“Todos Somos Bolivia”: Unifranz reúne voces para reconstruir la unidad, la justicia y el rumbo del país

By Manuel Joao Filomeno Nuñez

Bolivia vive en estos momentos un punto de inflexión histórica. La crisis institucional, la incertidumbre económica y la profunda fractura social obligan al país a repensar su rumbo con serenidad, valentía y apertura. En este contexto, espacios de diálogo plural como el foro internacional “Visión Bolivia: Todos Somos Bolivia” se vuelven indispensables para analizar los desafíos presentes y perfilar un horizonte común.

El encuentro, organizado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), la plataforma Bol 9.0 y la Fundación Daniel, reunió a una diversidad de voces provenientes del ámbito político, académico, jurídico, internacional y económico. Participaron la senadora Tomasa Yarhui; el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Unifranz Luis Enrique Páez; la abogada y teóloga internacional María Irene Squilachi; el académico chileno John Campos; y el economista Jaime Dunn. Todos ellos fueron convocados para aportar una lectura profunda del momento histórico que vive el país y para proyectar posibles rutas de reconstrucción institucional. 

El vicerrector de Unifranz, Carlos Dabdoub abrió el evento destacando la urgencia de sumar esfuerzos desde todos los sectores, recordando que la universidad tiene un compromiso con el país más allá de la enseñanza. “Bolivia necesita de todos nosotros… todos tenemos que contribuir de alguna manera desde nuestro lugar de trabajo”, afirmó. Para él, el espíritu de Todos Somos Bolivia no es un lema, sino un principio que debe guiar las acciones colectivas en tiempos de crisis. 

La senadora Tomasa Yarhui llevó al foro una perspectiva política marcada por su trayectoria de defensa de los pueblos indígenas y los derechos humanos. Recordó que durante dos décadas se persiguió el disenso y se bloquearon las visiones alternativas: “En esos 20 años no se permitía disensos o visiones diferentes, peor si venías de los pueblos indígenas”. Aún así, subrayó que el país está ante la oportunidad histórica de dejar atrás la polarización: “Ha llegado el momento de poner todos los esfuerzos necesarios para recuperar nuestra querida Bolivia”, afirmó ante el auditorio. 

En el plano jurídico, el decano Luis Enrique Páez profundizó en uno de los temas más sensibles: la seguridad jurídica. Con ejemplos concretos sobre la retardación de justicia y la falta de independencia judicial, describió un sistema que genera temor e incertidumbre en la ciudadanía y en la inversión. “La seguridad jurídica es un sueño pendiente… si no hay seguridad jurídica, no hay libertad”, afirmó con contundencia. Señaló que no basta con reformar leyes, sino con garantizar que las instituciones funcionen de forma independiente y transparente. 

La abogada y teóloga María Irene Squilachi ofreció una lectura geopolítica de gran alcance, advirtiendo que los problemas de Bolivia no son aislados, sino parte de una crisis global donde la polarización identitaria gana terreno. Explicó que “en nombre de los derechos colectivos atropellamos los derechos individuales”, y que esa tendencia erosiona la justicia, la igualdad ante la ley y la libertad. Propuso recuperar principios republicanos y un sistema de leyes que “favorezcan a todos por igual”, evitando normativas hechas para grupos o sectores específicos. 

A su turno, el académico chileno John Campos planteó un escenario estratégico en el que Bolivia vuelve a ser observada con interés internacional tras señales recientes emitidas por el nuevo gobierno. “Bolivia se ha vuelto interesante… se ha puesto automáticamente en el escenario internacional”, afirmó. También hizo un llamado a la unidad y al compromiso cívico, recordando que “el mal no tiene la última palabra; Bolivia siempre estará de pie”. Campos destacó que las universidades deben recuperar su rol como espacios de pensamiento crítico para fortalecer la democracia. 

El economista Jaime Dunn cerró el foro con un análisis frontal sobre el deterioro económico del país. Señaló que Bolivia no carece de recursos, sino que ha sido “empobrecida” por malas decisiones estatales: “Bolivia no es pobre; Bolivia ha sido empobrecida por un Estado que castiga al que trabaja y persigue al que piensa diferente”. Advirtió que la falta de dólares y combustibles es solo el síntoma de problemas estructurales más profundos y que la reconstrucción económica exigirá reformas valientes y sostenibles. 

El foro dejó en claro que la reconstrucción del país no depende únicamente de gobiernos o autoridades, sino de un pacto social amplio basado en la ley, la transparencia, la libertad y el respeto. También demostró que Bolivia posee un capital humano e intelectual dispuesto a pensar soluciones y a trabajar por el bien común.En un clima de incertidumbre, “Visión Bolivia: Todos Somos Bolivia” ofreció una ruta posible: la del diálogo y la reflexión seria, la que reconoce que el país necesita instituciones fuertes, un sistema judicial confiable, estabilidad normativa y una ciudadanía que no renuncie a su poder transformador. Más que un foro, fue un recordatorio de que la unidad nacional no se decreta: se construye con responsabilidad, con verdad y con la convicción de que el futuro de Bolivia depende, verdaderamente, de todos.

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