Por qué nos atrae tanto el drama: claves psicológicas para entenderlo y gestionarlo

By Lily Zurita Zelada

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Una amiga que convierte cualquier malentendido en un conflicto mayor. Un compañero de trabajo que siempre ve conspiraciones a su alrededor. Un familiar que dramatiza cada inconveniente cotidiano. Estas escenas, comunes en la vida diaria, muestran cómo el drama puede instalarse como parte de la manera en que algunas personas se relacionan con el mundo.

El gusto por el drama no es solo un rasgo de personalidad o una costumbre adquirida: tiene raíces más profundas en la forma en que construimos nuestra identidad y en cómo aprendemos a lidiar con nuestras emociones. Desde la psicología, este fenómeno revela dinámicas familiares, sociales y emocionales que nos acompañan desde la infancia y, en muchos casos, se proyectan en la vida adulta.

“Es bien importante entender cuándo un drama es simplemente una forma de identificación o manipulación, y cuándo, en cambio, puede ser parte de un proceso depresivo. Esa diferencia es clave para comprender la manera en que una persona estructura su vida en torno al drama”, explica René Estenssoro, psicólogo clínico.

El especialista fue invitado a Catarsis Podcast, una iniciativa de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz sede El Alto, donde reflexionó sobre por qué nos atrae tanto el drama y cómo este comportamiento puede convertirse en un patrón relacional difícil de modificar.

Para Estenssoro, la inclinación hacia el drama comienza muchas veces desde la infancia. La carga emocional que los padres transmiten, incluso antes del nacimiento, puede marcar a un niño con etiquetas, expectativas o significados que lo acompañarán durante su vida. Un hijo al que se le deposita la imagen de “pobrecito” o “víctima” tenderá a actuar de acuerdo con esos significantes y a relacionarse a través del drama, buscando atención o validación.

Este patrón, explica el psicólogo, puede consolidarse en la adolescencia y proyectarse en la vida adulta. En una relación de pareja, por ejemplo, una persona puede recurrir al drama como recurso para llamar la atención, manipular o reafirmar su identidad. En contextos de adicción, añade Estenssoro, el drama puede ser una herramienta para conseguir lo que se busca, reforzando el círculo del consumo.

Pero no todo dramatismo es necesariamente negativo. Según Estenssoro, también existen sutilezas que deben distinguirse. Una persona que se identifica con el dolor ajeno y es capaz de ofrecer apoyo genuino a alguien en situación de vulnerabilidad puede transformar su sensibilidad dramática en un recurso positivo, capaz de impulsar vínculos más humanos y solidarios. En ese caso, el drama deja de ser un obstáculo y se convierte en una forma de empatía.

El problema aparece cuando el dramatismo interfiere en las relaciones personales, en el desempeño laboral o en la salud emocional. 

“Muchas veces no reconocemos por qué lo hacemos. Puede ser identificación, manipulación o incluso un signo de depresión. La clave está en cuestionarnos y, si es necesario, buscar ayuda terapéutica para cambiar la postura con la que enfrentamos la vida”, puntualiza Estenssoro.

El especialista también subraya que la terapia se convierte en una herramienta fundamental para cuestionar qué cargas emocionales heredadas queremos mantener y cuáles son necesarias soltar. Romper con patrones familiares que refuerzan el dramatismo no siempre es fácil, pero constituye un paso necesario para lograr relaciones más equilibradas y un bienestar emocional sostenible.

En este sentido, el drama puede leerse como un espejo de nuestra historia personal y cultural. Vivimos en entornos donde la intensidad emocional suele estar sobrevalorada, y donde la victimización puede generar atención y validación. Entender cómo hemos incorporado esas dinámicas en nuestra manera de actuar es esencial para decidir si queremos sostenerlas o transformarlas.

La conversación formó parte de Catarsis Podcast, un espacio impulsado por la carrera de Psicología de Unifranz sede El Alto, un espacio que busca acercar temas complejos de la salud mental al público en general. Con un tono directo y ameno, el podcast aborda cuestiones cotidianas que muchas veces pasamos por alto, pero que determinan nuestra forma de vivir y relacionarnos.

En cada episodio, especialistas invitados comparten su experiencia para derribar mitos, ofrecer perspectivas y motivar a la reflexión. Desde la ansiedad hasta el amor, pasando por el drama y las adicciones.

Esta iniciativa es parte de las actividades académicas de la carrera de Psicología de Unifranz, orientada a promover el diálogo abierto sobre la salud mental y a generar conciencia social sobre la importancia del bienestar emocional.

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