Con una sonrisa, aunque un poco tímido, Bruno Rojas Da Silva se prepara para dar el discurso como valedictor de la trigésima cuarta promoción de profesionales de la Universidad Privada Franz Tamayo, Unifranz sede Cochabamba. Con la toga y el birrete puestos, antes de iniciar el acto accede a una breve entrevista sobre su experiencia universitaria.
Nacido en Cochabamba, Bolivia, se inició, se inició en el atletismo a temprana edad y pronto demostró tener un talento natural. En su momento, fue considerado el hombre más veloz del país. En 2009, con tan sólo 16 años, Bruno participó en el Campeonato Mundial Juvenil de Atletismo en Italia. Al año siguiente, en 2010, compitió en los Juegos Olímpicos Juveniles de Singapur.
En 2012 participó en el Campeonato Mundial Juvenil de Atletismo de Barcelona. La actuación más destacada de su trayectoria ocurrió en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde se convirtió en el primer boliviano en ganar la fase preliminar de los 100 metros planos.
Además del éxito deportivo, Bruno expresó su felicidad al cumplir otra de sus metas de vida: graduarse como médico. Ahora emprende nuevos desafíos y destaca el apoyo de la universidad que le permitió combinar su carrera deportiva con sus estudios de Medicina.
«Al llegar a Unifranz me dijeron: ‘No tienes que dejar el deporte para seguir tus estudios. Aquí te vamos a apoyar, te vamos a dar toda la cobertura para que puedas rendir tanto en el lado deportivo como en tu futuro profesional'», comentó Bruno, agradecido.
Durante su discurso de graduación, Bruno recordó que la vida está compuesta de días de lucha y días de gloria, y admitió que con sus compañeros enfrentaron numerosos desafíos antes de llegar a ese momento. Con estas palabras, subrayó la importancia de la perseverancia y de la resiliencia para alcanzar las metas.
«A lo largo de mi carrera he aprendido a darle valor a los días de lucha, porque es en ellos que aprendemos a superar las adversidades», señaló.
Esta determinación le permitió enfrentar y superar lesiones que amenazaban con truncar su carrera deportiva, hasta que logró clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde terminó en un destacado quinto lugar en su serie.
La historia del ahora médico es un testimonio inspirador para los jóvenes bolivianos. A través de su perseverancia y dedicación, demostró que es posible alcanzar grandes logros en diferentes campos.
«Busquen siempre ser su mejor versión, sean honestos, disciplinados, perseverantes y resilientes. Crean en ustedes y el éxito vendrá. Y, lo más importante, disfruten del viaje», fueron las palabras del atleta y ahora nuevo profesional de la salud, formado en las aulas de Unifranz.
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