proceso judicial en el que se pudo comprobar el hecho.
Este tipo de casos son más comunes de lo que se cree, agrega la psicóloga. Pero, ¿cómo pueden los empleadores ayudar a frenar este fenómeno? Martínez da una clave: “Un entorno laboral sano es aquel donde se pueden resolver problemas a través del diálogo. Si dos personas no pueden llegar a un acuerdo, es necesario un mediador, ya sea un jefe, un compañero de confianza o incluso un psicólogo”, afirma.
Reflexiones y acciones enfocadas en espacios laborales
El tema es abordado en ocasión al Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre con el objetivo de crear conciencia sobre los problemas de salud mental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) eligió este año el lema: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo” para enfocar la reflexión y las acciones en los espacios laborales.
El organismo internacional advierte que los problemas de salud mental tienen un impacto directo en los lugares de trabajo al aumentar el ausentismo, reducir la productividad e incrementar los costos de la atención médica. Sin embargo, el estigma y la falta de concienciación sobre la salud mental persisten como barreras para abordar la salud mental en el lugar de trabajo.
“Con el 60% de la población mundial trabajando, se necesitan medidas urgentes para garantizar que el trabajo evite los riesgos para la salud mental y proteja y apoye la salud mental en este espacio. Los empleadores y los compañeros de trabajo pueden ser agentes de cambio al combatir el estigma y fomentar el debate abierto sobre la salud mental. También pueden aprender a identificar los signos de problemas comunes de salud mental, como la depresión, y alentar a quienes tienen dificultades para buscar ayuda”, señala la OPS en su página oficial.
¿Cómo combatir el mobbing y crear un ambiente laboral sano?
La prevención es la mejor arma contra el mobbing. Las empresas deben crear espacios de comunicación abiertos y fomentar el respeto entre sus empleados. Además, el apoyo de profesionales en psicología organizacional es clave para identificar problemas antes de que escalen. Según Martínez, la figura del psicólogo dentro de las organizaciones es esencial para resolver conflictos y apoyar a los empleados en momentos de crisis.
“Si no se puede negociar un acuerdo, puede haber factores externos o problemas personales que afecten la conducta de los trabajadores, y aquí es donde el psicólogo entra en juego”, menciona.
En última instancia, cuidar la salud mental en el trabajo no solo beneficia al empleado, sino también a la empresa. Trabajadores felices y en equilibrio emocional son más productivos, creativos y están comprometidos con sus responsabilidades. Las organizaciones que reconocen esto no solo mejoran el clima laboral, sino que también aumentan su eficiencia y éxito a largo plazo.
“Cuando hablamos de salud mental, nos referimos al bienestar físico, emocional y psíquico de la persona, que se refleja en cómo actuamos y nos relacionamos con los demás. En el entorno laboral, problemas con compañeros o superiores pueden generar un bajo rendimiento y una falta de motivación”, concluye Martínez.