Por Lily Zurita
La empatía, entendida como la capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus sentimientos y perspectivas, se convierte en una herramienta esencial para fortalecer las relaciones intergeneracionales.
Quienes dominan esta habilidad blanda (soft skill) consiguen sincronizarse con la otra persona y hacerle sentir que comprenden profundamente lo que está pasando. La empatía es un factor esencial en la interacción humana y la búsqueda del bienestar.
En una sociedad que envejece rápidamente, el vínculo entre jóvenes y adultos mayores cobra una relevancia especial. A medida que las personas mayores enfrentan desafíos como la soledad, la pérdida de autonomía y el deterioro de la salud, la empatía por parte de los más jóvenes puede marcar una diferencia significativa en su calidad de vida.
Hoy las personas viven más tiempo que antes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años y se prevé que, en 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más. En ese momento, el grupo de población de 60 años o más habrá subido de 1000 millones en 2020 a 1.400 millones.
La tendencia es similar en el país. Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) dan cuenta que los adultos mayores pasarán de representar 8,1% del total de la población en 2012, a 11,5% el 2030, tendencia que refleja el inicio del proceso de envejecimiento de la población. La mayor cantidad de adultos mayores habita en las áreas urbanas, con mayor concentración en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba.
Este lunes 26 de agosto, Bolivia celebra el Día del Adulto Mayor, en reconocimiento a las personas de avanzada edad, cuyas vidas están marcadas de experiencias, enseñanzas y ejemplo.
Empatía, más que una virtud, una necesidad social
Según profesionales de la psicología, la empatía no solo es una virtud deseable, sino una necesidad social en el contexto actual.
Mónica Messa, psicóloga y docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que «la empatía permite a los jóvenes conectarse emocionalmente con los adultos mayores, entender sus necesidades y preocupaciones, y brindarles un apoyo más significativo y adecuado».
Este tipo de conexión puede aliviar la soledad que muchos adultos mayores experimentan y fomentar un sentido de pertenencia y propósito.
La relación empática entre jóvenes y adultos mayores no solo beneficia a los mayores. Los jóvenes también ganan una valiosa perspectiva de vida al interactuar con personas que han vivido décadas de experiencias.
“Estas interacciones pueden fomentar la paciencia, la tolerancia y la comprensión en los jóvenes, cualidades que son esenciales para el desarrollo personal y social”, agrega la profesional.
Además, los adultos mayores aportan sabiduría, historias y lecciones de vida que pueden enriquecer el aprendizaje y el crecimiento de los jóvenes. Al compartir sus experiencias, los adultos mayores pueden ofrecer a las nuevas generaciones una visión más amplia del mundo, alentándolos a reflexionar sobre sus propias vidas y decisiones.
«Cuando los jóvenes aprenden a ver el mundo desde la perspectiva de los adultos mayores, se desarrollan relaciones más profundas y significativas, basadas en el respeto y la comprensión mutua», señala Messa.
Combatir los estereotipos generacionales
En muchas ocasiones, las barreras entre generaciones surgen de estereotipos y prejuicios que ambos grupos mantienen. Los jóvenes a menudo ven a los adultos mayores como anticuados o desactualizados, mientras que los adultos mayores pueden percibir a los jóvenes como irreverentes o desinteresados.
La empatía ayuda a romper estas barreras, promoviendo un diálogo abierto y honesto donde ambas partes se sientan escuchadas y comprendidas.
Es importante que los jóvenes no vean a los adultos mayores únicamente a través del prisma de la dependencia o la enfermedad, sino que los reconozcan como personas con historias ricas, habilidades valiosas y experiencias únicas que pueden compartir. Este cambio de perspectiva es crucial para fomentar un entorno social inclusivo, donde todas las generaciones se sientan valoradas y respetadas.
“La empatía que se debe mostrar hacia esta población no puede ser resultado simplemente de la reflexión de que un día igual llegaremos a esa etapa, sino la concientización de que son sobre todo personas, parte importante de la sociedad que aportaron mucho en la construcción de la misma y que, como producto natural del envejecimiento, atraviesan cambios que necesitan ser comprendidos y tomados en cuenta con todas sus características y necesidades”, indica por su parte Sandra Vargas, docente de la carrera de Psicología en Unifranz.
Cómo desarrollar la empatía
La educación y la familia juegan un papel fundamental en el desarrollo de la empatía. Programas educativos que incluyan actividades intergeneracionales, como proyectos de historia oral, tutorías o voluntariado en hogares de ancianos, pueden ser efectivos para cultivar la empatía entre los jóvenes. Asimismo, las familias deben fomentar el respeto y la comprensión hacia los mayores desde una edad temprana, promoviendo la interacción regular y el cuidado mutuo.
Por otro lado, las iniciativas comunitarias también son clave. Crear espacios donde jóvenes y adultos mayores puedan interactuar y compartir sus vidas es vital para construir una comunidad más unida y empática. Estos espacios pueden incluir centros comunitarios, actividades culturales, programas de mentoría y eventos que fomenten la colaboración intergeneracional.
Adicionalmente, según Vargas, se puede promover entre los jóvenes la escucha activa y la paciencia, el rescate de aprendizajes intergeneracionales, realizar debates sobre historias personales y valorar a esta población como parte importante de la historia de la sociedad.
En un mundo donde el envejecimiento de la población es una realidad inminente, es fundamental fomentar relaciones intergeneracionales basadas en la empatía. Esta cualidad no solo enriquece la vida de los adultos mayores, sino que también proporciona a los jóvenes una comprensión más profunda de la vida y del respeto hacia todas las etapas de la existencia humana.
Fomentar la empatía entre jóvenes y adultos mayores es esencial para construir una sociedad más inclusiva y solidaria, donde cada persona, sin importar su edad, se sienta valorada y apoyada. Es un esfuerzo que requiere la participación de todos, desde las familias, escuelas, comunidades, hasta la sociedad en su conjunto, cerrando brechas generacionales y creando un entorno en el que cada generación aprenda y crezca junto a la otra, forjando lazos que trasciendan el tiempo y las diferencias.