Ventajas de construir conocimiento en equipo

El aprendizaje colaborativo es una de las metodologías educativas más efectivas para fortalecer competencias, fomentar la creatividad y preparar a las personas para enfrentar desafíos reales. Esta estrategia, que promueve el trabajo en grupo para resolver problemas y alcanzar objetivos comunes, no solo enriquece el proceso de enseñanza, sino que también desarrolla habilidades esenciales para el siglo XXI.
Mario Ariel Quispe, Jefe de Enseñanza y Aprendizaje (JEA) en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que es esencial considerar la utilidad de lo que se enseña en el aula, así como las estrategias y técnicas que emplea el docente para que el estudiante aprenda y retenga el conocimiento.
“El aprendizaje cooperativo tiene un papel importante debido a que el individuo es influido por su entorno social y cultural. Sobre el primer aspecto, el aprendizaje entre y con pares es importante, porque se fortalece la aprehensión no solo de conocimientos nuevos, sino también de habilidades sociales y trabajo en equipo”, explica el académico.
El aprendizaje colaborativo es una estrategia pedagógica que impulsa la participación activa de los estudiantes a través del trabajo en equipo. En este modelo, los alumnos se organizan en grupos reducidos donde comparten conocimientos, discuten ideas y se apoyan entre sí para alcanzar objetivos comunes.
Más allá de la adquisición de conocimiento, esta dinámica fortalece competencias esenciales como la comunicación efectiva, la cooperación, el pensamiento crítico y la capacidad de resolver problemas. Al mismo tiempo, estimula la responsabilidad individual dentro del grupo y promueve una comprensión más significativa del aprendizaje.
Benefícios
Mejora del rendimiento académico: El aprendizaje colaborativo promueve un mejor entendimiento de los contenidos al permitir que los estudiantes expliquen, discutan y resuelvan problemas juntos.
Una investigación de la Universidad de Cambridge mostró que los estudiantes en entornos colaborativos resuelven problemas complejos un 30 % más rápido que aquellos en entornos individuales.
Desarrollo del pensamiento crítico y la resolución de problemas: Cuando los estudiantes discuten ideas, analizan perspectivas diferentes y debaten soluciones, aprenden a cuestionar supuestos, evaluar argumentos y tomar decisiones fundamentadas. Esta dinámica refleja los entornos laborales modernos, donde la capacidad de colaborar con equipos diversos es tan importante como el conocimiento técnico.
Desarrollo de habilidades sociales e interpersonales: Fomenta habilidades como la comunicación, la empatía, la resolución de conflictos y el trabajo en equipo, esenciales para el entorno laboral moderno.
“Otro aspecto es el fortalecimiento de la confianza y autoestima del estudiante. Si bien en un principio no pudiera lograr los resultados esperados, en el siguiente ciclo, y con las adecuaciones respectivas, su aprendizaje debería mejorar”, destaca el también especialista en pedagogía de Unifranz, Quispe.
Aumento de la motivación y el compromiso: El trabajo en grupo crea un sentido de comunidad y responsabilidad compartida, lo que incrementa la motivación intrínseca de los estudiantes. Al sentirse parte activa de un equipo, los alumnos se involucran más en el proceso de aprendizaje, se esfuerzan por contribuir con sus conocimientos y se sienten valorados dentro del grupo.
Esta dinámica fomenta un ambiente de apoyo mutuo, en el que cada integrante asume un rol significativo, lo que a su vez fortalece el compromiso con las tareas y mejora la disposición para enfrentar desafíos académicos de manera conjunta.
Preparación para el mundo laboral: El aprendizaje colaborativo simula entornos laborales reales, donde el trabajo en equipo y la colaboración interdisciplinaria son fundamentales. A través de esta metodología, los estudiantes desarrollan habilidades blandas como la comunicación asertiva, la empatía, la gestión de conflictos y la toma de decisiones en grupo.
Un informe reciente de LinkedIn Learning identificó que el 80 % de los empleadores valoran las habilidades de colaboración como una de las competencias más demandadas, y los estudiantes formados en entornos colaborativos son un 25 % más propensos a destacarse en estas habilidades.
“La utilidad de lo que se enseña, desde las estrategias hasta las técnicas que emplea el docente, está enfocada para que el estudiante aprenda”, destaca el experto de Unifranz.
Este modelo de aprendizaje colaborativo no es solo una técnica pedagógica, sino una filosofía que reconoce el valor del conocimiento colectivo. Fomenta ciudadanos y profesionales más críticos, solidarios e innovadores, capaces de transformar sus entornos a través del trabajo conjunto.