En los últimos años, algunas enfermedades, tales como el sarampión, poliomielitis o difteria, han experimentado resurgimientos en diferentes partes del mundo. Se trata de enfermedades que habían sido controladas o erradicadas hace algunas décadas.
Las interrupciones relacionadas con la pandemia, el aumento de las desigualdades en el acceso a las vacunas y el desvío de recursos destinados a la inmunización sistemática están dejando a demasiados niños sin protección contra el sarampión y otras enfermedades que se pueden evitar mediante la vacunación.
El riesgo de que se produzcan nuevos brotes ha aumentado debido a que las comunidades han flexibilizado las prácticas de distanciamiento físico y otras medidas preventivas contra la Covid-19 que se habían aplicado durante la pandemia. Además, con el desplazamiento de millones de personas debido a los conflictos y las crisis económica mundial, las interrupciones en los servicios de inmunización sistemática y de vacunación, la falta de agua potable y saneamiento y el hacinamiento aumentan cada vez más este riesgo.
Bolivia, por ejemplo, está sufriendo en carne propia este fenómeno post pandemia, provocado por una variedad de factores que plantean interrogantes desde el punto de vista médico y epidemiológico.
Para José Antonio Montecinos Molina, médico cirujano y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, el resurgimiento de enfermedades pasadas en el país es resultado de “una combinación de factores que contribuyen a la reaparición de enfermedades que alguna vez habían sido controladas”, tales como:
● La disminución de la inmunización
● Falta de programas de vigilancia adecuados
● Falta de enfoque en la prevención
● Debilitamiento de los sistemas de salud en algunas áreas
Enfermedades que están resurgiendo
● Sarampión. El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que puede causar complicaciones graves. A pesar de los esfuerzos de vacunación, se han producido brotes de sarampión en varios países debido a la disminución de las tasas de vacunación.
● Tos ferina. También conocida como pertussis, la tos ferina es otra enfermedad que ha mostrado resurgimientos en algunos lugares. Aunque la vacunación es efectiva, la inmunidad puede disminuir con el tiempo, lo que lleva a un aumento en los casos.
●Poliomielitis. Aunque se ha logrado un progreso significativo en la erradicación de la polio, aún hay casos aislados en algunas áreas, y ha habido preocupaciones sobre la reaparición de la enfermedad en lugares donde la cobertura de vacunación es baja.
● Enfermedades transmitidas por vectores. Enfermedades como el dengue, el chikungunya y el virus Zika se han propagado en diferentes partes del mundo debido al aumento de las poblaciones de mosquitos vectores y a la movilidad global. Cambios climáticos y urbanización también pueden contribuir a su resurgimiento.
● Enfermedad de Chagas. Esta enfermedad parasitaria, causada por el parásito Trypanosoma cruzi, ha experimentado resurgimientos en algunas áreas debido a factores como la migración de personas infectadas, la falta de acceso a atención médica y la transmisión de la enfermedad a través de insectos vectores.
● Tuberculosis. Aunque la tuberculosis ha estado presente durante mucho tiempo, en algunos lugares se han observado resurgimientos debido a la aparición de cepas resistentes a los antibióticos y a la dificultad en el acceso a un tratamiento adecuado.
● Difteria. La difteria es una enfermedad bacteriana grave que afecta principalmente las vías respiratorias y puede ser fatal si no se trata adecuadamente. Aunque es prevenible mediante la vacunación, ha habido casos en los que ha resurgido debido a la falta de inmunización.
La pandemia no es causa directa
Si bien la pandemia por el coronavirus no es la causa directa para el resurgimiento de estas enfermedades, ha tenido un impacto en la atención médica y en los sistemas de salud en Bolivia.
“Pasa que la atención y los recursos se han desviado hacia la respuesta a la pandemia, lo que ha llevado a una reducción en la prestación de servicios de atención médica básica y a la interrupción de programas de inmunización y control de enfermedades”, indica Montecinos.
Otras medidas como el confinamiento y el temor a los hospitales pueden haber contribuido también en la obstaculización del acceso a la atención médica.
Pobreza y desigualdad social
Montecinos reflexiona que, los altos índices de pobreza y las desigualdades sociales pueden ser factores que contribuyan al resurgimiento de enfermedades como la tos ferina (coqueluche), el sarampión y la poliomielitis.
La pobreza juega un papel significativo en el resurgimiento de enfermedades olvidadas.
Las condiciones de vida precarias, la falta de acceso a agua potable, saneamiento básico y atención médica adecuada aumentan la vulnerabilidad a estas enfermedades. Además, la pobreza puede llevar a la migración interna y el hacinamiento, facilitando la propagación de enfermedades.
“Estas enfermedades son a menudo prevenibles mediante vacunación y medidas de salud pública, pero su reaparición puede estar relacionada con diversos factores socioeconómicos y de acceso a la atención médica, que a menudo están vinculados a la pobreza y la desigualdad”, dice el académico.
¿Cómo se puede prevenir?
Para el médico, las autoridades deben encarar urgentes medidas de prevención para evitar que estos brotes epidemiológicos hagan estragos en la población y sugiere cinco medidas:
1. Reforzamiento de programas de inmunización y atención médica básica.
2. Mejora en la vigilancia epidemiológica para una detección temprana de brotes.
3. Campañas de educación sobre higiene y prevención de enfermedades.
4. Control de vectores, como mosquitos e insectos transmisores.
5. Mejora de las condiciones de vivienda y acceso a servicios básicos.
“Es importante tener en cuenta que el resurgimiento de estas enfermedades, a menudo, está relacionado con factores como la disminución de las tasas de vacunación, la migración de personas entre regiones y la evolución de las cepas de enfermedades”, puntualiza el médico.
Los esfuerzos de salud pública, incluida la vacunación y la educación, son cruciales para controlar y prevenir este tipo de brotes epidémicos, que se suponían erradicados.