Educación, una palanca clave para cerrar la brecha de género en América Latina

América Latina y el Caribe están escribiendo una nueva página en la historia de la igualdad de género. Según el reciente Informe Global sobre la Brecha de Género 2025 del Foro Económico Mundial (WEF), la región ha logrado su mayor avance histórico, posicionándose como la tercera del mundo con mejor desempeño en paridad de género. Uno de los pilares de este logro es el progreso significativo en el ámbito educativo.
“La disminución de la brecha de género en la región debe ser una prioridad, no solo por justicia social, sino también por eficiencia económica. Se ha demostrado que el Producto Interno Bruto (PIB) crece exponencialmente cuando se incorpora plenamente a la fuerza laboral femenina. Esto genera sociedades más innovadoras, diversas, sostenibles y, por supuesto, mejor posicionadas económicamente”, señala Xiomara Zambrana, directora del Instituto de la Mujer y Empresa (IME), centro de pensamiento estratégico de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Con una puntuación regional del 74,5%, América Latina ha reducido la brecha de género en 8,6 puntos porcentuales desde 2006, lo que la convierte en la región que más ha avanzado en los últimos 19 años. Este resultado refleja un esfuerzo sostenido en políticas públicas de inclusión, educación y empoderamiento femenino. No obstante, los desafíos persisten, especialmente en el ámbito económico.
Educación: el motor del cambio
Los avances en educación y salud son particularmente alentadores. Diez países de la región han alcanzado la paridad educativa total, y trece han logrado igualdad plena en alfabetización. En cuanto a salud, la región presenta una paridad del 97,7%, con las 23 economías evaluadas alcanzando equidad en la proporción de sexos al nacer.
“La educación es una palanca poderosa para cerrar la brecha de género. Las niñas y mujeres que acceden a la educación pueden acelerar significativamente este proceso”, sostiene Zambrana.
La experta también subraya que, en un contexto marcado por la tecnología, la inteligencia artificial (IA) y la necesidad de nuevas habilidades para el empleo, es crucial cerrar la brecha digital de género, promoviendo una educación accesible desde la niñez, especialmente en poblaciones vulnerables.
Este progreso, según el informe del WEF, no solo refleja un mayor acceso a servicios esenciales, sino también una transformación cultural que reconoce y valora el derecho de niñas y mujeres a aprender, desarrollarse y liderar.
Sin embargo, el camino hacia la igualdad aún es largo. Persisten brechas significativas en países como Trinidad y Tobago, Honduras y Surinam, donde las tasas de matrícula escolar femenina en educación primaria siguen por debajo del 80%. Esto resalta la necesidad de políticas focalizadas y con enfoque interseccional.
Política, economía y los retos pendientes
En el ámbito político, la región también muestra señales positivas. América Latina ocupa el segundo lugar mundial en participación política de las mujeres, con una puntuación del 35% y un incremento de más de 23 puntos desde 2006. México y Nicaragua ya han alcanzado la paridad parlamentaria, y 15 países han tenido al menos una mujer como jefa de Estado en los últimos 50 años.
Sin embargo, el ámbito económico sigue siendo el gran desafío. La puntuación en Participación y Oportunidades Económicas es de apenas 65,6%, ubicando a la región entre las tres más rezagadas del mundo en esta categoría. Las mujeres ocupan, en promedio, solo el 42,9% de los cargos de liderazgo económico, con marcadas desigualdades entre países.
Una advertencia global
A nivel mundial, el informe lanza una alerta: si no se acelera el ritmo del cambio, el mundo tardará 123 años en alcanzar la paridad total de género. Un dato que interpela a gobiernos, empresas y sociedad civil a reforzar sus esfuerzos con acciones concretas y sostenidas.