Cirugía bariátrica: una herramienta poderosa contra la obesidad, no una solución mágica
La obesidad va más allá de una preocupación estética; es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial que puede desencadenar graves problemas de salud como diabetes tipo 2, hipertensión, apnea del sueño y enfermedades cardiovasculares. En Bolivia, el 32% de los adultos vive con obesidad, según el Atlas Mundial de la Obesidad 2025, lo que plantea un desafío urgente para el sistema de salud. Frente a este panorama, la cirugía bariátrica se perfila como una alternativa quirúrgica transformadora.
“No es una solución mágica, pero puede marcar un antes y un después en la vida de un paciente que ha luchado contra el sobrepeso durante años”, explica Daniel Rojas, médico cirujano con formación en México, especialista en cirugía laparoscópica y bariátrica. “Es una herramienta poderosa, pero su éxito depende del compromiso del paciente con un cambio de vida real y sostenible”, aclara.
La cirugía de bypass gástrico, también conocida como bypass en Y de Roux, es uno de los procedimientos bariátricos más comunes y efectivos. Consiste en crear una pequeña bolsa gástrica y conectarla directamente al intestino delgado, reduciendo drásticamente la cantidad de alimento que puede ser ingerido y absorbido.
“El objetivo es ayudar al paciente a perder peso de forma significativa y sostenida”, afirma Rojas, “pero también buscamos mejorar o resolver enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial o la apnea del sueño”.
¿Cuándo es necesaria?
La cirugía bariátrica se indica generalmente en personas con Índice de Masa Corporal (IMC) mayor o igual a 40, o en quienes tienen un IMC superior a 35 acompañado de comorbilidades graves.
“También se considera cuando ya se han intentado sin éxito otros métodos para bajar de peso, como la dieta, el ejercicio o los medicamentos”, añade Sinaí Claros Rocabado, médico y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Ambos especialistas coinciden en que el verdadero reto no está solo en la sala de operaciones, sino en el acompañamiento posterior.
“Después de la cirugía, los pacientes deben seguir indicaciones estrictas para evitar complicaciones y garantizar el éxito a largo plazo”, comenta Claros.
Una nueva forma de vivir
Tras una cirugía bariátrica, el estómago se convierte en una pequeña bolsa que se llena rápidamente. Esto, junto con la reconfiguración del intestino, reduce la ingesta calórica y la absorción de nutrientes, lo que genera pérdida de peso. Pero también implica un cambio total en la relación del paciente con la comida.
“Es fundamental que el paciente entienda que el procedimiento es solo el inicio. La cirugía ayuda a perder peso, pero mantenerlo requiere disciplina, seguimiento médico y apoyo psicológico. Algunos pacientes pueden enfrentar ansiedad o dificultades para adaptarse a la nueva forma de alimentarse”, subraya Claros.
Rojas refuerza esta idea y puntualiza que la cirugía no cura los hábitos. Por eso, la persona debe estar lista emocional y mentalmente para este viaje.
“Hay que aprender a comer despacio, masticar bien, evitar líquidos durante las comidas, tomar suplementos vitamínicos y hacer ejercicio de forma regular”, señala.
Requisitos y compromiso
Para ser candidato a una cirugía bariátrica, se deben cumplir ciertos criterios:
- IMC ≥ 40 o ≥ 35 con enfermedades asociadas.
- Haber probado otros métodos sin éxito.
- Ser mayor de edad (aunque hay excepciones en adolescentes).
- No tener contraindicaciones médicas.
- Estar dispuesto a cambiar hábitos de por vida.
“Esta cirugía no es estética, es terapéutica, y puede salvar vidas”, puntualiza Claros. Además de mejorar la salud física, los pacientes suelen experimentar una transformación emocional profunda, al recuperar su autoestima y calidad de vida.
En tanto, Rojas, quien ha operado a centenares de personas con éxito, indica que “me he cruzado con pacientes que, después de perder 40 o 50 kilos, vuelven a caminar sin dolor, se reincorporan al trabajo, mejoran sus relaciones personales. Es impresionante”.
Consejos clave para evitar recaídas
Ambos expertos comparten recomendaciones esenciales para mantener los resultados después de la cirugía:
- Seguir el plan médico y nutricional al pie de la letra.
- Masticar bien los alimentos y comer despacio.
- Evitar líquidos durante las comidas.
- Tomar los suplementos vitamínicos prescritos.
- Hacer ejercicio de manera constante.
- Evitar alcohol y tabaco.
- Asistir a controles médicos y buscar apoyo psicológico o grupal.
“El seguimiento es tan importante como la cirugía en sí. No hay que confiarse ni pensar que todo está resuelto solo por haber bajado de peso los primeros meses”, advierte Claros.
Daniel Rojas, por su parte, añade que mantener un diario de alimentación, identificar los detonantes emocionales que llevan a comer en exceso, y contar con el apoyo de la familia o de grupos de pacientes son estrategias fundamentales.
Una oportunidad para renacer
Aunque la cirugía bariátrica implica riesgos, como cualquier intervención quirúrgica —infecciones, hernias, deficiencias nutricionales—, los beneficios superan ampliamente los peligros en pacientes bien seleccionados.
“El cambio es físico, pero también profundamente emocional y espiritual. Muchos pacientes sienten que han vuelto a nacer”, confiesa Claros.
De ahí la importancia de desmitificar la idea de que esta cirugía es un atajo. Al contrario, es un camino exigente, que demanda compromiso, constancia y mucha valentía por parte de los pacientes.
En el país, donde los índices de obesidad crecen de forma preocupante, hablar abiertamente sobre soluciones efectivas como la cirugía bariátrica puede salvar vidas. Pero esto debe hacerse sin estigmatizar a quienes padecen obesidad y comprendiendo que cada historia es única.
“Nadie elige ser obeso. Pero hoy, gracias a la ciencia, existen alternativas para recuperar la salud. Lo importante es acompañar a las personas con empatía y sin juzgarlas”, reflexiona Rojas.
