Las industrias creativas generaron un “boom” en Latinoamérica y cambiaron la mirada de la economía. Para Lorena Sánchez, experta en startups, las empresas unicornio tienen la capacidad de generar mil millones de dólares en una década y se caracterizan por un uso intensivo de la tecnología.
“Estas firmas tienen la capacidad de crecer de forma acelerada, a doble digito semana a semana y logran una valoración de millones de dólares en menos de una década”, explicó Lorena Sánchez en la presentación que hizo sobre “Tips para emprender en tecnología” que se desarrolló en el marco del EmprendeFest Unifranz 2023.
Este tipo de compañías fueron llamadas “unicornio” por su carácter mitológico, fantástico e inalcanzable. Esa fue la inspiración para Aileen Lee, fundadora de Cowboy Ventures, cuando redactó en 2013 su artículo “Bienvenidos al club de los unicornios: aprendiendo de las startups valoradas en mil millones de dólares” porque no todos estos emprendimientos alcanzan este nivel.
Este evento se realizó en coordinación con el Centro de Estudios de la Realidad Social CERES con el apoyo del Center for International Private Enterprise CIPE con el objetivo de capacitar y visibilizar a más de 150 emprendedores cochabambinos.
Esta charla se encuentra inmersa en la carrera de Administración de Empresas cuyas áreas de formación se encuentra el emprendimiento y creación de empresas, gerencia estratégica, innovación, marketing. La formación le permitirá al estudiante identificar oportunidades de negocio a nivel nacional e internacional; desarrollar startups; e ideas de negocio.
¿Cómo reconocer estos emprendimientos?
No deben cotizar en bolsa; hacer un uso intensivo de las redes sociales, dar una máxima orientación al cliente; tratarse de una aventura empresarial de alto riesgo y que esté expuesta a una gran incertidumbre; y contar con un equipo eminentemente joven y moderno, en el que se da mucho valor a la creatividad.
Sánchez afirma que también predomina la estrategia, porque debe emplazar este tipo de negocios en el lugar y en el momento indicado. Además de tener los motivos correctos y, finalmente, estar apasionado por resolver un problema o necesidad de la sociedad.
“Básicamente, debemos enfocarnos en resolver problemas dolorosos, frecuentes y por los que los usuarios pagan por dar fin. Es decir, el punto de partida para crear este tipo de empresas nace del requerimiento de un público”, afirmó.
La experta sugiere que es importante olvidarse crear una idea “nueva” sin tener un panorama completo del contexto. La clave es encontrar aquello que afecta a sus clientes para generar una solución. “Los problemas profundos son dolorosos como la necesidad de obtener un ingreso rápido, tener que vender un auto a un buen precio o algunos más frecuentes como cubrir la necesidad de alimentación, el transporte en ciudades caóticas”.
La facilidad de pago es otro factor importante puesto que con la tecnología actual las compras no deben limitarse al efectivo, sino, poder contar con pagos con tarjetas de crédito, débito o mediante transferencia electrónica.
Las empresas unicornio, agrega Sánchez, no temen asumir grandes proyectos, tienen la capacidad de resiliencia y no se rinden hasta lograr el objetivo aun cuando fracasen en el primer intento. Saben tomar decisiones inteligentes, por ejemplo Airbnb redireccionó su enfoque de negocio durante la pandemia y permitió estadías largas en ciudades próximas en lugar de promocionar ciudades remotas por corto tiempo.
Empresas unicornio y su articulación en Latinoamérica
La industria en Latinoamérica dio un giro hacia la economía naranja. Javier Hernández, catedrático Asociado y decano de la Escuela de Artes, Diseño e Industrias Creativas en Puerto Rico, explicó que ello se debe a que la creatividad es un motor de desarrollo económico, social y cultural. “Esta tendencia se produjo porque compartimos un patrimonio, material e inmaterial y la economía naranja logra aprovechar esto y lograr generar el movimiento económico”.
Por su parte Santiago Laserna, Investigador Asociado al Instituto de Progreso Económico Empresarial (IPEE), en su libro “Economía Creativa en Bolivia” explica que no existe país que alcance el desarrollo siendo extractivista. Por el contrario, propone mirar a nuevas alternativas relacionadas a la industria basada en el arte, la gastronomía, el turismo y otros que pertenezcan a la economía naranja.
Rolando López, vicerrector de Unifranz Cochabamba, aseguró que las empresas creativas se nutren de una fuente inagotable de recursos que las hace sostenibles y sustentables. Según datos del Censo de Economía Naranja, realizado por el IPEE, estas empresas aportan alrededor de 36 millones de dólares cada mes a la economía local.
Kadir Lanza, director de carrera de Ingeniería Financiera de Unifranz Cochabamba consideró que el cambio en la mirada empresarial, apostando a los emprendimientos creativos, se convirtió en una estrategia de desarrollo. “Cambió la vocación productiva de la región y la economía creativa se convirtió en una fuente importante de ingresos por la generación de empleo, nuevos negocios y proyectos”.
“Es importante que los próximos profesionales financieros sean capaces de identificar oportunidades de negocios”, precisó Lanza. Unifranz, a través del EmprendeFest, tiene el objetivo de promover y atraer inversores que estén interesados en apoyar proyectos prometedores con el fin de contribuir a la inclusión social, la participación comunitaria y la educación empresarial.
Mentalidad exitosa
Para Lorena Sánchez, la mentalidad de negocios enfocada al éxito se divide en cuatro pilares fundamentales: La primera es querer y poder hacerlo que esta relacionada con el poder de la atracción; la segunda de “total accountability” que significa actuar como dueño y tomar decisiones de desarrollar proyectos a largo plazo mientras se obtiene resultados de corto plazo.
El tercero es ser un estudiante eterno, aprender de todo y de varios ámbitos; y la cuarta es la priorización sin escrúpulos; es decir, darse cuenta que es lo más importante para hacer crecer el negocio y cortar lo que no suma.
Historia de éxito
Lorena comparte su experiencia, desde su formación en Ingeniería Química hasta su MBA en Kellogg. Su recorrido profesional incluye roles clave en empresas como L’Oréal, Natura, y Cemex, así como la creación y venta de varios startups. Un testimonio de cómo el esfuerzo y la pasión pueden abrir puertas a oportunidades inigualables.
“Soy una creyente de que si nuestras economías crecieran al 10% cada año por 10 años podríamos obtener economías desarrolladas”. Mencionó que una de sus stratups de delivery “Rappi” representa el 2,5% del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia y el impacto de empresas como ésta lograría en los países: riqueza; empleo directo e indirecto; revolucionar la industria existente; y generar mayores emprendimientos.