La tecnología, en particular la inteligencia artificial (IA), está transformando, desde hace un par de décadas, la forma en que enseñamos y aprendemos. Hoy, educadores y estudiantes tienen muchas facilidades para explorar nuevas formas de enseñanza aprendizaje, incluso más allá del aula.
La irrupción de la inteligencia artificial, también, ha abierto la posibilidad de encarar, de forma efectiva y ética, otros desafíos a fin de lograr grandes innovaciones en el proceso educativo.
Xavier Aragay, fundador y presidente de Reimagine Education, asegura que la incorporación de la inteligencia artificial en la educación requiere un replanteamiento y una reimaginación del modelo educativo y tecnológico actual.
“La tecnología debe estar al servicio del modelo educativo y, a su vez, ayudar a lograr el perfil de salida del alumnado. Debemos saber cuál es el perfil actual de los estudiantes y compararlo con el que queremos conseguir para poder avanzar”, puntualiza el experto español en transformación educativa.
En tanto, para Ariel Villarroel, responsable de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, las palancas para impulsar la innovación y el cambio educativo pueden ser múltiples. En este caso, el conocimiento, la reflexión y el debate en equipo, alrededor de esta nueva realidad, puede ayudar.
“En general, la IA puede mejorar significativamente el aprendizaje y la enseñanza en el ámbito educativo al proporcionar una experiencia más personalizada, retroalimentación inmediata, análisis de datos, automatización de tareas repetitivas y acceso a recursos de aprendizaje en línea”, indica el pedagogo.
Una de las formas en la que la inteligencia artificial contribuye a la transformación de la educación es con la personalización del aprendizaje, ya que la IA puede adaptar el contenido y la velocidad de enseñanza según las necesidades individuales de cada estudiante.
“Al recopilar datos sobre el progreso de los estudiantes, la IA puede ofrecer recomendaciones específicas y ejercicios personalizados para fortalecer las áreas en las que un estudiante pueda necesitar más ayuda”, dice el experto.
Asimismo, permite una necesaria retroalimentación instantánea a los estudiantes sobre su desempeño en las tareas y ejercicios. Esto les permite corregir errores y mejorar de manera eficiente, lo que aumenta la eficacia del proceso de aprendizaje.
Además, Villarroel menciona otros aportes de la IA a la educación:
Tutoría virtual. Los sistemas de tutoría virtual basados en IA pueden proporcionar asistencia a los estudiantes en tiempo real, respondiendo preguntas y brindando explicaciones adicionales cuando sea necesario. Esto es especialmente útil para reforzar la comprensión de conceptos difíciles.
Automatización de tareas administrativas. La IA puede encargarse de tareas administrativas, como el seguimiento de la asistencia y el registro de calificaciones, liberando tiempo para que los educadores se centren en la enseñanza y la interacción con los estudiantes.
Analítica de datos. La IA puede analizar grandes cantidades de datos educativos para identificar patrones y tendencias. Esto puede ayudar a los educadores y las instituciones a tomar decisiones informadas sobre la mejora del plan de estudios y la eficacia de las estrategias de enseñanza.
Recursos de aprendizaje adaptativos. Los sistemas de IA pueden recomendar recursos de aprendizaje específicos, como libros, videos o ejercicios, según las necesidades y preferencias de cada estudiante. Esto asegura que el contenido sea relevante y atractivo.
Evaluación automatizada. La IA puede realizar evaluaciones y exámenes de manera automática, lo que ahorra tiempo a los educadores y garantiza una evaluación imparcial y coherente.
Aprendizaje a lo largo de la vida. La IA puede ayudar a diseñar programas de aprendizaje continuo y personalizado para adultos que deseen mejorar sus habilidades o adquirir nuevas competencias a lo largo de su carrera.
Accesibilidad. La IA puede ser utilizada para desarrollar herramientas de accesibilidad que brinden apoyo a estudiantes con discapacidad, como lectura en voz alta o transcripción de contenido.
Análisis del comportamiento del estudiante. La IA puede analizar el comportamiento en línea de los estudiantes para identificar señales de desmotivación o necesidades especiales, permitiendo a los educadores intervenir a tiempo.
Sin embargo, según Villarroel, hay que tener en cuenta los desafíos y las implicaciones éticas que plantea la IA en la educación, como el respeto a la privacidad, la seguridad, la equidad, la transparencia y la responsabilidad.
En 2021, en el marco del Consenso de Beijing, la Unesco elaboró una publicación a fin de mejorar el estado de preparación de los encargados de formular políticas educativas en materia de inteligencia artificial, donde se ofrecen recomendaciones y buenas prácticas para aprovechar el potencial de la IA en la educación con un enfoque centrado en el ser humano.
El documento, que se titula “Artificial Intelligence and Education: Guidance for Policy-makers” (Inteligencia artificial y educación: Guía para los encargados de formular políticas), tiene como objetivo crear una visión común de las oportunidades y desafíos de la IA en el ámbito de la educación, así como de sus consecuencias en términos de competencias básicas necesarias en la era de la inteligencia artificial.