“Arte Objeto Nómada”, así se llama la obra de Magenta Murillo, una artista visual boliviana que pinta seres mágicos, de mucho color e iluminación en un mundo de ensueño y locura creativa y que es parte de “Inmersión Unifranz”, la primera muestra inmersiva itinerante de artistas bolivianos.
Murillo asegura que la obra de arte seleccionada para la muestra inmersiva toma vida propia gracias a la tecnología de punta que se utilizó. Se trata de un lienzo de cinco metros de alto.
“Son unos seres que están rodando en unas ruedas gigantes, hay muchos peces en la cabeza, hay muchos barcos que coronan a las mujeres sus tocados (…). La rueda para mí es el viaje de la vida por el universo que siempre está en movimiento. Mis seres se trasladan y van a todo lado y cohabitan (…)”, indica la artista que ha elegido a la pintura como la técnica para la expresión de su arte.
El arte en la vida de Magenta
El arte, según la pintora, se manifiesta en todos los aspectos de la vida del artista, desde su forma de ver el mundo, de apreciar a las personas que le rodean o las cosas que están a cada paso.
Quien visita la casa o el estudio de Magenta inmediatamente se da cuenta que ella no concibe la vida si no es rodeada de arte, de magia y de creatividad y que no se necesita ser millonario para tener esos pequeños espacios que inspiran y alimentan el espíritu, por muy humilde que sea una persona.
El artista es un proceso fecundo, permanente y constante. El arte nace con uno y se va formando con el paso de los años. En esa línea, Magenta es una artista que ve su arte como un lugar donde resuelve formas, colores y todo lo mágico que la habita.
“Nací creativa y trabajé duro para que sea realmente mi profesión y mi vida; el trabajo, la constancia, el talento y creer es la receta perfecta para ser un gran artista (..) es un camino largo y no fácil de recorrer”, afirma a tiempo de agregar que, para ella, hay un mundo paralelo que visita y lo traduce en sus obras.
Aunque considera que nació artista, Murillo sostiene que el artista nace y se hace, pero que, si se hace, necesita trabajo para dar rienda suelta a la creatividad.
“Agradezco tanto ese día que decidí ser artista, de haber creído en algo que además era una oposición total familiar (…). Decían que iba a ser una muerta de hambre (…). Contra viento y marea, además de ser mamá muy joven, decidí ser artista (…)”, indica.
Mundos mágicos que inspiran
Gracias a las redes sociales y las nuevas tecnologías de la comunicación, la humanidad atraviesa un boom de producción artística en diferentes formatos y, si bien la gente no entiende qué es el arte, la vive en cada una de sus expresiones y en cada paso que da.
Murillo sostiene que el artista es como un traductor de un mundo mágico personal, “la física cuántica explica que hay mundos paralelos que están pasando al mismo tiempo. Yo habito uno de esos mundos, pero que también me habita a mí. Tengo seres que me habitan y los tengo que plasmar”.
Muestra inmersiva
Este jueves inicia una muestra itinerante y gratuita de arte inmersivo de siete artistas bolivianos que, durante cuatro días, apelará a la sensibilidad del público visitante en las ciudades de Santa Cruz de la Sierra, La Paz y Cochabamba. La muestra es organizada por Unifranz con motivo de la celebración de sus 30 años de servicio a la educación superior en el país.
El proyecto inmersivo abstrae al público del cotidiano vivir y busca hacerle pensar y sentir acerca de este mundo, donde pasan cosas asombrosas. Se trata de una especie de “maravilloso banquete” visual, sensitivo y sensorial para los visitantes.
“Una cosa maravillosa es que una universidad que se llama Unifranz (…) está haciendo esta muestra para que la población, los jóvenes y los niños se tomen un tiempo con su familia y amigos para rodearse de arte y música”, concluye la artista plástica.