Tres macrotendencias están transformando el aprendizaje continuo

By Manuel Joao Filomeno Nuñez

El concepto de aprendizaje continuo, se ha convertido en una necesidad urgente en el mundo actual. La rápida evolución tecnológica, las transformaciones en el mercado laboral y la creciente demanda de nuevas habilidades han llevado a replantear los modelos educativos tradicionales. 

En este contexto, tres macrotendencias clave están moldeando el futuro del aprendizaje a lo largo de la vida: la educación basada en competencias, el enfoque centrado en el estudiante y la integración de tecnologías digitales de última generación.

En términos simples, el aprendizaje continuo es el proceso de adquisición constante de conocimientos, habilidades y competencias a lo largo de la vida, y en la actualidad es una capacidad requerida en las sociedades modernas. 

“En lugar de limitarse a la educación formal, como en la escuela o la universidad, este tipo de aprendizaje ocurre en diversos entornos, incluyendo el lugar de trabajo, cursos en línea, lectura independiente, y la experiencia práctica”, explica Ariel Villarroel, experto en educación y metodologías educativas, docente y responsable de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje (JEA). 

La necesidad de la implementación del aprendizaje continuo por parte de las universidades fue uno de los temas centrales durante el IFE Conference 2025, un evento organizado por el Tecnológico de Monterrey que congregó a más de 3,000 profesionales, docentes y autoridades de instituciones educativas de diversos países, con un enfoque particular en América Latina.

Tres macrotendencias

1. Educación basada en competencias: un aprendizaje eficiente y alineado con el mercado laboral

José Escamilla, director asociado del Instituto para el Futuro de la Educación del Tec de Monterrey, durante su conferencia “Redefiniendo la misión: Las universidades como impulsoras del aprendizaje a lo largo de la vida” realizada en el marco del IFE Conference 2025, indicó que uno de los principales desafíos del sistema educativo actual es su capacidad para responder con rapidez a las necesidades del mercado laboral.

El experto señaló, por ejemplo, que la educación basada en competencias permite «definir casi quirúrgicamente qué es lo que se tiene que aprender», eliminando contenido innecesario y haciendo la formación más eficiente y relevante.  

“Este enfoque no solo mejora la calidad educativa, sino que también facilita la certificación de habilidades a través de microcredenciales y credenciales alternativas”, agregó. 

Según Escamilla, este modelo tiene el potencial de conectar de manera directa con las demandas de la industria y la sociedad, garantizando que los estudiantes adquieran competencias concretas que puedan aplicar de inmediato en sus ámbitos profesionales.  

Además, el concepto de “apilabilidad” se ha vuelto clave dentro de este paradigma. 

“En lugar de completar largos programas de estudio antes de poder acceder a mejores oportunidades laborales, los estudiantes pueden acumular credenciales y construir su educación de manera modular, obteniendo certificaciones a lo largo del camino. Esto les permite mejorar su empleabilidad sin necesidad de esperar años para finalizar un grado académico”, explicó.  

2. Un aprendizaje verdaderamente centrado en el estudiante  

La educación tradicional se ha caracterizado por su rigidez, con planes de estudio predefinidos que limitan la flexibilidad de los estudiantes. Sin embargo, la segunda gran tendencia del aprendizaje continuo es la transición hacia un modelo más autodirigido y adaptable a las necesidades individuales.  

Según Escamilla, este enfoque implica reconocer que el aprendizaje no debe estar limitado al ámbito laboral, sino que debe abarcar todas las dimensiones de la vida de una persona. 

«Generalmente, cuando hablamos de aprendizaje a lo largo de la vida, pensamos en preparar para el trabajo, pero también debemos preparar para lo ancho de la vida, reconociendo que habitamos distintos espacios y comunidades».  

Este modelo permite a los estudiantes elegir sus propias trayectorias de aprendizaje, combinando diferentes experiencias formativas según sus intereses y necesidades. También promueve el aprendizaje experiencial, basado en retos y proyectos, lo que resulta especialmente efectivo en la educación de adultos.  

Sobre este tema, Jorge Blandó Martínez, presidente de la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa (RECLA), subraya la importancia de este cambio de paradigma: “Muchas veces, pensamos en crear o modificar carreras de cuatro o cinco años, cuando a lo mejor lo que se necesita son programas más cortos, más flexibles, mucho más acelerados”. Para Blandó, este es un aspecto clave en la transformación educativa, ya que permite que más personas accedan a oportunidades de aprendizaje sin quedar rezagadas ante los cambios del mundo laboral y tecnológico.

3. La tecnología como catalizador del aprendizaje continuo

La tercera gran macrotendencia en el aprendizaje continuo es la incorporación de tecnologías digitales avanzadas para mejorar la experiencia educativa. Desde plataformas de aprendizaje en línea hasta el uso de inteligencia artificial (IA) y realidad virtual, las herramientas tecnológicas están revolucionando la manera en que las personas adquieren conocimientos y habilidades.  

Escamilla destaca que, en un mundo donde el acceso a la educación no debe depender de la ubicación geográfica o las barreras económicas, la educación digital ofrece soluciones escalables y accesibles. “Sabemos que hay que hacer educación a distancia y virtual. Lo digital ya está presente y en el futuro hablaremos de educación donde lo digital será un componente integral”.  

Entre las tecnologías emergentes que están impulsando el aprendizaje continuo, la IA juega un papel fundamental. La personalización del aprendizaje mediante algoritmos inteligentes permite adaptar los contenidos a las necesidades individuales de cada estudiante, optimizando su proceso de formación. Además, la IA está transformando la evaluación y certificación de competencias, reduciendo los tiempos y costos asociados a estos procesos.  

Por otro lado, la educación omnicanal se está consolidando como un modelo clave en esta transformación, permitiendo a los estudiantes transitar entre distintos formatos de aprendizaje (presencial, en línea, híbrido) de manera fluida y sin restricciones. La flexibilidad es esencial para un aprendizaje continuo adaptado a las necesidades cambiantes de la sociedad.  

Escamilla concluyó su conferencia señalando que el aprendizaje continuo ya no es una opción, sino una necesidad en el mundo actual. La educación basada en competencias, el enfoque centrado en el estudiante y la integración de tecnologías digitales son las tres grandes macrotendencias que están redefiniendo la manera en que las personas adquieren conocimientos a lo largo de su vida.  

“Las instituciones educativas, las empresas y los gobiernos deben adaptarse a este nuevo paradigma para garantizar que las personas cuenten con las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos del futuro”, concluyó.

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *