Sabores que nos definen: cómo la gastronomía puede despertar el turismo y el orgullo boliviano

By Lily Zurita Zelada

Imagen Unifranz

La gastronomía no solo alimenta el cuerpo, también despierta memorias, conecta culturas y construye identidad. En Bolivia, cada plato es un reflejo de la diversidad geográfica, cultural y social del país. Desde el altiplano hasta la Amazonía, los sabores bolivianos guardan un potencial enorme aún por descubrir y que, bien canalizado, puede convertirse en una poderosa herramienta para impulsar el turismo y revalorizar lo nuestro.

“Definitivamente la gastronomía va muy relacionada con el tema del turismo. Si nos vamos a un ejemplo muy claro, tenemos a Perú, que ha basado su oferta gastronómica en dar a conocer todo lo que tiene en cuanto a insumos y variedad. Nuestro país igual es muy rico en gastronomía”, afirma Patricio Oviedo, docente de la carrera de Administração de Hotéis e Turismo (AHT) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Y no es para menos. Bolivia cuenta con una riqueza culinaria envidiable, tejida desde su diversidad de pisos ecológicos. Altiplano, valles, llanos y la Amazonía aportan ingredientes únicos y técnicas de preparación ancestrales que merecen mayor visibilidad dentro y fuera del país. Sin embargo, esta riqueza no siempre es aprovechada de manera coherente en la oferta turística.

Oviedo lo ejemplifica con el uso de ajíes. “Por ejemplo, el mejor ají que podemos tener es el ají de Padilla, de Sucre, que es un ají dulce que le da mucho sabor al mondongo o a la comida chuquisaqueña. Pero en el altiplano no lo utilizamos; en cambio, traemos ají del Perú. Hay una divergencia entre lo que producimos y lo que utilizamos”.

Gastronomía como motor turístico

El turismo gastronómico es una tendencia en auge a nivel mundial. Las personas ya no viajan solo por paisajes o monumentos; buscan experiencias sensoriales, historias detrás de cada bocado. En este contexto, Bolivia tiene todo para enamorar al paladar global.

“En la oferta turística, el dar a conocer nuestros insumos y nuestras técnicas propias es fundamental. Podemos generar mucha oferta gastronómica y competir a nivel internacional si sabemos aprovechar este recurso”, asegura Oviedo.

La clave está en crear una narrativa culinaria que represente con orgullo la identidad nacional, integrando ingredientes locales, prácticas tradicionales y nuevas interpretaciones desde la cocina de autor.

Según la plataforma IMARC Group, el tamaño del mercado global de turismo culinario alcanzó 946,4 mil millones de dólares en 2023 y se prevé que el mercado llegue a 3.515,1 mil millones de dólares para 2032, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 15.2 % entre 2024 y 2032.

La revolución de la comida de autor en Bolivia

Uno de los movimientos más prometedores es el de la comida de autor, donde chefs bolivianos están reimaginando la gastronomía nacional sin perder su esencia. 

“Bolivia tiene grandes chefs de autor. Están Juan Pablo Reyes en la Cocina Popular, Marsia Taha en Gustú, Marco Quelca  de Sabor Clandestino, solo por mencionar a algunos. Son cocineros que potencian los sabores de Bolivia con una visión moderna y mucha identidad”, destaca el docente de Unifranz.

Estos chefs están posicionando la cocina boliviana en escenarios internacionales, ofreciendo experiencias únicas que combinan tradición e innovación. 

“En Phayawi, por ejemplo, también tenemos grandes chefs. Hay lugares que tienen mucho renombre y altura para hacer esto. Lo importante es identificar con claridad cuál es la identidad de la gastronomía boliviana para poderla explotar”, sostiene Oviedo.

Profesionalizar la pasión: la clave del cambio

Para transformar esta riqueza en motor económico, el camino pasa por la formación profesional. En las aulas de Unifranz, los estudiantes de Hotelería y Turismo no solo aprenden teoría, también practican cocina internacional y se forman para asumir roles de liderazgo en el sector gastronómico y turístico.

“Estamos ahora haciendo las prácticas de cocina internacional dentro de lo que significa la materia de Alimentos y Bebidas II. Enseñarles gastronomía es clave porque en algún momento van a regentar departamentos de alimentos y bebidas de hoteles y restaurantes. Deben conocer cómo funciona una cocina, cómo se trabaja con insumos, cómo se reciben y almacenan”, explica Oviedo.

En esa línea, Perú es nuevamente un ejemplo inspirador. “Ha realzado su gastronomía desde las bases, desde los mercados, aplicando técnicas de cocina especializadas. Nosotros, teniendo las técnicas claras y especializadas, podemos mejorar el sabor de nuestra comida y generar oportunidades laborales para nuestros jóvenes”, subraya.

Una dupla estratégica

Mezclar la gastronomía con el turismo no solo enriquece la experiencia del visitante, sino que también ofrece herramientas esenciales para el desarrollo profesional de los futuros líderes del sector. 

“Hay una oportunidad y un mercado amplio para trabajar en gastronomía, y mucho mejor si uno lo orienta desde la manera profesional de saber hacer las cosas”, indica el especialista.

Y no es solo un tema de empleabilidad. También se trata de apostar por un modelo turístico sostenible, que valore la producción local, reduzca la dependencia de importaciones innecesarias y fomente el consumo responsable.

De ahí que Unifranz se enfoca en formar líderes capaces de transformar el turismo nacional desde una mirada integral, donde la comida deje de ser solo un complemento y se convierta en el protagonista de una experiencia auténticamente boliviana.

“Dentro del perfil profesional de la carrera de AHT queremos ver a nuestros estudiantes en puestos gerenciales, donde se tomen decisiones cruciales para cambiar la situación del turismo en nuestro país”, concluye Oviedo.

avatar do autor
Lily Zurita Zelada

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *