Dietas rápidas y virales: expertos advierten sobre graves efectos nocivos para la salud física y mental
El auge de las dietas rápidas y virales, impulsadas por redes sociales como TikTok, Instagram y YouTube, ha encendido las alertas entre profesionales de la salud. Promesas de pérdida de peso acelerada, “desintoxicaciones” exprés y cuerpos ideales se multiplican en formatos breves y atractivos, pero detrás de estas tendencias se esconden riesgos reales que afectan tanto la salud física como la mental, especialmente en adolescentes y jóvenes.
Magaly Bishop, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), advierte que la desinformación nutricional se ha normalizado en el entorno digital.
“Las redes sociales desinforman sobre hábitos alimentarios y esto tiene un impacto significativo, especialmente en adolescentes y jóvenes adultos, porque son altamente influenciables y pasan mucho tiempo en línea”, explica la especialista, quien subraya que muchos contenidos virales carecen de respaldo científico.
Las dietas extremas promovidas por influencers —muchos sin formación en salud— suelen basarse en la eliminación total de grupos de alimentos, ayunos prolongados o el consumo exclusivo de líquidos y suplementos.
Para Bishop, este tipo de mensajes construye una relación peligrosa con la comida. “Las promesas de pérdida de peso rápida sin esfuerzo son una estafa; eliminar grupos completos de alimentos es un error, porque una dieta saludable debe ser variada y equilibrada”, sostiene.
Por su parte, especialistas de Mayo Clinic, alertan que la mayoría de las dietas de moda no cuentan con evidencia científica sólida. La dietista Tara Schmidt señala que, aunque es comprensible buscar soluciones rápidas, “si suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no sea apropiado”. Desde la institución médica estadounidense se enfatiza que estas dietas suelen generar una pérdida de peso rápida por restricción calórica, pero los resultados rara vez se sostienen en el tiempo.
Otro de los mitos más difundidos es el de la “desintoxicación” del cuerpo. Al respecto, la médica Summer Allen, especialista en nutrición de Mayo Clinic, aclara que el organismo no necesita limpiezas extremas. El hígado y los riñones cumplen de manera natural la función de eliminar toxinas, por lo que someterse a dietas líquidas o restrictivas puede provocar fatiga, déficit de nutrientes y episodios de atracones posteriores.
Bishop coincide con esta mirada crítica y remarca que las consecuencias van más allá del peso corporal.
“La idealización de ciertos cuerpos y la comparación constante pueden desencadenar o agravar trastornos como anorexia, bulimia o trastorno por atracón, además de provocar deficiencias nutricionales graves que afectan el crecimiento y la salud general”, advierte la académica.
Los efectos nocivos también se manifiestan de forma distinta según el género. En hombres, la presión por alcanzar un cuerpo musculoso puede derivar en dietas hiperproteicas y consumo de suplementos sin control médico, comprometiendo la salud renal y digestiva. En mujeres, son frecuentes las dietas extremadamente bajas en calorías o ayunos prolongados que alteran el metabolismo y la salud hormonal.
Mayo Clinic alerta que las reglas rígidas y la eliminación permanente de alimentos afectan la energía, la concentración y la vida social.
Frente a este escenario, los expertos coinciden en que no existen soluciones universales ni dietas milagro.
“La nutrición no debe ser punitiva, sino educativa y adaptable. El cuerpo responde mejor a hábitos sostenibles que a medidas extremas”, enfatiza Bishop, quien aboga por un enfoque integral que considere factores sociales, culturales y emocionales.
Mayo Clinic respalda alternativas basadas en la ciencia, como la dieta Mediterránea o la dieta DASH, centradas en frutas, verduras, legumbres, proteínas de calidad y grasas saludables. Sin embargo, recalca que cualquier plan alimenticio debe individualizarse y ajustarse a la realidad de cada persona, priorizando la sostenibilidad a largo plazo.
En un contexto donde lo viral suele imponerse sobre lo verdadero, los especialistas llaman a recuperar el criterio y la consulta profesional. Alimentarse no debería ser un reto de internet ni una competencia estética, sino una decisión informada que proteja la salud y el bienestar a lo largo de la vida.