Por Manuel Filomeno
Restaurar los ecosistemas amazónicos es posible y existe una emergente industria que lo hace posible. En los países amazónicos (Brasil, Colombia, Perú, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Venezuela y Argentina) nacen proyectos que buscan este objetivo y tienen el potencial de generar grandes beneficios, no solo ambientales, sino también económicos.
“En cuanto a los beneficios económicos y sociales del desarrollo de un clúster de bioeconomía en la Amazonía, se ha demostrado que la bioeconomía puede ser una fuente importante de empleo y crecimiento económico para las comunidades locales y el país en general”, señala Jenny Andia, directora de la carrera de Ingeniería Económica de la Universidad Franz Tamayo.
La experta señala que, por ejemplo, el desarrollo de un clúster (grupo de empresas e instituciones interrelacionadas, concentradas geográficamente, que compiten en un mismo negocio) de bioeconomía en la región amazónica podría generar beneficios como la diversificación económica, generación de empleo y una profundización del desarrollo sostenible.
“La bioeconomía puede ayudar a diversificar la economía de la región, reduciendo la dependencia de sectores económicos específicos y aumentando la resiliencia económica. Además, puede crear empleos en áreas como la agricultura, la silvicultura, la pesca, la biotecnología y la producción de energía renovable, promover prácticas sostenibles de uso de la tierra y los recursos naturales, lo que puede tener beneficios a largo plazo para el medio ambiente y las comunidades locales”, expresa.
Asimismo, otro beneficio es el fomento a la innovación en áreas como la biotecnología, la producción de alimentos y la energía renovable, lo que puede tener beneficios económicos y sociales a largo plazo, indica la experta.
Andia indica que estos proyectos de restauración podrían hacerse realidad mediante una serie de mecanismos de financiamiento, tanto estatales como privados.
“En cuanto a las fuentes de financiación y mecanismos de incentivo para apoyar los emprendimientos de bioeconomía y los proyectos de restauración en la región, existen varias opciones disponibles. Entre ellas los fondos estatales, ya que los gobiernos pueden proporcionar fondos para apoyar proyectos de bioeconomía y restauración en la región. Por otra parte, también pueden participar inversores privados, que además pueden colaborar con el know-how y experiencia en este tipo de proyectos”, explica la experta.
En el caso de las fuentes estatales, pueden ser créditos fiscales con incentivos financieros para los proyectos de bioeconomía y restauración en la región, subvenciones o programas de capacitación para los emprendedores y las empresas que buscan desarrollar proyectos de bioeconomía y restauración en la región.
Otras fuentes de financiamiento pueden provenir de organizaciones sin fines de lucro (ONG), las cuales pueden proporcionar financiamiento y apoyo técnico para proyectos de bioeconomía y restauración en la región.
Algunos ejemplos de proyectos de restauración de la Amazonía parten de usar de manera responsable y sostenible la biodiversidad que existe en los bosques (por ejemplo, el aprovechamiento de semillas, hongos y otra microfauna) para generar biofábricas de restauración, como los viveros comunitarios de especies nativas.
También es posible implementar proyectos de restauración natural y activa (siembra de árboles nativos) por medio de diferentes modelos forestales o agroforestales que no solamente recuperen la salud de los suelos, sino también la biodiversidad y generen alternativas económicas para las comunidades Amazónicas.
Desafíos
De acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), desarrollar un clúster organizado es posible cuando las reglas de juego normativas son claras y motivan al desarrollo de emprendimientos de bioeconomía en la región. Esto permitirá habilitar y garantizar que la restauración de ecosistemas sea una meta mucho más fácil, rápida y eficiente en su implementación.
Sin embargo, para cumplir con las condiciones óptimas para el desarrollo del clúster existen varios desafíos. Entre ellos, la falta de gobernanzas, seguridad jurídica, infraestructura y la competencia de otros sectores, indica Andia.
“La gobernanza puede ser un desafío importante para la implementación de proyectos de restauración a gran escala en la Amazonía. Es importante contar con políticas y regulaciones claras que promuevan la restauración y la conservación de los recursos naturales”, explica.
Por otra parte, la seguridad jurídica y física puede ser un riesgo importante para la implementación de proyectos de restauración a gran escala en la Amazonía. Es importante contar con medidas de seguridad adecuadas para proteger a los trabajadores y las comunidades locales.
“También está el tema de la falta de infraestructura para la implementación de proyectos de restauración a gran escala en la Amazonía. Es importante contar con la infraestructura adecuada para transportar materiales y equipos a las áreas de restauración”, dice Andia.
Finalmente, la competencia de otras industrias, como la forestal, la minera, hidrocarburífera, entre otras puede convertirse en un desafío importante para el establecimiento del clúster, ya que puede generar conflictos de intereses, por lo que es importante contar con políticas y regulaciones claras que promuevan la restauración y la conservación de los recursos naturales.
A pesar de estos desafíos, el WEF indica que invertir en la restauración de la Amazonía mediante la creación clústers de bioeconomía dará oportunidad para dos cosas: primero, para generar emprendimientos de bioeconomía que sirvan de habilitadores de los procesos de restauración, y segundo, para que los millones de dólares que buscan entrar en la región amazónica para desarrollar proyectos de mitigación de la huella de carbono, puedan hacerlo con menor riesgo y mayor impacto.