
Estudiantes desarrollan sistema para evitar picaduras de arañas en la cosecha de banano
Con IA y visión artificial, estudiantes bolivianos desarrollan solución para prevenir ataques de arañas en la producción de banano de exportación.
Con IA y visión artificial, estudiantes bolivianos desarrollan solución para prevenir ataques de arañas en la producción de banano de exportación.
La inteligencia artificial (IA), habitualmente asociada a debates sobre riesgos laborales, control algorítmico y dilemas éticos, emerge ahora bajo una nueva perspectiva: la de aliada del desarrollo humano. Así lo plantea el Informe de Desarrollo Humano 2025 del PNUD, que destaca su potencial transformador, especialmente en los países del Sur Global.
“Hoy en día, usamos inteligencia artificial incluso sin darnos cuenta. Desde las respuestas rápidas en nuestras aplicaciones de mensajería hasta los algoritmos que filtran el contenido que vemos en redes sociales, la IA está diseñada para integrarse de manera natural en nuestras actividades diarias, pero cada grupo la usa de manera ligeramente diferente”, explica José Francisco Araníbar, docente de la carrera de Ingeniería de Sistemas de Unifranz.
Los agentes de inteligencia artificial (IA) son sistemas diseñados para percibir su entorno, tomar decisiones autónomas y ejecutar tareas sin intervención humana constante. A diferencia de las herramientas tradicionales, estos programas funcionan como entidades adaptativas capaces de aprender y evolucionar. En el ámbito educativo, su potencial se manifiesta en su rol como tutores virtuales, brindando acompañamiento personalizado, promoviendo el aprendizaje colaborativo y optimizando los recursos pedagógicos.
La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías más influyentes del siglo XXI, capaz de transformar no solo procesos económicos, sino también la calidad de vida y las oportunidades de las personas. Pero para que esta transformación contribuya al desarrollo humano, debe estar guiada por principios éticos, marcos normativos sólidos y una visión inclusiva.
En un mundo donde la tecnología redefine el presente y anticipa el futuro, la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, impulsó el taller Inteligencia Artificial y Marca Personal para Periodistas, un espacio de actualización que convocó a profesionales de la prensa de diversos medios de comunicación para explorar cómo las nuevas herramientas digitales pueden transformar su labor … Continued
La inteligencia artificial (IA) no solo está presente en nuestras rutinas, ya está modificándolas. Desde los videos que ves hasta las rutas que tomas o los productos que compras, algoritmos invisibles están moldeando tus decisiones cotidianas. Su intervención es tan sutil y constante que rara vez nos damos cuenta. La IA está cambiando nuestros hábitos sin pedir permiso.
En la era digital, el conocimiento ya no se encuentra solo en libros o salones de clase. Gracias a los avances en inteligencia artificial, herramientas como ChatGPT y Perplexity están revolucionando la forma en que las personas acceden, exploran y aprenden sobre cualquier tema como: educación, administración, negocios o creación de contenido entre otros, en cualquier momento y desde cualquier lugar.
“El docente puede utilizar la inteligencia artificial con una visión más amplia, por ejemplo, personalizando el aprendizaje para cubrir las necesidades de educación de los estudiantes que están teniendo dificultades”, explica Clara Solórzano, experta en educación superior y jefa del área de Enseñanza Aprendizaje (JEA) en Unifranz.
Los estudiantes del siglo XXI son radicalmente distintos a los de generaciones anteriores. Nacidos en un entorno digital, son creativos, informados y con un enfoque horizontal en sus relaciones sociales. Sin embargo, este mismo contexto los ha expuesto a un bombardeo constante de estímulos que, en muchos casos, ha derivado en sobrecarga cognitiva y estrés.