Las reacciones biológicas y químicas, la mejora de semillas, los óptimos procesos industriales entre otros aspectos fueron evaluados y puestos en práctica por los estudiantes de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. Con este trabajo buscan mejorar la producción de vinos en el municipio de Samaipata de Santa Cruz.
“El profesional en Bioquímica y Farmacia es fundamental en el sector agroalimentario porque facilita la comprensión de las reacciones químicas y biológicas que se producen entre el suelo y las plantas; o el mejoramiento de las semillas para que los cultivos sean más resistentes a condiciones climáticas”, declaró Mary Cruz Martínez, docente de la carrera tras la visita que los estudiantes realizaron a las instalaciones del viñedo Uvairenda 1750.
Los jóvenes analizaron el proceso de fermentación a nivel industrial, los controles de calidad y los procesos microbiológicos para elaborar vino. Estos elementos ayudan al estudio de los procesos de producción que emplean microorganismos para la fabricación de productos químicos o de enzimas que fungen como catalizadores.
Tras el recorrido, los alumnos iniciaron un proceso de fermentación de frutas con microorganismos en el que realizarán los estudios pertinentes para presentar una nueva bebida en colaboración con sus docentes. Esta práctica se la lleva adelante porque Unifranz promueve actividades de investigación y creaciones innovadoras con sus estudiantes.
Martínez asegura que los profesionales en el área desempeñan un papel vital en la industria alimentaria porque optimizan procesos de producción y supervisan el uso adecuado de los aditivos alimentarios. Una vez finalizado el producto, son los encargados de realizar el control de calidad del producto tanto fisicoquímicamente y/o microbiológicamente.
La malla curricular de la carrera de Bioquímica y Farmacia está compuesta por materias que les permiten a los estudiantes desarrollar capacidades profesionales en su formación científica, tecnológica, humanística y con responsabilidad social desenvolverse individualmente y en grupos multidisciplinarios con habilidades de liderazgo.
La profesional señala que estas actividades fortalecen el proceso de enseñanza aprendizaje de los estudiantes. “A través de las excursiones es posible fortalecer la motivación de los jóvenes, donde pueden palpar el aprendizaje, crear momentos y experiencias vitales, socializar y potenciar su formación profesional”, aseguró.
Microbiología y prevención
Martínez define la microbiología alimentaria como el estudio de los microorganismos que habitan, producen o contaminan los alimentos. Su finalidad se basa en detectar y determinar el contenido de gérmenes, reducir los riesgos de contaminación y prevenir los brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos.
No sólo abarca el estudio de los microorganismos que causan el deterioro de los alimentos, sino también aquellos que son necesarios para su producción como el queso, el yogurt, el pan, el vino y otros alimentos fermentados.
El estudio de la microbiología alimentaria es fundamental en la mejora de la industria de los alimentos a la hora de prevenir toxiinfecciones alimentarias, detectar los puntos críticos de microorganismos y otros residuos, así como de desarrollar nuevas propiedades y mejoras en los alimentos y su producción.
Bromatología y salud
El principal objetivo de la bromatología es mejorar la alimentación humana. Esta ciencia reúne conocimientos de química, física, fisiología, microbiología y bioquímica para analizar la composición nutricional y microbiológica de los alimentos. De esta forma se garantiza que no contengan elementos dañinos que puedan poner en riesgo la salud.
Esta área contribuye a determinar los procesos adecuados para elaborar y conservar los alimentos, de manera que preserven sus características nutritivas y organolépticas. Por tanto, otro de los objetivos de la bromatología es identificar los mejores métodos para procesar los alimentos, así como determinar los envases que facilitan su preservación y consumo.