¿Cómo la amistad verdadera protege tu salud mental y emocional? 

By Lily Zurita Zelada

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Ana siempre recuerda aquel momento en que sintió que no podía más. Había perdido a su padre y, con él, parte de sus ganas de seguir adelante. “Fue mi mejor amiga quien me sostuvo cuando pensé que todo estaba perdido. No me juzgó, no intentó darme soluciones, solo estuvo allí, escuchando. Sin ella, no sé qué habría pasado”, confiesa. Historias como la de Ana son más comunes de lo que pensamos. La amistad, más allá de ser un vínculo afectivo, es una de las medicinas más poderosas para la salud mental y física.

“Desde la psicología sabemos que la amistad no es solo una interacción social, sino un sistema relacional que influye en la autorregulación emocional y fisiológica de las personas. Es un espacio seguro donde podemos explorar emociones, compartir experiencias y fortalecer nuestra resiliencia”, afirma James Robles, director de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y autor del libro “Amor y Personificación del Alma”.

En Bolivia, el 23 de julio se celebra el Día de la Amistad. Esta fecha, que se originó a partir de una campaña publicitaria, se ha convertido en una tradición para celebrar los lazos de amistad entre las personas.

La amistad como red de apoyo emocional

Para Robles, la amistad actúa como una especie de “colchón emocional” que amortigua los golpes de la vida. “Un vínculo de amistad sano tiene la capacidad de reducir el estrés, mejorar la autoestima y ofrecer validación. Nos permite vernos a través de los ojos del otro, y eso refuerza nuestro sentido de identidad y propósito”, explica.

Estudios neurocientíficos han demostrado que los vínculos afectivos de calidad activan circuitos de recompensa en el cerebro, liberan oxitocina y reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés. 

“No se trata solo de sentirse bien; estas interacciones tienen efectos fisiológicos reales en nuestro organismo”, enfatiza el también director del Instituto de Neurociencias de Unifranz (INU).

Beneficios de la amistad para la salud mental

La amistad tiene efectos directos sobre la salud mental y física. Diversas investigaciones muestran que contar con un círculo de amigos sólidos disminuye el riesgo de depresión, ansiedad y deterioro cognitivo. Además, se asocia con una mayor longevidad y con una recuperación más rápida frente a enfermedades.

Robles señala que “los amigos nos ayudan a regular nuestras emociones, a mantener hábitos más saludables y a enfrentar los desafíos de forma compartida, lo que reduce la carga psicológica individual”. Incluso, el simple hecho de compartir una risa o una conversación profunda puede fortalecer el sistema inmunológico y mejorar el estado de ánimo.

Las amistades también moldean comportamientos. “Cuando nuestro entorno está compuesto por personas que cuidan su salud física y emocional, es más probable que adoptemos hábitos similares. Somos seres sociales que aprendemos, imitamos y nos motivamos a través del contacto con otros”, sostiene el experto.

El riesgo de la soledad

En contraste, el aislamiento social se ha convertido en uno de los factores de riesgo más preocupantes para la salud mental. La soledad crónica no solo incrementa la probabilidad de padecer depresión, sino que también afecta funciones cerebrales relacionadas con la toma de decisiones y la regulación de emociones.

“Las personas necesitamos sentir que pertenecemos a un grupo, que somos escuchadas y comprendidas. El aislamiento prolongado puede desregular el sistema nervioso y generar una sensación de amenaza constante en el cerebro”, comenta Robles.

La soledad no es únicamente una emoción pasajera. Investigaciones recientes la vinculan con alteraciones en la estructura cerebral, una mayor reactividad del sistema de alerta y una disminución de las funciones cognitivas superiores. “Un cerebro sin vínculos significativos está en alerta permanente, como si viviera en peligro”, advierte.

Claves para cultivar relaciones saludables

No se trata de tener cientos de amigos, sino de construir relaciones auténticas y de calidad. Por ese motivo, Robles recomienda “busca personas con las que puedas ser tú mismo, con quienes exista confianza, respeto y apoyo mutuo. La amistad se nutre de experiencias compartidas, de escucha activa y de la capacidad de estar presente en los momentos difíciles”.

La autenticidad y la comunicación sincera son esenciales. Resolver conflictos de manera saludable también fortalece el vínculo, ya que permite reorganizar las dinámicas relacionales y generar mayor confianza. 

“Un amigo de verdad no es aquel con quien nunca tienes diferencias, sino con quien puedes superarlas y seguir adelante”, apunta el especialista.

La amistad como medicina preventiva

Tener amigos no solo ayuda a superar los malos momentos, también previene problemas futuros. Investigaciones en psicología positiva han demostrado que quienes cultivan amistades significativas tienen un 50 % menos de probabilidades de morir prematuramente. 

“La amistad es una inversión en salud mental y física. Nos da sentido, nos hace sentir útiles y, sobre todo, nos conecta con lo mejor de nosotros mismos”, subraya Robles.

¿Qué podemos aprender de la amistad?

La amistad nos enseña empatía, resiliencia y gratitud. Nos muestra que compartir la vida con otros es una fuente inagotable de bienestar. 

“Un amigo es un espejo que nos ayuda a ver lo que somos capaces de lograr, incluso cuando nosotros mismos lo hemos olvidado”, concluye Robles.

La amistad es uno de los regalos más auténticos y transformadores que podemos cultivar. Es ese lazo invisible que nos sostiene en los días grises y celebra con nosotros cada victoria.

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