Por Lily Zurita
La investigación científica no solo es una herramienta clave para la adquisición de conocimientos, sino que también juega un rol fundamental en el desarrollo de habilidades críticas y analíticas en los estudiantes.
A medida que los alumnos se adentran en la investigación, se ven obligados a participar activamente en la exploración, análisis y síntesis de información, lo que resulta esencial para su éxito académico y profesional.
Para Estela Tango, docente investigadora de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, es fundamental que los estudiantes comprendan la importancia de la investigación en su evolución cognitiva, ya que favorece su desarrollo intelectual y profesional, aunque muchos perciban a la investigación como algo complejo y de acceso limitado, lo que genera barreras para su participación.
“Esta percepción es errónea, ya que la investigación puede ser más accesible y menos intimidante de lo que se piensa”, asegura la experta.
La participación de los estudiantes en trabajos y proyectos de investigación fomenta el pensamiento analítico, la resolución de problemas y la capacidad de aplicar conocimientos teóricos en situaciones prácticas, promoviendo un aprendizaje significativo y la adquisición de habilidades transferibles.
Estos elementos, según Tango, son esenciales para el desarrollo personal y profesional de los estudiantes.
Estudiantes se comprometen con su aprendizaje
Las neurociencias también aportan una comprensión más profunda de cómo el cerebro procesa información y aprende, lo que permite diseñar estrategias educativas más efectivas para desarrollar habilidades críticas.
La investigación proporciona a los estudiantes la oportunidad de comprometerse activamente con su aprendizaje, desafiando sus suposiciones, explorando nuevas ideas y persiguiendo respuestas a preguntas complejas.
Harold Koontz y Ciryl O’Donnell, quienes desarrollaron la teoría de la administración, afirmaban que «la investigación enriquece la experiencia educativa al involucrar a los estudiantes en la creación del conocimiento en lugar de simplemente transmitirlo».
En este contexto, Tango explica que los estudiantes desarrollan habilidades de pensamiento crítico al formular preguntas significativas, diseñar metodologías de investigación y evaluar críticamente la validez y relevancia de la información obtenida.
“Como dirían Hodkinson y Hodkinson, la investigación promueve la capacidad de analizar, sintetizar y evaluar información, y de generar nuevas ideas», indica Tango, a tiempo de puntualizar que “al enfrentarse a datos complejos y diversas fuentes de información, los estudiantes aprenden a discernir entre lo relevante y lo irrelevante, a identificar patrones y tendencias, y a integrar diferentes perspectivas en sus análisis”.
Estas habilidades son cruciales en un mundo donde la cantidad de información disponible es abrumadora y la capacidad de procesar críticamente es esencial para la toma de decisiones informadas.
Además de fortalecer las habilidades cognitivas, la investigación también nutre habilidades prácticas y transferibles altamente valoradas en el mercado laboral.
¿Cómo evolucionará la demanda de competencias laborales?
Un estudio de Jobs for the Future 2023, del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), que explora sobre cómo evolucionarán los puestos de trabajo y las competencias en los próximos cinco años, señala que «los empleadores buscan cada vez más habilidades como la resolución de problemas, el pensamiento crítico y la capacidad para trabajar de forma colaborativa y comunicarse de manera efectiva».
Empero, según el WEF, el pensamiento analítico y el pensamiento creativo siguen siendo las habilidades más importantes para los trabajadores.
“El pensamiento analítico es considerado una competencia básica por más empresas que cualquier otra competencia y constituye, de media, el 9% de las competencias básicas declaradas por las empresas. El pensamiento creativo, otra habilidad cognitiva, ocupa el segundo lugar, por delante de tres habilidades de autoeficacia -resiliencia, flexibilidad y agilidad; motivación y autoconciencia; y curiosidad y aprendizaje permanente- en reconocimiento de la importancia de la capacidad de los trabajadores para adaptarse a lugares de trabajo alterados. La fiabilidad y la atención al detalle ocupan el séptimo lugar, por detrás de los conocimientos tecnológicos. El top 10 de competencias básicas lo completan dos actitudes relacionadas con el trabajo con los demás -empatía y escucha activa y liderazgo e influencia social-, así como el control de calidad”, puntualiza la organización no gubernamental internacional.
En la misma línea, Tango sostiene que la participación en proyectos de investigación ofrece a los estudiantes la oportunidad de desarrollar estas habilidades en un contexto académico, preparándolos para enfrentar los desafíos del mundo laboral.
No obstante, también es importante reconocer que el impacto de la investigación en el desarrollo de habilidades críticas varía según el contexto educativo y las prácticas pedagógicas, por lo que las instituciones educativas y los educadores deben diseñar experiencias de investigación significativas y brindar el apoyo necesario para maximizar el impacto positivo.
“Fomentar una cultura de investigación en el ámbito educativo empodera a los estudiantes, convirtiéndolos en pensadores críticos, innovadores y ciudadanos comprometidos”, concluye la investigadora.