Emprendimiento joven: la salida a la crisis económica en Bolivia

Bolivia es un país de emprendedores. En medio de una crisis económica marcada por la escasez de dólares, un déficit fiscal creciente y restricciones en sectores clave, el emprendimiento joven se convirtió en una alternativa real para impulsar el desarrollo del país. Ante la falta de empleo estable y las dificultades para acceder a financiamiento formal, los jóvenes bolivianos encontraron en la innovación y la creatividad una forma de generar ingresos y transformar el panorama económico.  

“La crisis económica de Bolivia no radica únicamente en la falta de recursos, sino en un modelo económico obsoleto. Bolivia no está en crisis, el modelo es el que está en crisis. Si cambiamos el modelo, lo logramos y cambiamos todo”, afirma Jean Pierre Antelo, presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz, Cainco.

Antelo participó recientemente en la conferencia “Economía en Crisis Bajo la Lupa» organizada por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en la ciudad de Santa Cruz.

El líder empresarial señala que, a diferencia de generaciones anteriores, que veían en la estabilidad laboral el objetivo principal, los jóvenes de hoy entienden que el empleo tradicional ya no es una garantía de seguridad económica. Frente a un mercado laboral incierto, muchos optan por crear sus propios negocios, desde pequeños emprendimientos locales hasta startups con alcance internacional.  

“Bolivia tiene una de las tasas más altas de autoempleo juvenil en Sudamérica, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). A falta de acceso a financiamiento bancario, muchos jóvenes recurren a préstamos familiares o recursos propios para iniciar sus negocios. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, el ecosistema emprendedor boliviano sigue creciendo”, acota Antelo.  

Por ejemplo, existen fintechs que facilitan transacciones digitales, startups enfocadas en el periodismo digital y proyectos tecnológicos en zonas rurales, como la instalación de paneles solares en comunidades sin acceso a electricidad. 

“Vemos a una señora en una tiendita que cobra con código QR o a un joven programando y vendiendo software al exterior. Esa Bolivia muchas veces no la valoramos”, explica.  

Este dinamismo demuestra que, a pesar de las dificultades, el país tiene potencial para posicionarse en el mapa global del emprendimiento. Sin embargo, para que este crecimiento sea sostenible, es necesario fortalecer el ecosistema emprendedor con acceso a financiamiento, educación especializada y políticas públicas que fomenten la innovación.  

Retos del emprendimiento en Bolivia  

Si bien el espíritu emprendedor es una herramienta clave para enfrentar la crisis, los jóvenes bolivianos deben sortear múltiples obstáculos para consolidar sus proyectos. Entre los principales desafíos destacan:  

  1. Falta de financiamiento: la mayoría de los emprendimientos no tienen acceso a créditos bancarios y dependen de recursos propios o préstamos informales.  
  2. Exceso de regulaciones: los trámites burocráticos dificultan la formalización de los negocios, limitando su crecimiento y acceso a beneficios fiscales.  
  3. Inseguridad jurídica: la falta de estabilidad en las normativas económicas genera incertidumbre en los emprendedores e inversionistas.  
  4. Débil educación empresarial: aunque muchas universidades incluyen materias sobre emprendimiento, no siempre brindan formación práctica para la gestión de negocios.  
  5. Acceso restringido a tecnología e infraestructura: en muchas regiones del país, la conectividad y el acceso a herramientas tecnológicas siguen siendo limitados.  

A pesar de estas barreras, los jóvenes emprendedores han encontrado en la digitalización y la economía colaborativa nuevas oportunidades para desarrollar sus negocios con costos iniciales bajos y un alcance mucho mayor que en el pasado.  

La alianza entre lo académico y lo empresarial

Para fortalecer el ecosistema emprendedor, es fundamental que el sector académico y el empresarial trabajen de la mano. 

“El emprendimiento no es solo una moda, es una forma creativa de sobrevivir en Bolivia”, aseguró Antelo en el evento de Unifranz. “Si pensamos en Bolivia como una startup, podemos verla como una aplicación en beta permanente, que necesita actualizaciones constantes para funcionar mejor”.  

Este enfoque invita a los jóvenes a dejar de lado la idea de esperar soluciones del Estado y tomar un rol activo en la transformación del país. En lugar de depender de políticas gubernamentales ineficientes, los emprendedores están demostrando que la clave del desarrollo está en la iniciativa privada y la capacidad de adaptación a las nuevas dinámicas del mercado.  

A pesar de la crisis, Bolivia tiene un futuro emprendedor prometedor. Con el avance de la tecnología y la globalización, los jóvenes tienen mayores oportunidades para internacionalizar sus negocios y acceder a mercados más amplios.  

Sin embargo, para consolidar este crecimiento, es esencial que el Gobierno, la academia y el sector privado trabajen en conjunto para facilitar el acceso a financiamiento, reducir la burocracia y promover incentivos para la innovación. La inversión en educación empresarial y tecnológica también será clave para preparar a los futuros emprendedores y garantizar que sus proyectos sean sostenibles a largo plazo.

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