Cada 8 de marzo, desde 1975, se conmemora el día Internacional de la Mujer para honrar la lucha de la mujer en construir nuevos espacios de participación, en pie de igualdad dentro de la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
Muchas cosas han cambiado desde aquel 8 de marzo de 1875 cuando cientos de trabajadoras textiles de una fábrica en Nueva York se manifestaron y otras 120 fueron asesinadas en búsqueda de mejores condiciones salariales, siendo entonces impensable su participación en cargos jerárquicos. Hoy, la participación y rol de las mujeres dentro del sector empresarial y de los nuevos motores de desarrollo como la economía naranja sorprenden.
En Latinoamérica, la participación de mujeres y su incidencia en la economía naranja corresponde a un 50% según un informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO.
En nuestro contexto éste fenómeno se replica ya que más del 56% de empresas y emprendimientos naranja son liderados por mujeres que desempeñan cargos gerenciales según el informe de la primera fase del Censo de Economía Naranja del Instituto de Progreso Empresarial, IPEE. Propietarias, gerentes y emprendedoras, encabezan más de 594 empresas de un total de 1060 empresas censadas en la primera fase del proyecto, asegura Gabriela Sanjinés, Investigadora y Directora del IPEE.
Por su parte, Sanjines considera que “ las mujeres son un sector vulnerable económicamente en nuestro país y esto se ha visto acrecentado con la crisis sanitaria COVID-19, muchas se han visto sin un trabajo formal o se han enfrentado a la precariedad laboral que tenían antes, entonces optan por una labor económicas más independiente como es la creación de emprendimientos”.
Pero además de ocupar cargos gerenciales, las mujeres ocupan posiciones en otros cargos estratégicos y operativos. La primera fase del censo de Economía Naranja encuentra que más de la mitad del equipo laboral de estas empresas es femenino. “el 63% de los empleos están cubiertos por mujeres (…) La economía naranja tiene rostro de mujer”, afirma la investigadora.
Sin embargo este fenómeno también se proyecta en función al rubro naranja denominado como “Arte y Patrimonio” por los investigadores. Siendo así el sector de Turismo y Patrimonio Cultural Material e Inmaterial el que alberga al 49% de la población femenina que trabaja en este sector económico.
“Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas ”es el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas (ONU) propone. Para lograrlo, la organización establece que invertir en el empoderamiento económico de las mujeres contribuye directamente a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo.
Así como el conocimiento es una herramienta de empoderamiento, para la académica, “muchas instituciones, organismos y financiadores han tomado consciencia de que empoderar económicamente a las mujeres nos va a dar la oportunidad de mejorar nuestros indicadores económicos, pero además permite empoderar hogares”.
Es así, que hoy existen colectivos de mujeres emprendedoras y empresarias que se articulan y capacitan constantemente para poder extender su vinculación y crear redes de apoyo, ferias, festivales y otros proyectos. Sin duda, existe aún mucho por hacer, pero existen también mujeres que están dispuestas a impulsar este nuevo motor económico generando más empleos y oportunidades.