En el mundo de la educación superior, a diario se habla de creatividad, innovación y disrupción; tres términos que se utilizan para referirse al desarrollo de habilidades blandas, aprendizajes para toda la vida o aprendizajes significativos en una era marcada por los avances tecnológicos.
Al respecto, el director de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Erick Vía, explica cuáles son las diferencias más esenciales entre estos tres conceptos:
Creatividad, dar rienda suelta a la imaginación
“La creatividad es la capacidad de las personas de crear ideas, conceptos, cosas o inventar algo”, indica Vía. Es el uso de la imaginación para crear algo y puede manifestarse de maneras diferentes, aunque la mayoría de las veces se convierte en algo que se puede ver, oír, oler, tocar o saborear.
La creatividad lleva a hacer muchas cosas en la mente y con las manos, desde obras de arte de inigualable belleza, esculturas que asemejan la figura femenina, la escritura de un poema de amor o un libro que rememora glorias del pasado, la creación de diseños interesantes o la invención de la cura para una enfermedad mortal.
También puede ser tangible o intangible. Por ejemplo, las composiciones musicales, las ideas o los chistes son creaciones intangibles, mientras que las pinturas o los inventos son tangibles. La imaginación da vida a la creatividad o es su requisito imprescindible. No se puede ser creativo sin tener una buena imaginación.
En educación, la creatividad es educar para el cambio y formar personas ricas en originalidad, flexibilidad, visión, iniciativa y confianza. Proyecta profesionales amantes de los riesgos y listos para afrontar los obstáculos y problemas que se les van presentando en su vida.
La innovación, un catalizador para el desarrollo
La innovación es la acción de cambiar o transformar algo para obtener una mejora o una novedad. Para el académico, la innovación “es el proceso por el cual se modifica y mejora algo, que puede ser un producto o una idea”.
La innovación implica, también, simplificar algo o un proceso a partir del uso de la tecnología avanzada o de los nuevos conocimientos adquiridos. La innovación significa crear algo completamente nuevo, algo que nadie ha hecho antes.
Por ejemplo, en el ámbito de la educación, la innovación supone un cambio en el proceso de enseñanza aprendizaje y se centra en cuatro aspectos: las personas, el conocimiento, la tecnología y la metodología. Supone, también, un cambio significativo para mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje.
En el contexto empresarial, la innovación es un producto, servicio o proceso nuevo o mejorado. Puede tratarse de una nueva línea de productos, un nuevo método de producción, un nuevo modelo de negocio o, incluso, la mejora de un producto existente.
La innovación está íntimamente ligada a la creatividad. Es más, se puede decir que es imposible concebirla sin la transversalidad de la creatividad. En el mundo de los negocios, la innovación es un catalizador para el desarrollo.
La disrupción rompe con formas tradicionales
“La disrupción es el cambio que se presenta en una determinada situación debido a una interrupción”, asegura Vía.
La disrupción, por definición, es una interrupción o rompimiento de la manera tradicional de hacer algo. Es un término que se lo utiliza en áreas tecnológicas y de negocios para referirse a procesos nuevos, métodos o productos que cambian la forma en la que tradicionalmente se hacían las cosas.
En el ámbito educativo, innovación y disrupción están muy relacionados. Una innovación disruptiva rompe con el currículum, las metodologías y las modalidades de transmisión del conocimiento, abriendo nuevas alternativas de aprendizaje.
Su rol es muy importante porque cuando se quieren desarrollar ideas, productos o servicios, la creatividad y la innovación le permitiría generar ventajas competitivas a las empresas y se diferenciaría en el mercado.
Las organizaciones líderes en el mercado deben incidir en estos tres conceptos porque les permiten una constante creación de ideas, innovando productos, servicios y, muchas veces, son disruptivas cuando necesitan hacer un cambio repentino planificado.
“Es importante poder aplicar constantemente estos tres conceptos, porque en los mercados las empresas necesitan diferenciarse cada vez más aún más para tener competitividad y captar la mayor cantidad de clientes”, concluye Vía.