Por Lily Zurita
En la era digital, la educación ha experimentado transformaciones significativas y las aulas COIL (Collaborative Online International Learning) emergieron como una herramienta clave para cerrar la brecha de género en el acceso a oportunidades educativas.
Este modelo pedagógico, que conecta a estudiantes de diferentes países a través de plataformas tecnológicas, no solo enriquece el aprendizaje, sino que también promueve la equidad y la inclusión en contextos educativos globales.
La metodología COIL, diseñada por Jon Rubin para la Universidad Estatal de Nueva York, consiste en que dos profesores en diferentes países organizan las actividades de sus cursos, para que los estudiantes se relacionen y trabajen en un proyecto común, de forma colaborativa, con el apoyo de recursos tecnológicos.
Además, brinda a estudiantes y profesores la posibilidad de aprender de otras culturas y tener una experiencia internacional. La metodología se puede llevar a cabo durante toda la asignatura, o solo para un tema y se puede aplicar a cualquier disciplina.
“Sin embargo, la brecha digital, marcada por la falta de acceso a las nuevas tecnologías o el analfabetismo tecnológico, todavía es una realidad latente que afecta a millones de personas en todo el mundo, limitando su acceso a oportunidades educativas y restringiendo su capacidad para participar plenamente en la sociedad globalizada”, reflexiona Tatiana Aguilar, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Para la académica, la experiencia del aula COIL es mucho más que una simple colaboración en línea ya que ha demostrado ser un portal hacia un mundo de conocimiento sin fronteras, donde estudiantes de distintos orígenes geográficos y culturales comparten experiencias, conocimientos y co-crean conexiones significativas más allá de las limitaciones físicas.
En un proyecto reciente, estudiantes de la Universidad Franz Tamayo de Bolivia, Unifranz, y la Universidad de Congreso de Argentina trabajaron juntos en un aula COIL centrada en la investigación sobre personas migrantes en entornos universitarios. Este escenario de aprendizaje les permitió interactuar en varios escenarios interculturales, compartiendo tanto conocimientos teóricos como experiencias prácticas para resolver problemas de manera conjunta.
“Esta experiencia, además de satisfactoria, fue puerta de ingreso a un mundo de conocimiento y colaboración sin límites geográficos entre estudiantes de ambos países, a partir del intercambio de experiencias y conocimientos y facilitó la co-creación de conexiones significativas durante el proceso de aprendizaje con una perspectiva global, pero delimitada por objetivos comunes trazados previamente en el marco del proyecto investigativo”, señala.
¿Cómo el COIL contribuye a cerrar la brecha digital?
El impacto de las aulas COIL en la reducción de la brecha digital y de género es notable. En primer lugar, estas aulas ofrecen acceso a recursos educativos y oportunidades de aprendizaje que, de otro modo, podrían no estar disponibles para todos los participantes, especialmente para aquellos en comunidades remotas o con limitaciones tecnológicas.
Este acceso equitativo es esencial para nivelar el campo de juego educativo entre hombres y mujeres, permitiéndoles adquirir habilidades tecnológicas y digitales que son cada vez más demandadas en un mercado laboral globalizado.
Además, las aulas COIL fomentan el desarrollo de habilidades blandas, como la comunicación intercultural, el trabajo en equipo y la resolución de problemas, competencias esenciales en el mundo actual. La metodología COIL, al integrar tecnología de manera creativa y significativa, genera experiencias de aprendizaje dinámicas y participativas que benefician a todos los estudiantes, independientemente de su género.
“Lo importante es que esta herramienta amplía su alcance y enriquece su práctica pedagógica, con una sustancial mejora cualitativa en cualquier nivel formativo”, puntualiza Aguilar.
Sin embargo, la brecha digital sigue siendo un desafío latente. Muchas comunidades aún enfrentan dificultades para acceder a tecnologías avanzadas o carecen de las competencias digitales necesarias. Es aquí donde las aulas COIL se posicionan como una solución prometedora, al crear entornos educativos inclusivos y altamente interconectados que superan las barreras geográficas y sociales.
Beneficios para la formación de los estudiantes
Rodrigo Inchauste Romero, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Unifranz El Alto destaca que esta experiencia no sólo permite a los estudiantes aplicar conocimientos teóricos en un contexto práctico —aprender haciendo—, sino que también les brinda la oportunidad de trabajar colaborativamente con sus homólogos en otro país preparándolos para los desafíos del mercado laboral global.
Según el académico, en un entorno educativo, las aulas COIL permiten:
- Desarrollo de competencias interculturales, porque los estudiantes aprenden a navegar y respetar las diferencias culturales, mejoran su empatía y habilidades de comunicación intercultural.
- Experiencia de aprendizaje enriquecida: colaborar con estudiantes y docentes internacionales permite acceder a diversas perspectivas y enfoques, lo que enriquece su comprensión de los temas tratados.
- Preparación para el mercado laboral global: las habilidades adquiridas en un Aula COIL, como la resolución de problemas en contextos multiculturales y el trabajo en equipo internacional, son altamente valoradas en el mundo laboral actual.
- Innovación en el proceso de aprendizaje: la integración de tecnología y metodologías activas en el aprendizaje estimula la creatividad y el pensamiento crítico de los estudiantes.
- Promueve la internacionalización de la profesionalización: los estudiantes comprenden mejor los desafíos y oportunidades globales, lo que enriquece su formación académica y profesional, además de fomentar valiosas redes de contactos.
“Al facilitar la colaboración entre estudiantes y docentes de diferentes países, estas aulas buscan ampliar las perspectivas de los estudiantes, mejorar sus habilidades interculturales y prepararlos para tener éxito en un mundo cada vez más interconectado y diverso”, asegura Inchauste.
Al ofrecer un aprendizaje verdaderamente global e intercultural, estas aulas están ayudando a cerrar brechas históricas y a construir un futuro más inclusivo y equitativo para todos.