¿Es aconsejable invertir en criptomonedas? La pregunta es recurrente en contextos financieros y se extiende, cada vez más, en la población juvenil. Las nuevas tecnologías económicas como los blockchains, fintech y las criptomonedas acaparan la atención de los jóvenes.
La criptomoneda es una moneda digital que funciona con un sistema descentralizado que verifica las transacciones y mantiene los registros y hace que su valor sea volátil. La primera criptomoneda fue el bitcoin, lanzada en 2008 por Satoshi Nakamoto y el pasado 5 de febrero su valor alcanzaba los 22,994.20 dólares estadounidenses.
A pesar de su alcance y la influencia de personalidades como Elon Musk, organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aún se muestran escépticos al uso de estos criptoactivos. Bolivia, no se aleja de la postura que han tomado los organismos internacionales.
En 2020, el Banco Central de Bolivia, BCB, prohibió a las entidades financieras “el uso, comercialización y negociación de criptoactivos”. Dos años más tarde ratificó su decisión por medio de un comunicado público.
“Las criptomonedas no son legales en Bolivia y no puedes hacer transacciones bancarias con ellas. Cuando logras comprar criptomonedas no llegas a conocer al vendedor, por ello puedes ser estafado fácilmente”, se leía en el comunicado.
Orlando López, economista financiero especializado en gestión de riesgos y docente de la carrera de Ingeniería Económica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que dicha prohibición genera riesgos y desinformación en la población que tiene ganas de invertir en este modelo tecnológico.
“Lo que no están haciendo es poner al día a los jóvenes en tener los cuidados necesarios, e identificar los riesgos que implica invertir en estas nuevas tecnologías. ¿Cuál es el riesgo principal? Tú no lo ves, no conoces a la persona con la que estás haciendo tus transacciones, todo es virtual”, asegura.
El especialista explica que pese a la prohibición una parte de la población boliviana ha decidido invertir y arriesgar sin tener tanta información, ni preparación.
“Muchos jóvenes ya están invirtiendo sin necesidad de ir a un curso especializado, ya saben la práctica, lo que les falta conocer son los cuidados y los riesgos (…). Mucha gente está interactuando actualmente, con una aplicación puedes comprar bitcoins, comprar acciones y bonos en el mundo”, indica.
López insiste en una educación especializada, por parte del Estado y los principales entes educadores: universidades y colegios. Para que pueda haber una formación adecuada sobre el tema que vaya desde su entendimiento como inversión, los riesgos financieros que suponen y su alcance.
Explica que este desconocimiento genera una desilusión en las personas que invierten con la esperanza de conseguir resultados de forma rápida: “Estos criptoactivos son inversiones a largo plazo, no es que yo voy a comprar un bitcoin hoy y dentro de un mes ya tengo un 50%, 80% o 100% del retorno. No es así y con esa forma de pensar vienen las desilusiones financieras para muchas personas”, puntualiza.
Una constante desilusión financiera
Muchos de los riesgos vinculados a los criptoactivos tienen que ver con su inestabilidad, pues, así como puede aumentar su valor de forma abrupta, puede presentar bruscas caídas al día siguiente, sin mencionar los cambios de sitios o el cierre de los mismos.
“Imagínate invertir 50.000 dólares, te apagan el sitio o se van las personas. ¿Cómo recuperas eso? Se necesita una normativa que regule los cuidados necesarios en cuanto a los riesgos cibernéticos y de seguridad de la información (…). Si tú compras un criptoactivo, hoy con 30, mañana podría estar en 60, ¿cuánto ganas? ¿30? Es falso que de un día al otro te vuelvas millonario”, asegura.
La desconfianza demostrada por distintos organismos nacionales e internacionales, es normal, pasó lo mismo con la imposición del patrón oro el pasado siglo y que, con el pasar de los años, este modelo va a terminar por ser aceptado.
“Yo creo que va a ser como en aquella época de la década de los 40 y 50, cuando nació el patrón oro (…). En ese momento hubo rechazo, no querían y terminó ganándoles a aquellos que no quisieron subirse a este carro. Lo mismo ocurrió con los dólares y lo mismo está ocurriendo con los criptoactivos. Tarde o temprano todas las economías van a tener que entrar”, afirma el académico.
El administrador de riesgo finalizó asegurando que Bolivia no va a poder evadir estos cambios y va a terminar sucumbiendo en la tendencia mundial. “Esto es lo que está pasando actualmente en el mercado (…). Nosotros no deberíamos ser una isla que impida ingresar estas nuevas tecnologías a su territorio”.